Cap 1

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"Come here," Le dice Haaland antes de salir al campo a entrenar. Manchester es una ciudad fría, muy fría, más por la mañana, a lo que Julian todavía se está tratando de adaptar. Todavía no habla inglés del todo y Erling tiene acento, a veces no se entienden, pero buscan la manera de comunicarse. Julian camina concentrado en acomodarse los guantes hasta que Erling lo frena, manos en sus hombros, no tiene guantes puestos y Julian se sorprende del calor que emana de él.

Antes que le pueda preguntar a Erling que es lo que necesita el rubio frota su mejilla contra el cuello de Julian, teniendo que agacharse para hacerlo, justo sobre la glándula de feromonas. El contacto hace que Julian suspire, puramente de instinto, le guste o no tener un alfa cerca, en especial uno como Haaland, lo ayuda a relajarse. Erling sonríe y la tensión se escurre de los hombros de Julian.

"All done." Dice Erling y levanta su pulgar, Julian sonríe y repite la seña.

Entrenar le despeja la mente, mientras corre y salta hasta que le queman los musculos no piensa en casa, no extraña tanto, no se siente tan solo. En el equipo hay algunos otros betas y omegas pero en su mayoría, como en cualquier plantel de fútbol, son alfas. Julian transpira, corre, jadea, vuelve a correr, hasta que los pulmones le queman, hasta que el entrenador lo obliga a tomarse un descanso.

Mientras respira en la banca siente como las piernas le laten, aún así quiere volver al campo y volver a correr, casi que puede sentir su propio olor. Su camiseta térmica está saturada de transpiración, siente levemente el aroma de sus feromonas, vainilla y canela, sobre ellas aún siente las de Haaland, mucho más fuerte y densas. Erling huele a pino y limón, aunque Julian piensa que podría ser pomelo, el olor de Erling hace que se ahorre algunas miradas y empujones de más por parte de otros alfas. No es la primera vez que tiene que regular su esencia de alguna manera, cuando jugaba en River solía cambiar su camiseta con la de Enzo para disimular su olor durante partidos. El fútbol es un deporte muy pasional que a veces lleva a los alfa a creer que pueden llevarse a los omega por delante, los instintos naturales están a flor de piel, pero a Julian no lo asusta, pueden marcarlo tres alfas y el igual encontraría manera de pasarlos y patear al arco.

Julian espera que los alfa del equipo se duchen primero antes de entrar él, el agua caliente lo ayuda a descontracturar los músculos de la espalda. Ya se va a cumplir un año desde que llegó al Manchester City pero siente que el único amigo que realmente tiene es Haaland, con quien apenas puede comunicarse. Erling es un buen chico, es alto, dulce, siempre atento de cómo se siente Julian. Julian suspira. No es suficiente, se siente solo, extraña a su plantel de River, extraña a la selección. El mundo es un poco más gris desde que se fue de la Argentina. Mientras se lava el pelo trata de pensar en positivo, el club está en proceso de comprar nuevos jugadores para la próxima temporada, tendrá compañeros nuevos, con suerte alguno será omega o argentino, con más suerte no se va a sentir tan solo.

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Erling está en el cuarto que comparten cuando Julian vuelve, salió a cenar por el centro de Manchester buscando algo para hacer, ya es tarde y Erling está acostado viendo cosas en su celular. Julian no está seguro si es el cansancio que ya no le permite comprender el poco inglés que sabe o si Erling está mirando cosas en otro idioma, prefiere pensar que es la segunda y no que su inglés tiene más fallas de las que quiere admitir. Julian se saca las zapatillas y se acuesta con Haaland, quien se hace a un costado y lo deja meterse a la cama con él, Erling lo acoge bajo su brazo y Julian se acomoda.

El aroma de Erling está más fuerte que hace unos días, Julian supone que su celo está cerca y se pregunta si lo más coherente es estar tan pegado a Haaland, dado que podría despertar su propio celo. No habría problema si Erling entra en celo, tiene una novia con un departamento alejado del predio del City, puede irse tranquilo por una semana a resolverlo, no es lo mismo para Julian quien tendría que pasarlo solo encerrado en la habitación del club. El nudo en la garganta de Julian crece, no le gusta mostrarse tan sensible, aunque sabe que Erling no lo juzga realmente.

En el Manchester CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora