⠀⠀⠀⠀OO6 | ❝ MAYBE YOU'RE MY BLUE MOON ❞

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✨💜Mí Dickie 💜✨

Jaaayyy
Jaaasooon
Encontré un animalito, puedo quedarmelo?
Porfis porfisss
😟

El pelinegro frunció ligeramente el ceño al sentir su celular vibrar como loco en su bolsillo trasero, viendo los mensajes de su novio, al leerlos le parecía algo extraño que el mayor le preguntara a él, debía decirle a su madre, si todavía vivían en la casa de sus progenitores.

Daddy 👅💦

Dickie, deberías pedirle permiso a tu madre, no a mí
Pero por mí claro, quedatelo

✨💜Mí Dickie 💜✨

Nono
Quiero que sea de ambos
Quiero que tengamos una mascota juntos

Jason tragó duro y comenzó a sudar frío, sus mejillas enrojecieron.

Daddy 👅💦

Dick, es muy pronto para tener una mascota juntos

✨💜Mí Dickie 💜✨

Jason, vamossss
No puedo dejarlo morir
Y yo solito no puedo mantenerlo 😢😢😢
Es muy pequeñooo
Si no lo adoptamos lloraré ☹️

Ese pequeño era manipulador y sabía su punto débil.

Daddy 👅💦

Lo hablamos en casa

Guardó el celular en su bolsillo antes de ver los mensajes de emoción y con muchos emojis que su novio seguramente había mandado.

Dick no estaba en la escuela así que volvió sólo en la moto, llegó a su casa y se encontró a su novio con una sonrisa digna del niño más feliz del mundo y en sus brazos una caja, a la cual ya desde lejos Jason miró con el ceño fruncido.

—¡Mira, Jay! —Dick se le acercó con la cajita en manos, mostrando el peludo animalito de pelaje marrón claro y blanco por partes—. Es un gatito, como tu.

Jason frunció la nariz con desaprobación.

—Dick, soy más de los perros, lo siento.

Dick rodó los ojos y suspiró de forma dramática.

—Lo mismo decías de las vaginas y mírate, ahora andas comiéndome la polla.

—¡Dick!

—¡Jason! —imitó el ojiazul—. No voy a dejarlo... Es pequeño y es muy bebé, no puedo dejarlo.

—No tendrías que haberlo agarrado.

—Con solo verlo ya me lo hubiera llevado, Jay —dijo el mayor—. No voy a dejarlo por más veces que lo digas, así que lo aceptas o me voy a ofender muchísimo y no voy a volver a hablarte —e hizo un puchero.

Jason se sintió atacado.

—Bien... Te ayudaré —miró al gato y acercó una mano con lentitud e inseguridad, lo tomó y el felino maullo bastante fuerte—. No hables, rata —Jason hizo una mueca, acercó al pequeño animal maullante a su pecho mientras lo miraba con desconcierto—. Nunca tuve gatos.

—Siempre hay una primera vez para todo, lo sabes mejor que nadie —Dick se encogió de hombros—. Ahora, ¿Me acompañas con mamá a decirle? Me estuve escondiendo afuera hasta que llegaste, no sabe nada.

—Claro, amor —Jason dejó unas caricias con su mano libre sobre la de Dick, quien sonrió, antes de tomar distancia y caminar hacia la casa del mayor, porque aún, su madre no sabía nada de su relación.

Ambos entraron juntos a la casa, Jason con el gatito abrazándolo a su pecho.

—¡Mami~~! ¡Encontré un gatito! ¿Puedo quedármelo?

—No.

—P-Pero... —Dick hizo pucheros.

Miau~ —el gatito maulló de forma aguda y chillona, como el bebé que era.

—Dick, hizo un ruido.

—Jason, eres un idiota —el ojiazul le quitó el animalito de sus brazos y lo cargó él, yendo hacia su madre, quién estaba en la cocina.

La mujer miró al gatito con ternura y Dick se lo extendió para que ella lo tomara.

