Dejaron pasar un tiempo de rigor y, de nuevo, prácticamente sin decirse nada, ambas sabían que había llegado el momento. Volvieron a comprobar cuándo sería la próxima noche de luna llena y Laura volvió a decir a sus padres que dormiría en casa de su amiga Lilly.
De nuevo, recorrieron el sendero del bosque bajo la luz de la luna. Sentían la misma emoción que el primer día de esta aventura. Llegaron al claro de la hierba verde esmeralda, se sentaron y observaron la cascada mientras reían hablando del divertido verano que estaban pasando juntas.
Pasaron los minutos y Laura y Lilly se tumbaron para seguir charlando. Una vez más, el croar de las ranas, el dulce sonido de la cascada y la magia de la luna se aliaron para hacerlas caer en un ligero sueño.
Esta vez fue Laura la primera en despertar. Sin separar la cabeza del césped, parpadeó y miró a Lilly, que dormía. Enseguida, Laura notó que había algo diferente en el ambiente. No se escuchaba absolutamente nada. Se incorporó y miró a la cascada. El agua seguía cayendo como siempre, pero no había ningún sonido. El agua se había dormido. ¡La leyenda era auténtica!
Laura se acercó a Lilly y le tocó el hombro repetidas veces para despertarla. No quería hacer ni un solo ruido, temerosa de romper el hechizo del agua durmiente. Lilly se despertó y se incorporó, con cara de asombro al advertir que no se escuchaba absolutamente nada. Ambas niñas se cogieron de la mano y se acercaron un poco a la orilla.
El espectáculo que ocurrió a continuación fue tan maravilloso que las dejó sin respiración. La luz de la luna se intensificó. De hecho, Laura la miró y parecía estar muchísimo más cerca, estaba enorme. El agua de la cascada comenzó a tornarse de color plata, y poco a poco la piscina natural se llenó de un bello tono plateado en el que nadaban peces dorados, llenos de vida, resplandecientes. En cada piedra del fondo se reflejaba la luna, con su luz, sus cráteres y mares y su magia ancestral.
Aunque no se escuchaba absolutamente nada, dentro de sus mentes parecía sonar una melodía dulce, casi angelical. Cada nota llegaba en el momento justo, era una melodía que guardaba el equilibrio perfecto. La paz que hacía sentir lo llenaba todo.
Este espectáculo duró varios minutos. Poco a poco el agua comenzó a despertar, su sonido empezó a ganar intensidad y los brillos del agua se fueron apagando.
Pero esa luz, la luz de la luna y de su embrujo sobre el agua que duerme, la luz de agradecimiento de la naturaleza hacia estas niñas no se apagó del todo. Esa luz se metió en sus corazones e iluminó sus vidas, creando un vínculo especial de amistad.
Laura y Lilly, la luna y el agua, fueron amigas para siempre.
FIN
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EL AGUA DORMIDA (finalizada)
FantasíaEste bonito y sencillo cuento fue creado a partir del tema "el agua". Es también un pequeño homenaje a la amistad de dos pequeñas grandes escritoras: @laurammate y @moradora Consta de 4 capítulos. Espero que os guste.