06| Pista 5

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El conocer a Alice en aquella situación no fue la mejor manera, el solo verlo solo en aquel parque le genero una tristeza inmensa, le vio tan roto como él, sabía que ambos habían pasado por momentos que no eran nada grato, se le veía en la mirada ...

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El conocer a Alice en aquella situación no fue la mejor manera, el solo verlo solo en aquel parque le genero una tristeza inmensa, le vio tan roto como él, sabía que ambos habían pasado por momentos que no eran nada grato, se le veía en la mirada vacía y triste que siempre tenía cuando hablaban. Poco a poco su relación comenzó a avanzar a una amistad sincera, en la cual se contaban de todo, Iruma no pudo ocultarle las relaciones fallidas que tuvo y en las cuales pensó que era su culpa o al menos eso quería creer él.

Alice le hizo ver cuán especial era sin importar las imperfecciones que él creía tener, pues todo lo imperfecto es realmente perfecto, esas palabras siempre se las decía, Iruma aprendió a amarse de la misma manera en que Alice aprendió a amarse, ambos aprendieron cosas el uno del otro. Siempre para ser mejor, una mejor versión de sí mismos, para poder ser lo que sus parejas merecen.

Las citas se volvieron actividades constantes, las noches de ver películas animadas, de terror y romance no podían faltar los fines de semana, la visita con sus familiares, almuerzos en los cuales no podían darse el lujo de faltar pues sus familias se volvieron unidas al saber de su romance catalogado como poco adolescente.

El dormir abrazados o juntos se volvió esencia en sus noches, los besos al despertarse en las mañanas, al irse a sus respectivos trabajos, al llegar a casa y encontrarse, antes de dormir, todo se volvió parte de su día a día que no se arrepentían de volver rutinarios aquellos momentos, porque no solo era rutinario, al contrario, siempre había algo que lo hacía diferente, ya sea el amor que se tenían mutuamente o era la manera en cómo se expresaban al darse sus besos, siempre era diferente.

El dormir abrazados o juntos se volvió esencia en sus noches, los besos al despertarse en las mañanas, al irse a sus respectivos trabajos, al llegar a casa y encontrarse, antes de dormir, todo se volvió parte de su día a día que no se arrepentían ...

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El atardecer se podía notar en cielo, esas tonalidades naranjas y amarillas te daban la sensación de un ambiente cálido, las nubes se coloreaban de esos mismos colores combinándose entre ellos, dando una de las mejores vistas del cielo, de aquel atardecer tan cálido.

Iruma se encontraba en la puerta de aquel hotel, soltó un par de suspiros hasta poder tomar valor para poder ingresar al complejo y dirigirse con el personal de recepción. Con lago de vergüenza reflejada en su rostro y un notorio sonrojo se decidió a hablar.

—Buenas tardes se sorprendió de no haber tartamudeado e incluso de haber dicho todo revuelto.

—Hola buenas tardes — le saludo una chica de estatura promedio, rubia y de ojos color dorado, le estaba de dicando una cálida sonrisa mientras se sentía escaneado — ¿Cuenta con alguna reservación? — pregunto con una sonrisa amable, su voz sonaba de manera cálida también.

—Si — hablo de forma tan rápida que le saco una risa a la chica enfrente suyo — de hecho, me están esperando en la habitación 540 — nuevamente el sonrojo se apodero de su rostro.

Únicamente pudo notar como la chica tecleaba algunas cosas en el computador que tenía enfrente de ella, para después irse por algunos momentos, momentos que al peli-azul se le hicieron eternos. Cinco minutos pasaron para que regresara la chica con un sobre en mano, además de una tarjeta electrónica, él suponía que era de la habitación antes mencionada.

Otra vez la espera, la rubia comenzó a teclear de manera rápida en su computador para después de dedicarle una mirada fugaz y volver su vista al computador.

—Esta es su llave — hablo para entregarle una tarjeta con el número de habitación impresa en ella. —Esperamos que su estancia sea placentera — termino de decir, para después tenderle el sobre que aún tenía en mano. Se despidió con una ligera reverencia para después darse la vuelta.

Iruma no aguantando más las ganas de salir huyendo del sitio, el sonrojo no se iba de su rostro, el cual comenzó a presentarse en sus orejas. Se dirigió al ascensor para presionar el piso correspondiente al número de su habitación, no sabía si encontraría a Alice en el lugar, solo esperaba que sí, ya que habían pasados algunas horas y no le había visto, ya comenzaba a extrañarle de sobremanera.

Mientras se encontraba en el ascensor miro el sobre que aún sostenía, con un poco de curiosidad para proceder a abrirlo, encontró nuevamente una carta, era de Alice, su caligrafía era muy fácil de reconocer, o al menos eso pensaba él.

Mi amado Iruma,

Ya estamos a casi nada de encontrarnos, sé que la espera fue larga y el camino cansado, espero que cada uno de los lugares recorridos el día de hoy te hayan devuelto los recuerdos de los momentos que pasamos, cada instante, cada día.

el solo hecho de ir contigo a esos lugares los volvió únicos y mágicos para mí, porque lo pude conocer y compartir con alguien a quien amo con toda mi alma.

También espero que esto lo estés leyendo en el ascensor o si es posible antes de estar ahí, necesito prepararme para poder recibirte como mereces, en este momento no puedo estar más que nervioso, aunque no te tengo enfrente mío y que seguramente estés leyendo esto mucho tiempo después de que fuera escrita, me estoy muriendo de los nervios, no sé si en cuanto te vea seguiré así, solo espero que no.

"Esta como tal ya no será una pista, ya que nos encontraremos en aprendimos lo que es el amor verdadero."

No puedo esperar para verte, con amor y siempre tuyo.

Alice.

Termino de leer la carta justo en el momento en el cual el ascensor se detuvo, Iruma salió y comenzó a caminar a la habitación en donde seguramente se encontraría con Alice, al estar enfrente de la puerta de manera, los nervios comenzaron a llegar a su persona, despacio deslizo la tarjeta en la cerradura de la puerta y con un pequeño clic la puerta se abrió.

Termino de leer la carta justo en el momento en el cual el ascensor se detuvo, Iruma salió y comenzó a caminar a la habitación en donde seguramente se encontraría con Alice, al estar enfrente de la puerta de manera, los nervios comenzaron a llegar...

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Definición de Amor | IruAzzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora