▫ 𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙩𝙬𝙤

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Los primeros meses con Heeseung fueron un infierno, o así lo sintió Geonu.

Para empezar, no sabía que Heeseung era sumamente competitivo en el tema académico.

Bueno, en realidad lo era con todo, pero más con todo lo referido a llegar a ser el mejor universitario que la carrera de Ingeniería Química tendría en esos años donde Heeseung estuviera cursándola, y como estaba en su segundo semestre y compartía alguna que otra clase con Geonu, se esmeraba en hacerle crecer canas verdes cuando tenían que presentar algún trabajo o hacer un exámen.

Esto había ocasionado que Geonu se desespere y quiera cerrarle la boca cada que la abría para distraerlo o hablar sobre los halagos que le hacían los docentes casi a diario.

Heeseung era demasiado... presumido. Demasiado de hecho, y se encargaba de restregarle en la cara a Geonu todo lo que hacía.

Por otra parte, le coqueteaba con descaro, sin vergüenza, como si quisiera que Geonu lo recriminara cada que lo hacía

Y era insoportable.

—Lindo, unos amigos vendrán a las cuatro, ¿podrías abrirles y dejarles pasar? —preguntó Heeseung a Geonu, quien se encontraba leyendo un grueso y pesado libro, y al escuchar la primera palabra de la oración de Heeseung, chasqueó la lengua con fastidio.

—¿Por qué no les abres tú? Son tus amigos y yo estaré ocupado —dijo, sin despegar su vista de las letras en el libro.

—Podrían ser tus amigos si salieras con nosotros —el pelinegro negó con gracia y se sentó al lado de Geonu—. Dale, yo no estaré aquí a esa hora, así que ayúdame sólo por esta vez.

Geonu negó, haciendo a Heeseung pucherear.

—Dale, sólo será un ratito y te prometo que no te molestarán en lo absoluto.

—¿Y qué tan seguro estás de eso? —preguntó, despegando por fin su mirada del libro, con el ceño levemente fruncido.

—La verdad no sé, pero ¡dale! Sólo será un ratito —Heeseung empezó a zarandearlo del brazo, haciendo que Geonu bufe y se suelte.

—Ya dije que no —dijo, en un tono que aclaraba que no quería que la insistencia siguiera. Heeseung suspiró y se fue a su habitación, dejando a Geonu solo y algo extrañado.

¿Así lo dejaba? ¿Ya no iba a insistir?

Obviamente se sorprendió, aunque lo dejó pasar y siguió leyendo, aunque inevitablemente después se preocupó y una vocecita le dijo que algo malo ocurriría, que no debió dejar pasar el que Heeseung dejara de molestar.

Algo inquieto, se removió en su lugar y al rato Heeseung salió, vestido con algo sencillo y hablando con alguien por su celular.

—Sí, ya estoy saliendo... Sip, nos vemos después —y colgó, girando a ver a Geonu con una expresión extraña, como si estuviera a punto de hacer una travesura, lo que hizo al castaño tragar seco.

—Hasta luego, Geonu, nos vemos después —sonrió pícaramente, le guiñó un ojo y salió, dejando al mayor extrañado.

Sentía que estaba planeando algo, porque la mirada traviesa que le dió antes de salir le daba indicios de que algo estaba tramando, y que no sería de su agrado.

Eran casi las cuatro de la tarde y Geonu seguía leyendo. Tenía un examen dentro de poco así que tenía que estudiar. En parte era para sorprender a sus docentes con sus habilidades, y al mismo tiempo para demostrar que podía llegar a ser mejor que Heeseung.

Era algo tonto pensar en competir contra él, pero era inevitable.

Geonu había decidido tomar un pequeño descanso y comer algo antes de seguir leyendo, pero cuando estuvo a punto de servirse un poco de agua fría y prepararse algo para comer, tocaron su puerta con insistencia.

𝘤𝘰𝘲𝘶𝘦𝘵𝘳𝘺 ↬ heenuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora