04

113 25 3
                                    

Cuando Hinata cumplió quince años, Sasuke preparó su equipaje y dejo una nota en su cuarto.

"Tengo que hacer algo. Volveré. Sasuke Uchiha."

No habría mejor oportunidad para hacerlo.

Si le decía sus motivos de frente sabía que Hinata intentaría detenerlo, aquellos ojos fantasmas que podían ver más allá de todo encontrarían la debilidad de su alma y la atarían con ella. Estaba seguro.

«Eso no es algo que ahora puedo permitir»es un pensamiento que luchaba en mantener a flote en su mente.

Nadie podía desviarlo del camino de odio que Itachi había marcado para él, nadie podía hacer que renunciara a su destino.

Incluso en un día tan especial para aquel Clan que lo habían hecho suyo.
.
.
Era una noche de luna llena y atrás de él aun escuchaba el bullicio de la fiesta de la heredera. Se molestó en dar un último vistazo, observar a las distintas personas en un ambiente alegre sin importar el gélido viento del invierno, calentando el cuerpo con sake y una gran fogata que sin duda parece ser suficiente para ahuyentar cualquieral augurio de posible nieve y cese de la celebración.

Quince años era una edad importante en la vida de una chica y mucho más en la vida de la heredera de un clan, Sasuke había escuchado a varias personas decir que Hinata se transformaría en mujer, y bueno, ¿Qué se suponía que había sido hasta ese momento?, definitivamente Hinata había dejado de ser una niña cuando su delantera había empezado a crecer sin que pareciera tener animo de detenerse.

Al principio a Sasuke lo había descolocado un poco, a él no se le hacía gruesa la voz pero en cambio a Hinata le salían pechos y se le hacían grandes las caderas, ¿Acaso aquello no era una mala jugada de la naturaleza?, por semanas había rumiado su frustración. Pero después se habían emparejado, de alguna manera. Sasuke había crecido mucho más que ella y el cuerpo se le había llenado de músculos.

«Impresionante»aparto la mirada al captar la principal razón de ese festejo.

La imagen sin embargo se grabó en su cabeza, un kimono de seda color lila envolvía su cuerpo combinando con sus ojos y contrastando aquel largo cabello negro que llega casi a la cintura. Aquella  mirada de porcelana que encaraba ligeramente arriba, en una conversación aparentemente entretenida con su primo, quien rebasa varios centímetros de diferencia con ella obligado a descender la cabeza abajo para proporcionar la mayor atención.

Neji un día simplemente era un hombre y ya... O quizás es que él nunca le había prestado mucha atención.

«No, esto no está bien»apretó los dientes.

No se suponía que el día que partiera de Konoha con sus deseos de venganza a cuestas, su mente solo pudiera pensar en Hinata y Neji. 

Como una sombra se coló pegado a los límites de Konoha y saltó la barda como si se tratara de un paseo por el campo. No giró la vista atrás, no iba a dar media vuelta y acobardarse, ni siquiera es una opción.

—Sasuke-kun —escuchó su voz, tan limpia y suave como lo había sido desde la primera vez que lo había llamado llorando bajo un árbol en el cementerio.

Se detuvo, no pudo evitarlo, aunque no se giró a verla.

No esperaba ser interceptado, mucho menos por aquella persona.

—Hinata —su voz, desprovista de matiz, fue barrida por el viento.

La temperatura escaló un nivel más debajo de lo normal y sin embargo, las palmas de sus manos parecían sudar.

—¿Vas a irte?

Le sorprendió que ella no pareciera asombrada o angustiada por el hecho, como si fuera un evento del que tenía pleno conocimiento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ojos FantasmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora