➻ ¿𝑄𝑢𝑖𝑒́𝑛 𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑣𝑖𝑎 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑎 𝑑𝑒 𝐷𝑎𝑚𝑖𝑎𝑛?

『▻Extra』

Poco a poco el rumor bajó de intensidad y todo quedó como un simple rumor que el afectado jamás desmintió.

¿Quién era la novia secreta de Damian?

Una pregunta que ya con el tiempo a pocos le importaba, suponían que de verdad todo era un simple rumor de alguien que odiaba a los Desmond.

Aunque igual habían personas a las que le causaba intriga saber si de verdad todo era un rumor o había algo de verdad.

Y, claro, también habían personas molestas que creían ciegamente en los rumores sobre la secreta novia de Damian.

Entre esas personas se encontraba Becky Blackbell.

Anya ya le había aclarado que no ha conocido a ningún otro chico, así que solo quedaba la idea de que su mejor amiga seguía enamorada de Damian.

| Ese idiota no la merece. |

¡Su queridísima futura hijastra era demasiado mujer para ese canalla que no le daba un lugar a su novia y solo la mantenía en secreto como un cobarde!

Estaba molesta con Desmond por varios motivos.

1.- Su amiga seguro estaba devastada y no quería admitirlo.

2.- Le parecía muy inmaduro que mantuviera a su novia como un secreto.

3.- Damian demostraba nuevamente ser un cobarde y un cobarde no debía merecer el amor de su futura hija.

4.- Era un Desmond.

5.- Hablamos de Damian, es suficiente motivo para arruinarle los ánimos.

6.- Es Damian.

7.- Simplemente es Damian Desmond.

8.- Es el amor no correspondido de Anya.

9.- Es un Desmond.

10.- Nuevamente, porque es Damian Desmond...

La chica cuestionó algo seriamente: ¿Por qué tanto odio hacia Damian?

—Corazón, deja atrás todo odio, no envenenes tu alma— golpeó suavemente su pecho.

| Es una misión imposible. |

Suspiro pesadamente por sus propios sentimientos hacia el joven Desmond, simplemente no podía congeniar bien con él. Le tenía un poco de cariño como amigo, pero igual lo odiaba.

—¡Nuestra hermosa Anya! — abrazó de manera furtiva a su mejor amiga, quien soltó un grito de sorpresa al haberla tomando desprevenida.

—Becky, me asustas— rió—. No pude sentir tu presencia.

—Mmmm— arqueó una ceja.

Anya era muy perspicaz aunque no tan sagaz por algún motivo, igual tenía unos reflejos maravillosos y sentía tu presencia de manera rápida como si ya supiera que estabas allí. Así que, verla asustada por un abrazo era algo extraño.

Su mente estaba en otro lado y esa era una prueba muy convincente.

—¿Algo te preocupa? — su tono fue preocupado—. Si se trata de dinero puedo ayudar.

Anya rió al escucharla presumir de manera sutil su dinero. Muestra el dinero que tienes.

—No podré pagarte dándote el puesto de mi madre— negó con una sonrisa.

—Tsk, que mal— puchereó.

Ambas chicas siguieron su camino entre charlas triviales, llegaron al salón designado para la clase de literatura. Se sentaron en el mismo puesto de siempre, esperando que el profesor haga acto de presencia. Sorpresivamente el licenciado Henderson fue quien llegó al salón.