Cinco

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—sabes es la mejor vista de este lugar ¿Verdad?

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—sabes es la mejor vista de este lugar ¿Verdad?

—si...—se volteo a mirarme con sus mejillas sonrojadas—si no quieres hacer esto yo de v...

—tranquila...—toque su mejilla—lo comprendo pero yo deseo estar contigo y..

—¿De verdad?—asentí—yo también pero

—¿Pero...?

—me siento tonta en pensar en mi primera vez ya que...

—mi amor eso no es tonto es más me siento honrado—sonrei—de ser el primero

Y la bese y enredé mi lengua con la suya y sentir como me rodeó mi cuello con sus brazos y correspondiendo me con esa misma intensidad que yo.

Que separe mis labios con los suyos y sonreí y ver cómo abría sus hermosos ojos mirándome que acaricié su mejilla y caímos en la cama besando cada parte de su delicado pero hermoso cuerpo y me abrazo con la misma intensidad, disfrutando de nuestro amor

Baje lentamente la medio de su pierna mientras la besaba. Y es que no podía apartar los labios de ella y como no hacerlo si son una gran  adicción y la mejor parte es que es solo para mí

Gruñi cuando ella alzó las caderas y me rodeó la cadera con su pierna, rozándome la entrepierna.

Ella también me desea cosa que me hace demasiado feliz

Deje de besarla y la miré, y me miró aún sonrojada; y sonreí ya que jamás había visto nada tan bello como lo era ella sonrojada que me acerque y besé su frente y cerro sus ojos y la volví a besar en los labios.

—te amo...

Y bese sus labios y me correspondió que baje a su cuello besándolo y mis manos se introdujeron bajó su blusa, levantándola. 

Me sonrió que me ayudó a quitarle la blusa ya que también me quite la camisa que tenía puesta sonriendo, baje mis labios por su clavícula hasta dar con el nacimiento de sus senos. 

Ví como cerró sus ojos, sonrojada, mientras le bajaba los tirantes del sujetador. Cuando se lo quite, admiré esos pechos que desde hoy iban a ser solo mios y baje mi boca y lami su pezón cosa que la hizo gemir y sonreí que seguí lamiendo y de vez en cuando dando pequeños mordiscos mientras jugaba con el otro.

—naruto…

Dejé sus pechos y subí a sus labios de nuevo que me rodeó con sus brazos y frotó mi cadera.

—tranquila…

Baje la mano y acaricié su  pierna, subiendo la hasta rozarla con su intimidad que la bese con toda mi pasión, le bajé su falda llevando con ella su braguita. Ella intentó cerrar sus piernas, pero se lo impedi, poniéndome entre medio de ellas.

Mi SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora