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Después de tener una larga charla con el chico recién llegado, la señora Spring y la abuela de Tao nos prepararon un rico pastel de fresas, este era muy grande y se veía muy apetitoso

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Después de tener una larga charla con el chico recién llegado, la señora Spring y la abuela de Tao nos prepararon un rico pastel de fresas, este era muy grande y se veía muy apetitoso. Charlie cortó la primera rebanada de pastel y la probó, aparentemente le había gustado, lo pude ver en su rostro.

Todos tomamos pastel y nos sentamos sobre la gran mesa, yo estaba justo al lado de Charlie, no sé por qué, pero su aroma me encantaba, olía a frutillas y vainilla, su cabello a coco, podía olerlo por horas, aunque eso sería muy raro y podría hasta parecer un acosador.

Charlie parecía ser un chico tranquilo y de pocos amigos, por algo me había estado ignorando todo este tiempo, y sé que me había pasado un poco de la raya con él, a veces tengo esos comportamientos raros, aunque sé que eso no es escusa, trataré de ganarme su confianza poco a poco, no será fácil, pero tampoco es imposible.

Tomé una cucharada del pastel, no lo había probado, me sorprendió lo bueno que sabía, después de todo, la señora Spring es pastelera, ¿O cocinera? no tengo idea.

- Oye, Charlie, ¿te quedarás a vivir aquí? - La abuela de Tao rompió el silencio, dirigiéndose a Charlie, quien rascó su nuca y miró hacia delante.

- Lo he estado pensando y creo que sí, me quedaré a vivir y estudiar aquí. - Todos en la mesa parecieron estar felices por la confesión de Charlie, me incluyo, me gusta la idea de que pueda quedarse aquí, pero él no se ve muy contento.

- ¿Qué pasa, Charlie?

- Nada, es que, ¿Podemos ir afuera?

- Está bien.

Los dos nos levantamos de las mesas y nos disculpamos, él salió corriendo hacia la entrada de la casa, yo lo seguí a paso rápido. Se sentó en los pequeños escalones que daban hasta el pequeño jardín de bienvenida, no sé en qué momento se había hecho tarde, las estrellas ya adornaban el cielo celeste, estaba totalmente despejado, hacía bastante frío.

Me senté a su lado sin decir una sola palabra, no quería que esto fuera incómodo de alguna manera, y conociéndome sé que terminaría diciendo alguna estupidez. El silencio era cómodo comparado con el de hace rato, todo era neutro y acogedor.

Charlie recargó su cabeza sobre mi hombro, mi corazón no tardó mucho en volverse un desastre.

Pasamos mucho tiempo fuera, tanto que ya eran las 11 de la noche, nos habíamos despedido de Tao y su abuela. Miré a Charlie, su vista estaba perdida en el cielo mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, su cabello despeinado eran movidos por el frío viento.

- No crees que es hora de entrar, ¿Charlie?, el frío está siendo un poco molesto. - Me levanté del piso dispuesto a irme.

- Espera un rato más, Nick, déjame observarlas un poco más, mis hermanos también lo hacen, ven.

Fui hasta él otra vez y me senté a su lado, pasé mi brazo por sus hombros y lo atraje hacia mí, él solo tenía un suéter puesto, debe ser muy amante del frío.

Alzé la mirada al cielo al igual que Charlie, no sabía exactamente lo que estaba haciendo o observando, pero había mencionado algo sobre sus hermanos, entonces debe ser algo especial o tradicional, no tenía idea alguna.

Sweet Kisses; Charlie y Nick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora