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Diana se encontraba entre las gradas. De todas ella era la única que parecía estar fuera de lugar. Entre las gradas junto a ella se encontraban las hermosas novias de los futbolistas del Borussia. No es que ella no fuera hermosa porque lo era. Parecía una princesa. Todo por la buena genética de su hermosa madre. Que la hacía estar fuera de lugar era el ser nadie ahí. Todas eran wags o hermanas de los muchachos y luego estaba ella quien simplemente era la mejor amiga de Jude. Tampoco era una malagradecida. De hecho, estaba muy orgullosa de ser la mejor amiga de Jude. Todas solían tenerle envidia porque no cualquiera podía ser parte de su vida. La gente la envidiaba también por lo hermosa que era y porque creían que ella y Jude estaban enamorados, pero solo ellos dos sabían la verdad. Se amaban mucho, pero no romanticamente.
Jude era un buen muchacho, pero no el tipo de muchacho con el que saldría. Era muy guapo y amaba pasar tiempo con él, pero no lo veía de esa forma. No sé veía a ella misma saliendo con él.

— ¡Diana!—

Diana se dio la vuelta para encontrarse con su mejor amigo. Jude se encontraba subiendo las gradas, estaba agotado por el entrenamiento y sudado. Diana sonrió. Siempre amaba ir a verlo a los entrenamientos. Era cierto que a veces solía ser incómodo porque siempre le preguntaban lo mismo, que si era la actual novia de Jude, pero ya estaba acostumbrada. Diana bajó algunos escalones y se lanzó para abrazarlo. Amaba mucho sus abrazos, le generaban demasiada paz.

— ¿cómo te fue?— preguntó Diana sintiendo el sudor de Jude en ella. Le dio algo de asco, pero ya era costumbre.

Jude la separó del abrazo y la miró sonriente.

— Bien, tengo hambre — contestó.

Diana y Jude siempre solían ir a comer luego de cada entrenamiento. Ya era como algo de ellos. Esa tarde fue algo diferente pues ninguno tenia ganas de ir a ningún restaurante así que decidieron comer en casa. Diana se montó con Jude y se dirigieron a su casa. Durante el camino escucharon algunas canciones y ya llegaron a la casa de Jude. Jude abrió la puerta y se dirigieron al sofá.

— ¿qué película quieres ver hoy?— preguntó Jude encendiendo el televisor.

Diana era muy fan de las películas de Disney. Era lo único que veía junto a Jude. Nadie antes lo había puesto a cantar canciones de princesas como ella lo había hecho. Él prefería cualquier película de marvel o de acción, pero decidía ver esas solo. Con Diana se volvía un niño. Diana miró la pantalla del televisor, en él ya estaba puesto Disney+ y ella miraba que película les faltaba por ver. El domingo habían visto Valiente y con esa habían acabado las películas de princesa.

— ¿te gusta Ratatoullie?— preguntó Diana a Jude.

Jude asintió aunque sabía muy bien que no le gustaba Ratatoullie. Así fue como pasaron la tarde. Vieron varias películas luego de esa y Jude ordenó pizza para cenar. Diana estaba empeñada en hacerse mascarillas así que no le quedo de otra. Igualmente le hacía falta de vez en cuando un skincare. Le ayudo a Diana a pintarse las uñas y luego se pusieron a jugar juegos de mesa. Diana se sentía siempre bienvenida en casa de Jude. Era como su segunda casa. Para ella Jude era como un hermano, el hermano que nunca tuvo. Además de que era lo único que tenía. A Diana todas sus amigas habían dejado de hablarle cuando se mudo y se le hacía difícil hacer amigos así que hasta ese día solo tenía a Jude y a su hermano menor como amigos. Ni siquera supo paso todo. Literalmente se conocieron de la forma más random posible. Diana estaba teniendo dificultad al abrir la puerta de su auto y Jude quien estaba al lado estacionado pues la ayudó. Luego se intercambiaron los instagram y con el tiempo se volvieron muy amigos. Jude la ayudó a sacar el carnet y a hacer básicamente todo. Era el mejor.

— te gané, otra vez — río Diana mirando la cara de enojo de Jude. Se veía muy adorable.

Jude hizo un puchero y luego recogió las piezas del juego para guardarlo. Juntos guardaron todo y lo pusieron en la habitación de Jude. La sala estaba ya estaba recogida y ya no tenían ganas de ver más películas qsi que se sentaron en la mesa de la cocina. Quedaba pizza en la mesa, pero tampoco tenían hambre. Diana y Jude se miraron por unos minutos. Casi nunca se quedaban sin nada para hacer pues siempre a alguno se le ocurría una idea, pero esta vez no sabían que cosa hacer. Jude se quedó pensando y entonces se le prendió un foco. Una idea medio tonta, pero servía para matar el aburrimiento. Se levantó de la mesa sin mencionar nada y se acercó al fregadero en busca de algo. Diana lo miró con el entrecejo fruncido.

𝘽𝙚𝙨𝙩 𝙁𝙧𝙞𝙚𝙣𝙙𝙨 | Jude Bellingham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora