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el suave sonido de aquella canción hizo que el joven castaño se removiera con inquietud en la cama, se quedó un momento quieto y finalmente retiro su antifaz para dormir. parpadeó un par de veces para acostumbrar sus ojos a la suave claridad de aquella habitación. con bastante pereza tomó su celular y apagó la molesta alarma, suspiró cansado al ver que eran ya las cinco y media de la mañana, con un gemido lastimero rascó sus ojos y con toda su fuerza de voluntad se sentó en la cama.

se sorprendió con levedad al notar que las pantuflas de conejito de su compañero de habitación ya no se encontraban ahí. que milagro, madrugó. se colocó sus pantuflas y se impulso para ponerse de pie, casi sonámbulo camino hasta llegar a la sala, la música animada que venti solía colocar en las mañanas le causaba un poco de conflicto. ¿cómo podía alguien empezar tan motivado su mañana?

al llegar a la cocina pudo ver al joven de trenzas bailar y cantar en voz baja, cocinando al parecer. eso sorprendió aún más a zhongli ¿que bicho le había picado al enano ese?

── buenos días bello durmiente~ ¿cómo estuvo tu noche? ── zhongli lo vió con sospecha mientras se sentaba en la isla, ¿que quería?

── ¿buenos días? estuvo normal, supongo. ¿y tu noche que tal?

── ¡estuvo excelente! como siempre. ¿puedes sacar unos platos? los huevos están listos.

zhongli nuevamente le vió sospecha mientras se ponía de pie y sacaba los platos y tazas, cubiertos también. los coloco en la isla y camino con pereza hacía la tetera del café.

── te prepare té de hierbas, por si no quieres café, claro. ── señaló la pequeña jarrita mientras le guiñaba el ojo para luego seguir sirviendo el desayuno.

── ¿qué es lo quieres?

venti lo volteo a ver con dramatismo mientras dejaba el sartén sobre la estufa ── ¿disculpa? ¿qué te hace pensar que quiero algo?

── no es normal que te levantes antes que yo y mucho menos que prepares el desayuno ¿qué es lo que quieres? ── lo señaló con el tenedor de forma acusatoria. venti suspiró.

── ya que lo dices de esa forma... quiero pedirte un favorcito, chiquito chiquito ── comenzó a jugar con su desayuno mientras le sonreía con cierta timidez.

── ¿qué quieres?

── ¿podrías cubrir mi turno de hoy? ── zhongli se atragantó con el te. ¿qué?

── ¿qué?

── que si puedes cubrir mi turno de hoy en la cafetería, no te hagas el tonto se qué me entendiste. ── zhongli suspiro, el turno de su amigo era en la tarde junto al suyo... ¿cómo iba a cubrirlo?

── ¿y por qué no irás o que?

── bueno... a los chicos y a mi nos ofrecieron tocar en un restaurante hoy a las 4, habrán muchas otras bandas independientes y la paga será bastante buena, no lo podía rechazar.

zhongli suspiro con cansancio, ya ni modo. ── esta bien, pero me vas a deber una.

── ¡gracias zhongli, eres el mejor! ── se aventó sobre el más alto para darle un abrazo asfixiante, zhongli sonrió con un poco de incomodidad mientras daba pequeños golpes en el hombro de su amigo.

── ya sueltame, se me hace tarde. ── sin decir mucho más lo soltó y ambos siguieron con su desayuno en completo silencio, lo único que se escuchaba en el comedor era la música de venti. el primero en retirase fue zhongli, quien lavó sus platos con rapidez antes de salir corriendo a su habitación, no sin antes murmurar un suave provecho a su compañero de habitación.

𝗙𝗥𝗔𝗣𝗣𝗨𝗖𝗖𝗜𝗡𝗢 ── tartaliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora