Unknown (yoongi y tú)

Capitulo quince.

Pov’s Yoongi.

Después de huir como un cobarde y haberme quedado sin batería cuando estaba anocheciendo fue cuando me di cuenta que realmente la había cagado, y como siempre suelo decir mucho: esto fue una mala idea. No sé donde ir, y que el silencio en este bosque más allá de unos cuantos animales, sea tan sordo me pone los pelos de punta. Me gustaría decir que soy un ser pensante, que pienso y luego actúo, pero ahora solo puedo decir que soy un idiota que está parado en el medio de la nada sin saber donde dirigirse.

—Bien, Yoongi, te metiste en esta, ahora tienes que salir—¿Pero a dónde?

Miro a mi alrededor, viendo si hay al menos alguna cosa ínfima que me sepa ubicar en tiempo y espacio, pero solo hay árboles y más árboles. Tal vez podría volver en mis pasos, pero con esta oscuridad tuve que serpentear varios caminos y ahora ya no recuerdo por donde vine.

Estúpido, estúpido, estúpido.

Ahora mismo agradecería haber ido de niño a boy’s scouts, pero lamentablemente, hacer baloncesto me pareció más entretenido que saber donde queda el norte o el sur, si lo supiera, a esta altura ya tendría un lugar donde dormir hecho de ramas y un pescado cocinándose en el fuego que obviamente hubiese sabido prender. Pero no, solo sé hacer canastas a cinco metros de distancia.

Cuando estoy a punto de rendirme y sentarme a esperar que venga un oso y me coma, escucho ruidos que hacen que todo mi sistema nervioso simpático entre en acción, todos mis sentidos se ponen mas agudos que nunca tratando de captar de donde mierda es ese ruido, agradezco a cualquier cosa que todavía queda algo de luz para poder ver una rama lo suficientemente maciza para poder defenderme de lo que sea que esté haciendo ese ruido.

Aunque ni siquiera sé que es.

Cuando escucho como algo está viniendo hacía mí, es cuando tengo la suficiente adrenalina para tirar la rama con la que me iba a defender supuestamente, y echar a correr hacia…ni idea.

Corro con todas mis fuerzas, escuchando nada más que mis pasos apresurados y ramas rompiéndose, no sé si esa cosa me está siguiendo, pero no puedo parar para averiguarlo. Las ramas me están lastimando las piernas y ni siquiera duele, no paro de correr, y es increíble que lo siga haciendo siendo que tengo el estado físico de una planta.
Cuando creo que es lo suficiente para haberme alejado, paro y es cuando me doy cuenta la falta de aire que traigo encima, mis pulmones luchan por respirar todo el aire de este bosque, trato de silenciarme para escuchar si viene detrás mío, y cuando creo que no, escucho un ruido…un auto.

¿Qué? ¡Quedé cerca de la carretera!

Salgo lo más rápido que puedo de ese bosque del infierno y me apresuro a llegar a la carretera, el auto ya siguió su camino, y estoy seguro que si planeaba pararlo el conductor no lo iba a hacer, solo imagina que un loco lastimado saliendo de lo mas profundo del bosque te pida que le des aventón, yo saldría disparado a 250 kms.

No conozco bien esta carretera, pero sé que si la sigo llegaré a algún lado, ¿no?

Y es así como comienzo a caminar, la huida de un minuto atrás me está pasando factura, mis piernas y brazos duelen, y no hace falta mirarlos para saber que hay sangre. Tengo miedo, demasiado, pero estoy tratando de estar lo mas sereno posible para seguir, cuando llegue a casa a salvo es donde voy a poder llorar tranquilo por todo esto, si bien soy de desaparecerme e irme a otros lugares, jamás había hecho algo como esto, y estoy aterrado, pero ahora no es el momento.

Cuando creo que voy veinte minutos caminando, veo un letrero que se me hace conocido. ¡El de la clínica! Tengo que caminar un poco más, pero ahora con un lugar donde ir me apresuro a caminar lo más rápido que puedo, ahora que estoy un poco más aliviado es cuando siento algunas lágrimas caer, fue tanto el susto que hasta quiero abrazar a mi madre.
Al fin cuando veo el edificio altísimo en el medio de este bosque, es cuando me permito correr hasta llegar allí, hay sólo unos pocos autos, pero sé que la clínica está abierta las veinticuatro horas, para tipos que se pierden en el bosque por no saber manejar sus emociones.