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Inspirado en una escena de my policeman; no hay spoilers, es solo una escena más.

—A-Auron, no, a-aquí no... —El nombrado lo tiene acorralado contra una roca en la playa, una zona escondida a pesar de que no hubiera absolutamente nadie a su alrededor, y Luzu forcejea sin ganas reales para que Auron lo suelte.

Agarró su miembro con fuerza por sobre la ropa, y ke está besando el cuello, las manos de Luzu suben sobre sus hombros y le clava las uñas en los hombros, mientras jadea por cada roce de la barba de Auron acariciando su piel y sus manos haciendo cada vez más presión.

—¿Realmente quieres que pare? —Y detiene cada uno de sus movimientos, mientras lo mira fijamente a los ojos.

Luzu niega de inmediato, apenas se detuvo solo sintió más desesperación, se apoyó en ambos costados del hoyo en el que estaban escondidos y lo besó con desespero, logrando que Auron volviera a empujarlo para acorralarlo.

Cada gemido que Luzu soltaba con cada arrimón y apretón en su miembro era maravilloso a oídos de Auron. Decidió subir de nivel y abrirle los pantalones, tomando con el puño el pene ahora completamente descubierto.

Subía y bajaba con rapidez, y a Luzu comenzaba a hacersele imposible no hacer mucho ruido. Se sentía cerca del orgasmo cuando Auron lo volteó, ahora sí empotrandolo contra la pared, le metió dos dedos a la boca mientras sentía la pelvis de su novio frotándose con su trasero, lamió y ensalivó los dedos lo más que pudo, pudo escuchar el tintineo del cinturón desabrochándose e hizo lo posible por arrimar su trasero con el cuerpo de Auron, indicándole que se apresurara.

Estaba realmente desesperado.

Bajó lo que quedaba de su propio pantalón y dejó libre su boca de nuevo, volteó el rostro como pudo, rogandole con la mirada que lo hiciera ya.

Lo preparó con rapidez, pero evitando en lo posible lastimarlo. Luzu jadeaba con fuerza, de vez en cuando mordía su labio tratando de callar los gemidos que rogaban por salir de su garganta cada vez que Auron rozaba su próstata con la yema de los dedos.

Cuando lo sintió listo, escupió en su pene y lo frotó unos segundos, el sonido húmedo y el vacío que lo abrumó cuando Auron sacó los dedos tenía a Luzu al límite, necesitaba llegar ya.

Sintió la punta del glande en su entrada, y desesperado trató de autopenetrarse, pero las manos de Auron en su cintura lo detuvieron.

Colocó su mentón en el hombro ajeno, e introdujo lentamente solo la punta en su interior, sacándole de la garganta un suspiro roto, y un intento de forcejeo, tratando de que entre de una vez y lo haga llegar.

—¿Te gusta, mi niño? —Se meneó en circulos, mandando escalofríos por todo el cuerpo de Luzu, la voz le erizó la piel, y solo pudo gemir frustrado, asintiendo para contestarle.

Lo embistió con rapidez, enterrándose completamente, y un alarido escapó de Luzu, mas no tuvo tiempo de decir ni una palabra, porque Raúl comenzó a salir y entrar en un ritmo moderado, pero con dureza, golpeando y abusando de su próstata con cada estocada.

—Grita, mi amor, no hay nadie a kilómetros. Quiero oirte.. ahg —Era apretado, la humedad de cada choque y la voz de su niño lo tenía loco. —Quiero oírte gritar mi nombre.

—¡Mmmaah! ¡A-Auron! ¡Auron! —No lo pensó ni por dos segundos, el golpeteo en su próstata y la calidez del pene en su interior le volvió el cerebro gelatina. —¡Más! ¡Si, dios! ¡sisisisisi! Auu-rooooon, mierda, sí, a-así.

Estaba encantado con cada expresión, se dispuso a acelerar el ritmo, lo abrazó como pudo y mientras lo embestía comenzó a masturbarlo. Luzu largó un grito tan fuerte que si no estuvieran en medio de la nada, cualquiera podría haber oído. Y estaría cien por ciento celoso.

Luzu se corrió, gimiendo con la voz rota el nombre de Auron. Este mismo lo embistió un par de segundos más antes de correrse en su interior.  Sin salir aún, siguió frotándose cono pudo, incrementando la intensidad del orgasmo de Luzu, mientras le besaba el cuello, y sentía su mano completamente húmeda y pegajosa, pero sin soltarlo aún, sobreestimulándolo lo más que podía.

Tras un rato en la misma posición, Auron salió de su interior y lo volteó de nuevo hacia él, besándolo con dulzura, y siendo correspondido al instante.

Luzu se escondió en su cuello tras un par de besos, tratando de relajar su respiración, aún agitada por el reciente orgasmo.

—Te amo, Luzu. —Oye de repente, está abrazándolo por la cintura como si fuera a irse en algún momento. Luzu atina a rodearlo con sus brazos sobre los hombros, y junta ambas narices, rozando sus labios con suavidad, pero no hay contacto entre ellos. No hasta que...

—También te amo, Auroncito. —Responde, acariciandole el cabello y cerrando los ojos, se siente pacífico, y a la vez abrumado de tantas emociones, tantas que solo este hombre puede provocarlas en él.

Siente la sonrisa de Auron, y vuelve a besarlo con dulzura. No necesita nada más que sus besos para sentirse pleno.

Fantasías | LuzplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora