capítulo 3

1 0 0
                                    


Capítulo 3

Sentía mis ojos pesar y apenas podía moverme, intentaba despertar, pero se me hacía imposible, la debilidad me superaba. No sé cuántas horas llevo dormido, o si es que estoy muriendo.

Apenas eso se cruzó por mi cabeza intenté despertar recordando todo lo ocurrido; los gritos de Clara entregándome a mi hija muerta, su piel estaba tan apagada, sin vida; los hombres encadenando a un monstruo, quemándolo vivo, sus gruñidos que rasgaban la noche; esa felina mirada de ella, tan arrebatadoramente atrayente, tan aterradora y siniestra. No podía cuadrar bien lo vivido aquella noche ¿Cómo era posible que una mujer sea capaz de todo eso?

Las palabras de Juliette daban vueltas en mi cabeza, lo que quería de mí ¿Qué ocurre en este mundo? Jamás en mi vida tomé importancia a asuntos como este, porque lo creía un mal cuento. Me interesé toda mi vida en negocios y a mi familia. Lo había tenido todo, y ahora perdía poco a poco lo que construí con tanta dedicación y esfuerzo. Nada de lo que tengo me lo gane fácil, no más que mis primeras adquisiciones, por los pocos años que estuve involucrado en las apuestas, donde precisamente me gane afortunadamente esta mansión, ahora todo perdía sentido, porque lo que creí durante mi vida no era nada en comparación con lo que hay allá afuera. Una vampira me acecha, me está persuadiendo a creer que mi vida ya no tiene sentido.

Con eso en menté comencé a despertar, aunque los ojos me pesaban soberanamente. Tenía un cansancio que no sentía desde niño, los músculos me dolían y sentía un frío descomunal.

Abrí los ojos pesadamente, apenas lograba ver la leve luz de la vela junto a mi mesita de noche. Veía a alguien moverse en mi habitación, pero no lograba ajustar mi vista.

Al fin despertó, Patrón – escuché la voz de Freya junto a mí. Vi en su dirección enfocando con dificultar – es terrorífico – se sentó junto a mi cama mirándome asustada. Vi que tomaba un paño de un cuenco con agua, botó el exceso de está poniéndola en mi frente – esa mujer lo está destruyendo todo – sus ojos se inundaron en lágrimas sin dejar de mirar la vela junto a la mesita de noche – los hombres querían matarla, pero amenazó con matar también a niño y a usted. Escucha todo lo que hablamos, todos los susurros y las oraciones. Es un demonio esa mujer, está contaminando con su maldad esta buena casa – fruncí el ceño intentando incorporarme en la cama, pero se me hacía imposible – tiene que hacer algo.

Deja que me mate – le dije en un susurro pesado, la voz casi no me salía – saca a Diego de aquí y escapen los que sean posible.

¿Qué haríamos sin usted, Patrón? Usted nos ha dado una tan buena vida, que ninguno de nosotros tuvo antes oportunidad de pasar. Ha sido un tan buen hombre con todos nosotros ¿Cómo podríamos permitir que ella lo matara?

Eso ya no importa, pueden conseguir un nuevo trabajo - dije al tiempo que quitaba el molesto paño de mi frente.

Por favor, Patrón, no diga eso – dijo ella sin poder contener las lágrimas, regándose por sus mejillas – nosotros haremos lo que sea por usted, pero no nos pida algo así.

Apenas pensaba con claridad, lo único que tenía presente era ese monstruo que nos asechaba y a mi pequeña hija en mis brazos. No sabía cómo aclarar todo, que haría desde ahora. Mi vida completa había sido cambiada desde que llegó esa mujer, matando a tantos hombres y niños, pero ¿Qué podía hacer? No estaba seguro de lo que ella quería, porque mi mente no cuadraba nada. Ese monstruo debe tener una mentalidad muy diferente a las personas, nos ve como su alimento, devora nuestra sangre y no siente remordimiento.

Es tan aterradora y tan atrayente a la vez. Dijo que me quería para ella, que era un desperdicio ser un humano ¿Cómo podría aceptar algo así? Está acabando con toda mi vida.

🔸Alain Miller🔸 Siempre fui OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora