▫ 𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙩𝙝𝙧𝙚𝙚

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Decir que a Geonu no le gustó el gran puñetazo que le dió a Heeseung sería una gran mentira.

Después de cinco infernales meses, por fin pudo soltar la bronca que le tenía a Heeseung desde que se conocieron. Y, siendo sinceros, le hubiera encantado partirle la cara ahí mismo, pero se contuvo, escuchando las exclamaciones ahogadas que las ocho personas que estaban detrás suyo soltaron, agarrando a Heeseung del brazo —que, por cierto, sentía que Geonu le había partido la nariz—  y llevándoselo, dejando a todos sorprendidos.

De igual manera, Heeseung estaba anonadado, siguiendo a Geonu a trompicones hacia el baño, donde entraron y el mayor cerró la puerta. Al escuchar el portazo, por fin pudo reaccionar.

—Geonu, ¿qué mierda? —soltó, frunciendo el ceño y empezando a sentir un ardor en la cara.

—Te lo merecías —respondió con calma, levantando los hombros sin importancia, como si no le hubiera dado a Heeseung el puñetazo de su vida.

—Pero... ¿por qué? —balbuceó, viendo que Geonu sacaba unas cosas del compartimiento detrás del espejo del baño.

—Porque sí, grandísimo imbécil —respondió de inmediato, empujando al menor para que se sentara en el inodoro. —Uy, sí que te di fuerte.

Heeseung se miró al espejo, viendo por fin su aspecto: un delgado hilito de sangre salía de su nariz y su mejillas izquierda estaba rojísima, y cuando quiso quejarse y gritar, la cara le dolió.

—¿Qué tanta bronca me tenías para darme así de fuerte? —preguntó despacio, sintiendo un sabor metálico en su boca y viendo a Geonu humedecer una gasa.

—Mucha —Heeseung frunció el ceño y Geonu sonrió—. ¿Perdón? Igual te lo merecías —dijo, mientras se inclinaba un poco hacía Heeseung, con la gasa en mano, pero el pelinegro retrocedió.

—¿Qué haces? —preguntó, confundido.

—Ish, ¿acaso no es obvio? —preguntó también, volviendo a acercarse, pero Heeseung volvió a retroceder.

—¿Por qué lo haces? —Heeseung lo miró raro y Geonu rodó los ojos.

—Mira, si fuera por mí, te hubiera dejado ahí, humillado en frente de todos, pero no, ya me desquité —respondió, acercándose una vez más. ésta vez Heeseung no retrocedió.

—¿Te arrepientes? —cuestionó con gracia.

—Te hubiera partido toda la cara —dijo, empezando a secar la sangre semi seca, algo nervioso por la cercanía.

—¿Y por qué no lo hiciste? —Heeseung preguntó, sintiéndose algo raro. Geonu terminó de limpiar, separándose —a lo que Heeseung soltó el aire que no sabía que tenía retenido—, tirando la gasa a la basura y abriendo un pequeño bote con crema.

Ambos suspiraron levemente por la reanudada cercanía.

Geonu no respondió al instante, más bien termino de esparcir la crema con cuidado mientras pensaba en una excusa, porque la verdad no sabía por qué lo había hecho. Se quedó pensando, admirando lo suave que se sentía la piel de Heeseung. Al mismo tiempo, éste sentía escalofríos ante el contacto de los dedos fríos de Geonu con su mejilla caliente por la pena.

—Quería burlarme de ti —dijo por fin, separándose de repente. Heeseung sintió frío— por ser tan idiota, y tal vez porque podrías devolverme el golpe y la verdad no me convenía que lo hicieras —añadió, mientras guardaba las cosas detrás del espejo.

—Así que me golpeas y luego haces como si nada, ayudándome, para que no tenga una excusa para devolvértelo después —dijo, sonriendo con diversión.

𝘤𝘰𝘲𝘶𝘦𝘵𝘳𝘺 ↬ heenuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora