Sarah Roger no pudo evitar limpiarse una lágrima mirando a la pareja
- pueden decir sus votos – dijo el religioso
- no nos conocimos de la manera... más convencional – dijo Sam tomando el anillo de oro blanco que estaba sobre la almohada roja – pero te metiste en mi alma de tal manera, que llegaste hasta el centro mismo. una vez ahí, explotaste... y te fundiste con mi alma, de tal manera que me puede faltar el aire, el agua, la vida misma, pero si te tengo a ti lo tengo todo. por eso, hoy – continuo mientras le colocaba el anillo en el dedo anular de la mano izquierda – te juro ante Dios, ante nuestra familia y amigos, y ante este amor, que jamás te vas a arrepentir de esta decisión. a partir de hoy no vas a pensar en el día anterior, porque de ser necesario voy a dejar mi vida para cada día estés totalmente convencido de que es imposible que te amen más. y cada siguiente día te voy a demostrar con hechos irrefutables cuan equivocado estas... Esa... es mi promesa
- Bucky – dijo el sacerdote
- sé... que soy... un omega... muy... complicado – empezó a Bucky mientras tomaba el anillo de la almohada – que amarme no es fácil. pero igual que un superhéroe te lanzaste en picada y rescataste mi corazón de su fría y solitaria prisión. tomaste cada pedacito que estaba fuera de sitio y lo colocaste en el lugar exacto. lo echaste a andar. quiero... quiero... decirte... tantas cosas pero... no tengo dinero, no tengo fama, solo este corazón que ahora solo late por ti y para ti. lo pongo en tus manos – continuo mientras le colocaba el anillo en el dedo anular de la mano izquierda – sin miedo, porque sé que solo tú lo puedes mantener así, vivo. porque tú eres eso para mí. mi vida. sin ti no existo – no pudieron evitar sonreír
- con el poder que Dios me concede – dijo el sacerdote sonriendo – los declaro Alfa y Omega. se pueden besar – los brazos Sam se envolvieron en la cintura de Bucky mientras este se abrazaba a su cuello
- te amo – modulo Sam atrayéndolo hacia su cuerpo mientras Bucky sonreía antes de que sus labios se unieran en un dulce beso
- tengo el infinito placer de presentarles a los esposos Wilson Roger – dijo el sacerdote cuando la pareja se giró hacia los invitados – aplausos por favor
Los aplausos inundaron el lugar. Sam y Bucky se miraron con una sonrisa radiante mientras los invitados empezaban a acercarse para felicitarlos. Diez minutos después hacían su primer baile oficial como esposos. Los ojos de Bucky brillaban mirándose en los orbes café de su alfa. Sam apoyo la frente en la Bucky y ambos cerraron los ojos. Oficialmente ya eran uno
La fiesta fue divertida. Bucky juraba que había bailado con medio Nueva York. Los padres de Bucky fueron los primeros en bailar con los recién casados, seguidos de Sarah, la hermana de Sam, y Joaquín, quienes habían hecho oficial su relación hacia solo una semana. Les siguieron Steve y Tony. Bruce y Natasha, compañeros de trabajo de Bucky. Visión y Wanda, empleados y amigos de Sam. el jefe de Bucky, Steve Strange, y su omega Everst Ross. Y la fila continuaba entre mandatarios de estados, diplomáticos y gente del medio.
Se tomaron un sinfín de fotografías, comieron pastel y compartieron con todos su invitados.
Cerca de las nueve de la noche, la pareja se despidió de sus seres queridos y se enfilo hacia el NYC Luxury hotel, donde habían reservado la suite nada más ni nada menos que "La Classic Queen". Medía 79 metros cuadrados con capacidad para dos personas en una cama Queen y contaba con ventanas grandes y un escritorio personalizado. Enormes ventanales que iluminaban todo el lugar.
Sam le dio una propina al botones que los felicito nuevamente y se retiró. El moreno cerró la puerta y se quitó el saco, jalo un poco su corbata y abrió los primeros botones de su camisa mientras se apoyaba en la pared mirando de manera fija a Bucky quien reía a carcajada después de lanzarse en la cama y rebotar varias veces
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Fenómeno
FanfictionDesde el día que James Buchanan "Bucky" Barnes perdió su brazo juro no dejarse intimidar por ningún Alfa altanero. ahora convertido en uno de los mejores reporteros de Nueva York. Nunca se imaginó que ser todo aquello que un alfa desprecia lo llevar...