09.

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Los ojos del cordobés miraban atento el campo de entrenamiento con algo de nerviosismo en su sistema, siendo que se golpeó suave el abdomen para calmar aquellas sensaciones mientras iba con los demás para darle un final a lo que sería de a poco un cierre al campeonato mundial, se venía un partido duro con el actual campeón del mundo por lo cual el plantel se encontraba concentrado ultimando los detalles no solo para definir la lista oficial de quienes jugarían sino para brindar algunas palabras de todo lo recorrido.

—¿Nervioso?—El joven giro su rostro a su compañero Lautaro, sonrió sin saber que responder para sentir una palmada en su hombro con mucho ánimo. — Cálmate, todo va ir bien, además sos muy buen jugador y arrasas con todo, controlate.

—Te agarra gastritis y te mato. — Frunció el ceño mirando a su ex compañero de River como amigo en la selección, tenían un fuerte vínculo además de ser unos de los jóvenes entre tantas estrellas con mayor trayectoria y confianza.

— A veces sos insoportable en serio. — Murmuro con burla mientras su amigo sonreía como de costumbre dejándole una caricia en su nuca como un golpe en el trasero para después irse con los demás a vestidores luego de una charla motivacional y algunas fotos para el público.

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— Vamos a ganar y le vamos a romper el orto a todos esos periodistas. — Escucho a Emiliano mientras cenaban en las instalaciones del predio para la selección, alzó la cabeza silencioso observándolo atento, luego el mayor lo miró y sonrió con calma. — Perdón, estoy manija con mañana.

Los demás se rieron para seguir opinando del rival como de sus familias y los ansiosos que están por ganar para compartir la felicidad con toda la población de Argentina. Agradecerles su apoyo como confianza que nunca se perdió desde que Lionel hablo con la prensa luego de la victoria ante México que amenazaba con ser eliminados en fase de grupos.

— ¿Que van a prometer si ganamos?, mucha gente tiene sus cabalas y nosotros también, hoy hablo Dibu como siempre, por cábala y no me digas que por otra cosa que no te cree ni tu vieja.

— Cállate, que perdemos la magia, mañana vamos a ganar yo lo sé, todos lo sabemos, hasta el país lo sabe, nos merecemos esto. Y me alegro que no seamos el favorito a la copa así nos comemos a todos.

Habló el arquero a todos los chicos en el lugar, la mayoría asintió mientras consumían lo que podían, tener tantas cosas en la cabeza, es como sentir inevitablemente algo de presión por decepcionar a su gente, fue dejado de lado luego de las palabras del capitán como el once del equipo.

— Ganemos o no, somos un gran equipo, somos una familia muchachos y no vamos a perder ninguna oportunidad para ganar la pelota.

— Creo que yo me voy a pelar al cero, total el pelo crece.

Hablo Papu con una sonrisa característica mientras la sala se llenaba de risas y golpes entre ellos, además de un Tagliagico explicando lo que es Discord y que deberían jugar una partida de Valorant para bajar las ansias.

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— No hablaste casi nada, ¿pasa algo?— Julián frunció el ceño mientras terminaba de lavar sus dientes, alzó la cabeza para mirar a su compañero de cuarto. Confirmo que no era una broma por la expresión seria de Enzo. — Digo, en partidos anteriores te cagabas de risa y demás.

— Si no te das cuenta mañana jugamos una final del mundo, nuestra primer final, y no se compara a nada contra Brasil o Italia. — Habló apretando sus labios luego para estirarse tenso y salir del baño esquivandolo.

Y su corazón dio un pálpito fuerte contra su pecho cuando unos brazos con tatuajes ilustrados rodearon sus caderas como un mentón apoyarse en su hombro derecho, la habitación se quedó en total silencio por unos minutos. Y Julián se moría por dentro por esa tensión que dependía de un hilo.

— Tenés miedo de equivocarte, te conozco Julián, para todos sos demasiado perfecto que es imposible que no hagas nada mal, o sea tienen razón pero sos de carne y hueso, cálmate. — Hablo el menor de los dos para después dejar un beso en la zona que calmo a su cuerpo y esas molestias imaginarias que sentía desde la mañana.

— No quiero perder, no solo por el equipo, sino por Lionel, la gente del país, mi familia...

— No pongas ese peso sobre tus hombros, todo va a estar bien, tenemos buenas estrategias y si es necesario le vamos a quebrar las piernas a todos rey. También voy a ganar por vos.

Enzo se coloco en frente sin querer separar el contacto de sus cuerpos, además que le era imposible no querer tocarlo si solamente dormía con unos pantalones deportivos dejándo ver su cuerpo blanquecino como algunos lunares.

— Deja de decir boludeces. — Musitó el chico de un pequeño pueblo de Córdoba, a pesar de no ser tan comunicativo era tan inteligente en todos los sentidos como contestón, era divertido y atractivo para el jugador del Benfica.

— Puedo decirte muchas cosas más pero parece que te olvidas. — Soltó sin tapujos para ver el rostro sonrojado del chico que golpeó su pecho para separarse aunque apretó con más fuerza su cuerpo, a pesar de ser tan atléticos realmente no querían alejarse, era una atracción tan fuerte que se volvió más intensa desde la última vez que se vieron en el millonario antes de que Álvarez se mudará de club. —Tanto me vas a hacer rogar, dale...

— ¿Que prometiste si ganamos?

Julián hablo mientras sentía sus nervios a flor de piel por ese tono de voz que dejó salir el chico, su boca se sintió seca por un momento.

—¿Qué?, no lo sé, ah, ganar el partido por vos. Pero, ¿que me prometes si gano?

— ¿Yo prometerte algo a vos?, antes que lleven preso a qué darte algo.

— No seas amargo, si me prometes algo, más ganas le voy a poner, el doble que puse en los demás partidos.

Y otra vez esa sonrisa tan atractiva como su risa resonó en la recámara que compartían, sus narices rozaban pero no sé atrevían a terminar esa tensión que se sentía tortuosa como fascinante, sus voces sonaban en susurro y a veces a penas rozaban sus labios.

— Dar ese paso.

Se animó a soltar aquella palabra que se atoraba en su garganta cada vez que compartían está cercanía tan inexplicable, era diferente a otros besos que compartieron desde que llegaron, no era igual al primer beso luego de tanto tiempo lejos uno del otro antes de bajar del bus oficial luego de ganar ante Croacia.

Julián fue ovacionado hasta por su ídolo de la infancia y la forma que eso le comentaba a Enzo de vuelta al predio lleno su corazón de tanta calidez como otras sensaciones que agradeció que los demás descansaban,
y que las luces estuvieran bajas. Que no dudo ni un segundo en besar los labios del cordobés, simplemente no lo pensó, agarró la nuca húmeda por la ducha para besarlo con ganas.

— Vos lo dijiste, no yo. — Murmuró Fernández para luego darle un pequeño beso apenas que fue correspondido nervioso y que luego ambos fueron a descansar a sus respectivas camas.

Julián se maldecía por ser tan fácil, pero no podía cuando un hombre como aquel le hacía temblar hasta el alma desde que se encontraron.

promesa mundialista | julián ✧ enzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora