Capítulo dos.

358 24 2
                                    


Pov's Yoongi.

—¿Crees que esto vaya a llegar lejos?—tenía su cabeza apoyada en mis piernas, mientras miraba el cielo.

Es nuestra primera cita, las primeras horas estaba temblando de los nervios y ni siquiera podía mirarla a los ojos más de tres segundos (los conté) pero ahora estoy muy cómodo después de una magnífica cena (me quiero tirar flores) que preparé yo.

Me gusta desde que tengo uso de razón, y ahora, tenerla conmigo, que ella solo tenga la mirada en mí, hace que mi estomago se revuelva.

Si los dos tenemos ganas y estamos seguros de lo que sentimos, sí, de lo contrario no lo creo.

—A mí me gustaba ese Yoongi con corte taza, siempre le hablaba a Lila que por favor me saque fotos tuyas distraído en el colegio porque a mi me daba vergüenza—Río con todas mis fuerzas.

Tengo que confesar que tenia fotos tuyas de chiquita, le revisé el Facebook a tu mamá, nunca nos mostrabas fotos tuyas. Eras de lo más adorable—Se levantó tan rápido que me asusté por un momento.

¿Cómo que era? Soy muy adorable, lo sigo siendo— me encanta la manera en la que se arruga su cara cuando se enoja. Si, es de los más adorable. Amo su pelo, sus ojos y la forma en la que parecen tan expresivos. Amo que a pesar de que yo sea el cariñoso de la relación, parece siempre buscar contacto sin darse cuenta.

¿Quieres ser mi novia?—Me di cuenta de lo que dije cuando me miro como si hubiese visto un fantasma.

¿Qué acabo de decir? Les juro que controlo cada palabra que digo, pero esto salió de la nada, lo juro. Quería tantear terreno antes de pedírselo, y ahora la acabo de cagar.

Debió ver mi cara de espanto porque comenzó a reírse sin poder parar. Nunca la escuche reírse así.

Si, yoongi, quiero ser tu novia, deja de sonrojarte— se acercó lo suficiente para darme un beso, permitiendo que yo me recomponga, sin dudarlo, la agarré de la cara, a lo que seria ahora, mi hermosa novia.

Esto entra en los mejores días de mi vida.

—Tengo que irme, hijo. Pídete algo para comer, yo no vengo hasta tarde—Si, cómo si yo pudiese comer algo con esta resaca.

Mi madre trabaja en un restaurante, lo abrió apenas nací. Tiene mi nombre, me daba vergüenza decirlo cuando era chico, ahora me llena de orgullo.

Ella nunca está en casa, antes la culpaba por dejarme solo, pero ahora me gusta que nunca esté, porque significa que yo puedo hacer lo que quiera sin que esté atrás mío.

Anoche, salí a un bar con unos conocidos de las batallas de rap que se organizan cerca de mi casa. Mi madre dice que son mala influencia, y me llevan por mal camino, pero lo que ella no sabe es que si hoy esos chicos toman, es por culpa mía. No me gusta verlos tomar, y que no sepan parar, porque es un fiel reflejo mío, y muy en el fondo me duele. Aún así, no puedo parar, no creo jamás hacerlo.

No tengo remedio.

La resaca es jodida, y más cuando te levantas después de haber soñado con tu ex, la cual volvió hace unos días.

Cuando Tae me contó que los vió a lo que ahora es su grupo de amigos, ir para su casa y que ella los recibiera, se sintió como si me hubiesen tirado un balde de agua fría. La extrañé, pero pensé que jamás iba a volver y que eso me iba a ayudar a superarla, pero por más que yo trate de acallar mis pensamientos con alcohol, mi mente no ayuda, y se manifiesta ni bien me duermo.

Unknown (yoongi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora