1. Burbujas

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ANNIE

Mis pies se dirigieron a mi habitación, acostumbrados ya a el proceso que realizaba al volver de la universidad. Luego de haberle ordenado a uno de las sirvientes que dejara preparando todo para mi baño ya me encontraba en la habitación. Ya allí elegí ropa para luego de mi baño y me lleve la toalla conmigo. Hecho todo esto me dirigí al cuarto de baño.

Caminé por el largo e iluminado pasillo, silencioso, como todos los días. Al fin llegué hasta el cuarto de baño, mi sirvienta se encontraba en la entrada de este, esperándome. Entré al baño y le asentí como señal, a lo que mi sirvienta hizo una reverencia y se retiró. Al fin sola.

El cuarto de baño era grande, sus paredes eran blancas y los focos que iluminaban a la perfección hacían parecer como si el cuarto fuese brillante. Me dirigí hacia el mesón y me miré al espejo. Mi cabello aún seguía bien arreglado y no esperaba otra cosa, después de todo me ponía un montón de productos para el cabello encima antes de salir alguna parte. Mi labial y mi maquillaje seguían impecables, pero noté que mi rímel estaba un poco corrido. Me espanté al verlo, con razón mi madre me había reprochado al entrar.

"¿En qué momento se me corrió?" Me pregunté, viéndome fijamente al espejo.

Entonces recordé, me acordé en que momento se me corrió el rímel, recordé "ese momento".

Aquel mesero de la cafetería, Asher, según ví que se llamaba en su tarjeta de identificación, en serio que me había deslumbrado con su belleza. ¡Y es que era tan inhumanamente hermoso! Nunca antes había visto a alguien como él. Recuerdo que cuando salí de la cafetería me restregué un poco los ojos, ya que sentía que me había quedado un poco ciega luego de ver a Asher.

Dejando mi toalla junto mi ropa encima del mesón, comienzo a desvestirme. Quedando totalmente desnuda, me metí en la tina y abrí la llave de agua para que ésta se empezara a llenar. Mientras, volvía a rememorar todo lo que había sucedido en la cafetería:

FLASHBACK

Me encontraba en el baño de la cafetería, arreglándome frente al espejo. Colocando mi cartera sobre el mesón del baño, saqué mi perfume de coco para colocarme un poco. En ese momento, algo vibró en el bolsillo derecho de mi pantalón. Saqué mi celular y revisé el mensaje me había llegado.

Ryan:
Por favor, Annie, dame una segunda oportunidad.

Rodé los ojos y suspiré con cansancio. Se trataba de Ryan, el idiota de mi ex-novio.

Yo:
Ryan, no insistas. Lo nuestro terminó hace milenios.

Ryan:
Sé que cometí un pequeño error, pero
puedo mejorar.

Yo:
¿"Un pequeño error"?
¡Ryan, me engañaste con otra!
¡Eso no fue un pequeño error, me fuiste infiel!

Ryan:
Annie, bebé, no exageres las cosas.
Solo fue un beso, nada más.
Eso no cuenta como infidelidad.

Yo:
Ryan, no me quieras ver la cara de estúpida.
Sé muy bien que fue más de un beso, tengo pruebas.

Ryan:
¡Pero ya no estoy con ella, la dejé por ti!
Annie, no puedo olvidarte.
Por favor, volvamos a estar juntos,
te prometo que no te volveré a fallar.

El novio de la Reina Pop Donde viven las historias. Descúbrelo ahora