Todo lo que nunca me contaste

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- ¡Harry, no corras!- gritó Regulus, persiguiendo al pequeño Harry que corría por el aeropuerto mientras reía. Uno de sus piececitos se topó con el otro y cayó de bruces al suelo, empezando a llorar. James rió suavemente mientras Reg tomaba al chiquitín en brazos, intentando calmarle.

- Pupa.- le dijo Harry a James, señalando su carita, mientras se acurrucaba en el pecho de Reg.

- Si cielo, te hiciste daño porque no le hiciste caso a papi, te dijo que no corrieras.

- Sabía que esto de viajar al estilo muggle no era buena idea.

- Ya te he dicho que quiero que Harry conozca el mundo muggle tanto como el mágico, esto es una bonita experiencia para él.

- ¿Quién lo dice? ¿Tú o Lily?

- No voy a tener esta conversación delante de mi hijo Reggie.

- Osea que lo dice Lily ¿Cuándo le vas a contar lo nuestro, James? ¿Cuándo la vas a dejar? ¿Hasta cuando te vas a inventar "viajes de tíos" como excusa para poder verme?

- Regulus, de verdad que no quiero tener esta conversación aquí.- intentó sacar a Harry de los brazos del contrario, pero recibió un manotazo del pequeño.

- No, yo con papi Reg.- gritó, enfadado. Black sonrió ligeramente, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia los mostradores de facturación. James, con gesto enfadado, acarreó las maletas hacia allí.

Facturaron el equipaje y fueron a pasar el control de seguridad. Regulus seguía un poco molesto, así que mientras se quitaba las gafas, le dio un besito suave en la mejilla.

- Luego lo hablamos cielo, no te enfades. Vamos a disfrutar del finde, si?

- Lo intentaré.- le sonrió débilmente. Se quitaron los abrigos, las botas y todos los accesorios metálicos. Un segurita con cara de pocos amigos se acercó a ellos.

- Para pasar el arco de seguridad tiene que pasar primero uno de ustedes, después el niño y después el otro.- Miró a Regulus de arriba a bajo con desprecio.- Tú pasarás primero, después el crío.- y sin más dilación, se fue.

- Capullo.- susurró James. Regulus pasó primero por esa especie de puerta de colores que brillaba, no entendía muy bien qué estaba pasando pero fingía que sí. No quería reconocer que toda esa situación le estaba agobiando.

- Harry, ven conmigo cielo.- le dijo, y el pequeño se echó a correr, pero cuando atravesó la puerta está empezó a sonar muy fuerte y el desagradable hombre de seguridad agarró el brazo de Harry con mucha fuerza.- Oiga, suelte a mi hijo de inmediato.

- No, su hijo ha hecho saltar la alarma, lo tenemos que examinar.- Harry se quejó y comenzó a llorar.

- Regulus, qué pasa?- preguntó James, sujetado por una policía que le impedía cruzar.- Señorita, es mi hijo, tengo que saber qué pasa.

- Tranquilícese señor, pase la barrera y podrá ver a su hijo.- James atravesó la puerta rápidamente y se reunió con Regulus, que estaba entrando en histeria mientras el policía pasaba un detector de metales por Harry. Tomó la mano de Regulus.

- Bingo.- dijo, cuando el cacharrito empezó a pitar a la altura del bolsillo de Harry. Sacó de él un anillo, con reluciente diamante en él.

- No me jodas.- James palideció al instante, y Regulus soltó su mano.

- ¿Esto es suyo, señor?- preguntó el policía mirando al pelinegro.

- No, no lo es.

- Entonces el niño lo ha robado. Tendremos que llevarles a comisaría.

Todo Los Que Nunca Me Contaste (Jegulus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora