Iruma nunca espero encontrar a alguien como Alice, alguien que haría que su vida gire 180 grados, alguien capaz de hacerle saber que es el amor verdadero.
Alice nunca espero tener en su vida a alguien como Iruma. Alguien capaz de poder ayudarle a r...
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Iruma se encontraba dentro de la habitación, esta estaba a oscuras por lo cual tuvo que tratar de encontrar el interruptor para poder encender las luces del lugar, comenzó palpando con sus manos la pared más cercana para poder encontrar el interruptor, después de algunos segundos intentando lo encontró. Al encender la luz noto como la habitación se encontraba decorada. Algunos globos de diferentes colores y tamaños estaban regados por el suelo del lugar, así como también algunos estaban pegados a las paredes, algunos globos con helio estaban en el techo con pequeños listones colgando.
La habitación se encontraba decorada de colores azul y rosa en diferentes tonalidades, algunos colores eran pasteles y otros naturales, también podía notar algunos colores como el verde pastel y color lila.
Se hizo paso hasta poder llegar al centro en donde se encontraba él, aquella persona que es y será el amor de su vida, su lugar seguro, la única persona capaz de amarlo con todo y sus defectos porque para él son perfectos. La sonrisa que le dedicaba en ese momento era tan hermosa que sintió enamorarse de nueva cuenta de ese chico.
—Espero que te guste tu sorpresa — hablo Alice aún con la sonrisa en su rostro y un enorme sonrojo comenzando a apoderarse de su cara.
—Me encanta — contesto Iruma acercándose de manera lenta al peli-rosa.
—Aún falta una parte de la sorpresa, no es todo lo que tengo preparado para ti — Iruma únicamente respondió con un asentimiento para después abrazarle de tal manera que podía expresar lo mucho que le había extrañado durante todo el día, pues ni una llamada o noticias del contrario tuvo.
El abrazo duro algunos minutos, minutos que Iruma no dudo en recargar su cabeza en el pecho del contrario, amaba escuchar el corazón del contrario, escuchar que sus latidos poco a poco comenzaban a ir de manera más rápida. Iruma hasta el momento no había prestado demasiada atención a todo lo que había en la habitación, sus ojos y pensamiento únicamente estaban centrados en Alice, pero ahora, viendo bien todo, podía notar la pequeña melodía.
Esa melodía se escuchaba baja, únicamente era usada para estar en el ambiente, para que este no se sintiera tan silencioso, le gustaba. Poco a poco ambos comenzaron a moverse de manera lenta, así como la canción de fondo, algunas risas eran soltadas por ambos.
—¿Pensaste en todo? — pregunto el más bajo.
—Esto es solo un poco de lo mucho que pudo hacer por ti, además te dije que tu sorpresa no estaba completa.
—¿Aún hay más? — Alice únicamente asintió a las palabras del más bajo.
Se adentraron más a la habitación e Iruma lo noto, aquella mesa que se encontraba cerca del gran ventanal el cual daba una vista perfecta de la ciudad, las luces de los enormes edificios, el cielo estrellado que se podía admirar, todo era tan perfecto y en esa mesa se encontraba lo que estaba seguro que era, una cena para dos.
