24.

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Juraba que su estómago se revolvía mientras estaban en los vestidores, miraba a sus amigos estar tranquilos escuchando música, caminando por el vestidor mientras se preparan para el calentamiento antes del partido oficial, no pudo negar que tenía demasiada confianza para el partido de hoy, pero todo a su alrededor de sentía fuera de lo normal.

— ¿Por qué pensas tanto? — Se sobresaltó mientras giraba la cabeza hacia Romero que fruncía el ceño mientras sostenía su teléfono haciendo que cosa, ya se encontraba listo para salir. — Sos bueno afuera.

— ¿Y vos no? — Exclamó con una sonrisa mientras se acomodaba bien los botines y daba unos golpes contra el suelo para que se acomoden bien.

— Obvio que soy bueno, no voy a dejar que pasen, si es necesario le parto el tobillo. — Habló el cordobés guiñando mientras cantaba Maramá para irse con los demás que ya estaban listos.

— ¡Dale araña que les rompemos el ojete!

Se levantó para irse siguiendo a Otamendi que se reía con Lisandro y Paredes sobre el torneo de cartas que disputaron anoche.

— Bien que te ganamos ratón. — Grito De Paul mientras caminaban hacia la salida al campo, Lionel y Di Maria se reían sin decir nada para luego salir a tocar el campo todos concentrados no sin antes algunos saludar a colegas de sus clubes de Europa.

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— ¡Dale carajo que estamos cerca!

El vestidor se llenó de aplausos y gritos mientras se hidrataban o algunos masajeaban sus muslos para calmar el desgaste físico, a pesar de estar en ventaja con el primer tiempo debían cuidar el marcador, todos estaban emocionados como ilusionados de estar cerca de tocar el punto más alto del fútbol mundial.

Estuvieron tan cerca de lograrlo en los noventa minutos que Álvarez aún no entendía cómo llegaron al punto de ver a la estrella francesa marcar el tercer gol a Emiliano, todos vinieron y el joven del City miro los minutos suplementarios que lentamente se acercaban a su final, en un momento miro a Enzo que lo observo agitado, pudo notar en aquellos ojos negros un aire de bronca como determinación y luego giro a observar a Lionel que levantó su mano para animarlo.

Su expresión era determinante y esa guerra no iba a terminar así, no de nuevo.

Mordió sus labios frustrado, realmente todos lo estaban, tuvieron muchas ocasiones de goles que lamentablemente el arco no quería recibir, siempre había alguna forma de sufrir y maldecía que eso formará parte del argentino.

Era como volver a tener el marcador a cero además que por instantes el grito del público argentino se hizo sonar para dar aliento, aunque luego de ver a Montiel desanimado como puteando en vos baja mientras se reunían para definir quiénes patearian los penales.

— ¡Vamos chicos, está copa se va a casa, por el esfuerzo de cada uno y esos millones argentinos que merecen esta alegría!

Todos gritaron dando ánimo, sintió la voz de Enzo a su lado por lo que lo observó un momento mientras se reunían a metros del arco que definiría todo.

— Lo hiciste bien, deja de pensar pelotudeces. — Su brazo rodeó su hombro mientras luego de ello miraron atentos el inicio de otra tanda de penales que dependía del arquero, Emiliano sentía bronca contenida por estar tan cerca de atajar el primero y sus manos se apretaron mientras iba a su lugar.

Luego los gritos de todos resonaron al gol del capitán y la sonrisa de Messi fue reconfortante como su voz diciendo que está les pertenece.

Todo pareció tan eterno que en el momento que Montiel pateó la pelota adentro, todos corrieron en el campo eufóricos por lograr el campeonato mundial, abrazo entre gritos a sus compañeros como los que forman parte del plantel, lágrimas de tanto esfuerzo además de cánticos en todo el estadio.

— ¡Julián!— Enzo grito mientras sus brazos lo rodearon con fuerzas y el chico originario de Calchín se abalanzó eufórico por lograr la tercera, y aunque ambos tuvieron sus situaciones de goles fueron piezas fundamentales junto con Mac Allister que se unió al abrazo para cantar con fuerza con los demás.