—Awww, mí amor, es muy pequeño...

—¿No que "No"? —dijo el ojiverde, y recibió un golpe de parte de Dick sobre su estómago, haciendo que se doblara sobre sí mismo con dolor.

—Dick, un gatito es una responsabilidad, y es muy pequeño... Quizás necesite alimentarse con biberón —su madre le daba caricias al pequeño animalito, lo mecía ligeramente como si fuera un bebé humano—. Y lo voy a terminar cuidando yo, Dick, como siempre que traes un animal a casa.

—Con Jason nos vamos a hacer cargo —dijo Dick, a lo que su novio asintió—. Lo vamos a cuidar y mantener entre los dos.

Su madre frunció ligeramente el ceño.

—¿Y Jason qué sería de él?

—El padre, duh.

Su madre rio un poco y miró al gatito, acariciando su cabecita, hasta llegar a su nariz, donde el pequeño abrió su boca y mordió su dedo, aunque ni dientes había para que le doliera algo.

—Es lindo —confesó la mujer—. Si se hacen cargo se puede quedar, pero le enseñan a cagar afuera, chicos.

—Sí, mamá —respondió Dick.

—A la orden, suegri —dijo Jason.

La mujer alzó una ceja hacia ambos, y tardaron dos segundos completos en caer en cuenta de lo que el menor había dicho.

—Ya nos exhibiste, cabrón —Dick habló bajo, pero molesto, mirando al menor a los ojos.

—Al menos disimula, maldito —respondió Jason en el mismo tono que él.

—¿Qué disimular con qué, idiota?

—Que no sé, que me tiro a tu hermana, Dick.

—No tengo hermanas, bruto, y lo sabes y que yo me enteré de que te tiras a alguien que no sea-

—Ya, ya —su madre quiso detenerlos.

—... Yo te la corto, Todd y te la meto por el culo —finalizó el ojiazul, dejando al pelinegro con los ojos abiertos de sorpresa.

—¡Dick! —la mujer llamó su atención, haciendo que su hijo la mirara con vergüenza.

—Lo siento, mamá, iba a decirte en a-algún momento, pero n-no... —Dick apretó sus labios al sentirlos temblar, de forma sutil, Jason tomó su mano, ocultándola un poco detrás de él y la apretó con firmeza, el mayor devolvió el apretón—. N-No me odies.

—No te odio, tonto —la mujer limpió con su pulgar debajo de sus ojos, donde unas pequeñas lágrimas se asomaban— Dick, siempre lo dudé... Quizás no me lo esperaba de Jason... En realidad sí, desde que los vi besarse cuando tenías cuatro, pero ese no es el tema.

—¿C-Cuatro?

—Jason fue tu primer beso, nene —comentó su madre con gracia.

—No recuerdo —murmuró Dick.

—Yo sí... —confesó Jason, mirando el suelo con las mejillas teñidas de rojo.

—Eran adorables —dijo su madre—. Lo son —se corrigió—. Mientras sean felices, yo estoy bien con eso. Pero si me lo hubieras dicho lo hubiera apreciado un poco más, Dickie.

—N-No sabía cómo ibas a reaccionar y esperaba a tener un novio para decírtelo —se excusó el ojiazul—. Por si acaso.

—Después me cuentas cómo pasó, cielo —dijo su madre, con una sonrisa tierna—. Ahora, ya tienen su primer gato juntos, es un gran paso —le extendió el felino, Dick lo tomó con cuidado entre sus brazos, y su madre comenzó a hablar de los cuidados de la pequeña criatura, que tendrían que comprarle leche maternizada, una jeringa para darle de comer, que tendrían que alimentarlo cada dos o tres horas de noche inclusive, pero a pesar de que la escuchaban, sólo podían sentir el alivio de no tener que esconderlo, y estar felices de sentirse a salvo los dos.

GAY FOR YOU ── JAYDICKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora