Wonder Witch Collection ~ Hermione

Capítulo 1

Capítulo 1

"Les recordamos a los viajeros que el tren con destino a Glasgow partirá en cinco minutos desde el andén 3. Por favor mantengan las colas y no empujen o salten a las vías del tren..."

Hermione torció los ojos mientras empujaba su carrito de equipaje con sus baúles coronado por la jaula de Crookshanks, pensando si realmente había alguien lo suficientemente estúpido como para que le recodasen que no debía tirarse a las vías. Suspiró, ¿A quién quería engañar? Sus propios amigos eran proclives a meterse en situaciones que a las leguas se veía que podían llegar a ser mortales. Por suerte para ellos, ella siempre aparecía para salvarles el pellejo.

¿Un duelo en su primer año en la sala de trofeos a media noche contra un niñato flacucho hijo de su papi?

¿Meterse en la sala común de Slytherin después de que el mismo niñito de papi se metiera con ella por su procedencia en su segundo año? En el fondo les agradecía que la defendieran, pero si no llega a sacarlos de allí hubieran sido expulsados.

¿En tercero...? Bueno en realidad en tercero fue ella misma quien golpeó y rompió la nariz del mismo insufrible chico.

¿Lanzarse al lago en pleno invierno por una absurda apuesta sobre quién era mejor mago en cuarto curso? Nuevamente con el mismo chico. Hermione tuvo que meterse en el frío lago y sacar a Harry del pescuezo mientras soltaba al Grindylow que lo intentaba ahogar.

En quinto a sus amigos les dió por querer investigar hechizos defensivos y de más fuerza. Realmente ella estaba sorprendida de que se aplicaran tanto en sus estudios... si no fuera porque casi se matan poniéndolos en práctica. Fue el año que más pisaron la enfermería.

Sexto... Ron había descubierto el amor... o mejor dicho el pegarse a los morros de las chicas como si su vida dependiera de ello. Por otra parte Harry seguía con los hechizos nuevos. Por desgracia casi mata con uno de ellos, nuevamente en un duelo, al mismo niño de papá de siempre y nuevamente Hermione estuvo allí para salvar al chico y que su amigo no se convirtiera en un asesino.

Realmente estaba cansada de ser una mezcla entre amiga, hermana, madre y niñera, todo en uno para sus dos mejores amigos. Siempre sacándolos de los problemas y dando la cara por ellos ante el Director Dumbledore y la profesora McGonagall.

Eran Gryffindors y por lo tanto, osados, intrépidos, valientes y sin una pizca de autoconservación. Ella también era una Gryffindor, pero a diferencia de sus dos amigos, ella también tenía una parte racional que la hacía pensar antes de actuar, evitando la impulsividad. Por esta causa ella era la que mantenía el equilibrio y la supervivencia.

Este año había decidido que sólo se concentraría en sus EXTASIS. Si Harry o Ron querían autoinmolarse sin ser conscientes, que así fuera. Además este año había recibido la mayor condecoración que un alumno de Hogwarts podía conseguir, ser premio anual.

Hermione tiró de su carrito y se colocó de frente en la columna de ladrillos que separaba el andén nueve y diez. Sin dejar de caminar observó que nadie estaba atento a ella. Cuando parecía que iba a chocar contra los ladrillos con su carrito y hacer un gran estruendo en el andén, sucedió todo lo contrario. Lo atravesó como si en realidad allí no hubiera ningún muro sólido y junto a ella lo hicieron sus padres.

Aún recordaba la primera vez que atravesó aquel muro.

Tenía once años y estaba preparada para entrar a un prestigioso colegio privado de Londres. Sus padres ya habían encargado el uniforme el mismo día que habían finalizado las clases ese curso. Pero nunca llegaría a usarlo.

A mediados de Julio una extraña mujer, vestida con ropa normal pero con prendas un tanto extravagantes, había llamado a su puerta. Sus padres, un tanto reacios, no sabían si dejar pasar a la extraña mujer que vestía una capa de cuadros escoceses en pleno mes de verano. Su rostro severo con los labios apretados y sus ojos fijos tras unas gafas de montura cuadrada, sumando su excelente dicción aún con su fuerte acento escocés, consiguió que los Granger le dieran paso a su hogar.