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Jude pasó la noche entera dando vueltas en la cama. Luego de estar un rato en el lugar decidió largarse. Sentía que parecía un stalker. No sabía porqué, pero sentía demasiada desconfianza de aquel hombre ¿o era porque era la primera vez que Diana salía con alguien?. La edad lo calmaba menos. Jude miró el reloj, eran las dos de la mañana y aún no recibía ningún mensaje de Diana ¿y si le había pasado algo?. La ansiedad comenzó a pegarle a Jude con un puño en el estómago, hizo que tuviera que encender el aire acondicionamiento cuando afuera estaba helado. En cuanto el reloj marcó las tres de la mañana no aguanto más el cansancio y quedó rendido en la fría almohada. A la mañana siguiente se levantó congelado y con la garganta adolorida. Había olvidado cambiar la temperatura del aire acondicionado. Miró el reloj en la mesa de noche, eran las once de la mañana. Gracias al cielo no tenía entrenamiento y nada pendiente por hacer. Se levantó rápido de la cama y se fue a hacer su rutina de la mañana. Mientras se servía café escuchó vibrar su teléfono en la cama así que corrió hasta su habitación y al ver el nombre en la pantalla se le alumbró el rostro de alegría (o más bien alivio).

— Al fin contestas — dijo sentándose en la esquina de sus blancas sábanas.

Diana estaba en el balcón de su apartamento. Rodó los ojos al oír el tono de Jude. Sabía que debía estar enojado por no haberle contestado en la noche, pero es que habían pasado muchas cosas a la vez que olvidó hacerlo.

— estaba con sabes quien y...se me olvidó — dijo apretando sus finos labios.

Jude soltó un gruñido sin querer ¿porqué había hecho eso? Diana no había dicho nada que no supiera.

— ¿dormiste con él?— preguntó tratando de convencerse de que de solo sentía curiosidad y que no preguntaba por nada más.

La verdad es que Jude era un tipo curioso y más cuando se trataba de la vida de Diana. Siempre estaba ahí con el hocico metido en los asuntos de ella. Le encantaba sentarse en la sala con ella a conversar acerca de chismes estúpidos de modelos. Era su pasatiempo favorito luego de hacer fútbol. En este caso estaba muy intrigado por saber que había pasado entre ella y aquel tipo la noche anterior, solo por curiosidad ¿cierto?. El silencio que hubo de repente hizo que Jude sintiera un raro vacío en el estómago. Ya sabía lo que había ocurrido entonces.

— Pasaron más cosas que solo dormir...— dijo de repente alejándose del teléfono.

Jude era de las pocas personas que ella conocía que se preocupaban tanto por ella. Era como por fin tener un hermano mayor solo que este era de su edad. Siempre la regañaba cuando hacía cosas malas. Lo único diferente está vez es que esto en realidad era malo. Se había metido con un tipo que apena conocía y había cogido con él cuando apenas era una jovencita. Respiró profundo antes de que Jude pudiera dejarla sorda. Así fue.

— ¿¡Te acostaste con él!? — soltó un grito. Probablemente todo el vecindario se entero de todo.

Jude sitió la cara ponerse roja y como le comenzo a latir en el cuello la vena. ¿En qué había pensado Diana? Estaba loca ¿cómo iba a meterse con un tipo así de nada?. De repente Jude comenzó a preguntarse si en realidad la conocía del todo. Para él Diana era una chica totalmente dulce y calmada. La típica chica guapa e inteligente que fascinaba leer y hacer manualidades. La que disfrutaba de un buen té mientras veía una comedia romántica. La tipa chica linda que nunca ha tenido novio y que vive en su propio mundo de rosa. La que lleva tacones de brillo y se rehúsa a usar zapatillas que no combinen con su ropa. ¿Como iba a ser esa misma Diana la que le estaba contando esto?. Jude sintió una decepción inmensa como ke acabarán de dar una pésima noticia inesperada.

— Tranquilo, Jude. Hubo protección y estoy bien — respondió Diana lentamente y tratando de sonar lo más calmada posible. Sabía que Jude se estaba volviendo loco y le pareció algo gracioso. Ni su hermana había reaccionado de esa forma cuando le contó.

𝘽𝙚𝙨𝙩 𝙁𝙧𝙞𝙚𝙣𝙙𝙨 | Jude Bellingham Donde viven las historias. Descúbrelo ahora