Se sentía como un sueño de niño mientras miraba como premiaban a sus amigos, se echaba a reír cuando Martínez hizo aquel gesto, escuchando a sus lados las puteadas de Papu y Kun. Luego se escuchó en los parlantes el nombre de Fernández que logro mucho gritos en todo los lados, aplaudió mirando con atención como el menor recibía su premio como el jugador más joven del mundial pero también valorando todo su esfuerzo.

Y lo vio caminar algo perdido por el podio para después dejar tomarse fotos con esa sonrisa tan atractiva. Julián arrugó la nariz sin saber cómo reaccionar y más delante de miles de personas, lo vio caminar después junto con ellos contento y siendo felicitado escuchando a sus amigos gritarle "sexo Fernández".

Cuando quiso negar su presencia escucho el chasquido de sus labios llamarlo y giro su cabeza hacia su persona, mirando aquellos ojos que lo miraron con atención por segundos como si le recordará algo antes de ser llamado para la foto de los mejores del mundial.

Rápidamente miro el césped sintiendo su rostro rojo y agradeciendo que las luces estén bajas.

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No podía dejar de ver las fotos que subió a su feed, se sentía tan irreal lograr aquello además de tener una medalla y mierda, hizo historia, aunque también observo todo lo que ocurría en las redes, estaba tan festivo que su lado extrovertido se soltó por la bebida que les dejaron consumir, toda aquella mierda de sentir su cuerpo cansado y de apoco pasando factura de los partidos que fue titular se pasó, quizás era la adrenalina de sentirse vivo o que estaba ebrio, pero vamos tenía los pies en la tierra.

Eso creyó mientras Cuti como Lisandro lo ayudaron a bajar del colectivo de campeones, mientras era recibidos con aplausos, grito de alegría.

— Agarrarlo que se va y no vuelve a Argentina tarado. — Exclamó Lisandro mientras Romero se reía por las expresiones del joven del City, de un momento a otro los dos defensores fueron reemplazados por el estrella del Benfica que lo acogió para llevarlo a ducharse y luego bajarían a comer antes de volver a casa.

Ya en la habitación de ambos Julián se quejo repitiendo que estaba bien, dejando en la cama la máscara de Spiderman que le dieron a su honor mientras Fernández mencionaba mil veces que no en tono tranquilo.

— Ganaste. — Murmuró Julián mientras estaba sentado observando a su amigo caminar por el cuarto buscando ropa para acomodarse, los ojos de Enzo conectaron los suyos en silencio mientras acomodaba sus pantalones. — Fuiste el mejor...

— Los dos lo fuimos, todos los fuimos, no solo yo. — Exclamó con su ceño fruncido mientras miraba al cordobés mirar su trofeo con atención pero sintiendo orgullo de ello, jamás en su vida creería que es un campeón mundial. Julián también lo era, el chico desde siempre se destacó en todo y daría lo que fuera para darle la mitad de eso. — Che...

Álvarez suspiro mientras lo veía cerca suyo de un momento a otro, alzó la cabeza para verlo y sintió su mano sujetar su rostro.

— Estoy orgulloso.

Hablo el mediocampista con una pequeña sonrisa viendo al chico mayor por un año dejar un beso en su mano que lo acogia, y le sorprendía que esas sensaciones seguían allí a pesar de estar lejos por meses interminables.

— Gracias, quien diría que vivimos todo esto juntos...— Julián hablo mientras sentía cada vez su cercanía, siendo que aclaro su voz para esconder el nerviosismo.

— Julián...

— Cállate y hacelo antes que me arrepienta.

Tomó su pantalón para acercarlo lo suficiente como para juntar sus bocas que tenían un sabor dulce como embriagante que correspondían a las botellas BudWeiser.

en fin, mis papis.

promesa mundialista | julián ✧ enzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora