Capítulo 4

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Ay ay ay... 

No digo nada y lo digo todo

Capítulo 4

Era grande y callosa. Subía lentamente por su muslo mientras que sus labios seguían conectados. Ella suspiró y él, tragó ese suspiro por completo. El tejido de terciopelo lavanda, era una excusa de protección, fácil de retirar. Pronto, esa mano estaba sujetando su cadera con firmeza, mientras su compañera seguía enterrada en los rizos de la bruja.

Ambos gimieron en la boca del otro.

Hermione estaba perdida en todo aquello. Después del verdadero beso de Malfoy la noche anterior, desencadenado por una discusión acalorada. Decidió que necesitaba continuar investigando las fantasías patentadas. Había estado cavilando durante un buen rato si empezar una nueva o seguir con la ya existente, pero la curiosidad decidió por ella. Ahí estaba de nuevo, en los brazos y los labios de un Malfoy más maduro.

¿Realmente crecería para convertirse en ese espécimen? Hermione esperaba que fuera un sí rotundo. Malfoy era atractivo, eso era indiscutible. Las prácticas de quidditch habían hecho maravillas con su anatomía de preadolescente. Ahora a sus diecisiete años, el joven ostentaba un buen cuerpo, completamente en forma y fuerte. Pero seguía siendo juvenil. En cambio en esos momentos, el Malfoy que la besaba como si fuera el fin del mundo, era más alto, más ancho y con todos los músculos en su lugar. Su cara, joven, pero con una madurez que la hacía estar mucho más mojada y excitada. Rezaba de que este fuera el retrato del futuro, aunque pensándolo mejor... no, mejor no. Sería muy difícil mantener la concentración ante él en los próximos años.

Malditos fueran los gemelos Weasley por provocarle esta nueva debilidad.

Estaba segura, por la forma que estaba transcurriendo todo aquello, el beso, el abrazo y su mano bajo el vestido, que acabaría recostada en el jergón que había al fondo de la cabaña.

No se equivocaba.

Malfoy sujetó su pierna para que se sujetara de su cadera y agarrándola de su cintura con el otro brazo la levantó del suelo. Un gemido de sorpresa salió de la boca de la bruja, que se sujetó con más fuerza cruzando sus brazos por detrás del cuello del mago. Este andó la poca distancia hasta colocarla suavemente sobre el lecho. Separó los labios y levantó la cabeza para observarla.

-Estamos en las profundidades del bosque de Savernake. Protegidos por numerosos hechizos escudo y de protección, así como, las protecciones ancestrales de la familia Malfoy.

-¿Qué?

Hermione estaba aturdida después de la sesión de besos intensos. Estaba claro que tenía que estar mirando al mago con mucha confusión, por lo que este le dedicó una sonrisa pícara, del que se sabe que ha conseguido derretir el cerebro de alguien con solo su talento.

-Me preguntaste por la localización de este lugar anteriormente, mi alteza. Por lo que estoy resolviendo sus dudas.

Seguía atónita. ¿Qué acaso ese mago se había olvidado de lo que seguía después de acostar a una bruja en una cama durante una sesión de besos intensa? Pero algo en la mente de Hermione hizo clik. Se habían aparecido de una punta de una nación a otra, atravesando las fronteras de Escocia y ahora se encontraba en los dominios de Wiltshire.

Hermione sabía que Wiltshire era el hogar ancestral de la familia Malfoy en la realidad, pero supuestamente en su fantasía ella era la princesa de Hogwarts, un reino donde vivían los magos y brujas en armonía evitando ser asesinados por los muggles. Necesitaba saber más sobre cómo estaba organizado el mapamundi.

Wonder Witch Collection ~ HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora