Su peor error (Naruto Villano)

Capítulo 2 (Karuma Senshi)

Hola!, me reportó nuevamente, soy la escritora, y solo vengo a avisar algo pequeño.

Akemi, es un personaje extra (su imagen está en multimedia), en otras palabras es mi creación y también el detonante que los chicos necesitaban para ser villanos, en otras palabras, pueden considerar a Akemi como una tn o como la representación de las lectoras.

Hasta aquí mi reporte Joaquín
—Escritora.

Narro yo

—Chicos, creo... que debemos... hacerle caso a esa cosa— comentó el Nara.

—Opino lo mismo, ya escucharon lo que dijo, ni Akatsuki podrá dañarnos— habló el rubio remarcando lo último.

—Estaríamos protegiendo a quien nos ayudó en el pasado— dijo el Akimichi al terminase sus papitas.

—Pero... ¿qué dirá ella?— preguntó el Hyuga antes de mirar en dirección a donde la chica estaba inconsciente.

—Discutamos esto cuando ella esté despierta, por ahora lo único que quiero es comer— comentó siendo apoyado por un ladrido de su canino.

Los 6 bajaron al primer piso donde la comida que Naruto había comprado se encontraba.

—¿Quién cocina?— preguntó el Akimichi mirando a los demás.

—¿No pudiste comprar nada ya hecho y listo para comer?— reclamó el Inuzuka mirando al rubio.

—Si compre—comentó y los ojos de Kiba se iluminaron. —Pero es para Akemi, el resto de comida la compré para que ella pueda seguir viviendo aquí sin preocuparse por salir a comparar— continuó mirando a los demás.

—¿Akemi a estado viviendo aquí?, ¿desde ese incendio?— preguntó el Hyuga mientras apretaba un poco su puño y enterraba sus uñas en la palma de su mano.

El rubio suspiró para calmarse un poco.

—í, le ofrecí vivir conmigo pero no quiso, prefirió vivir aquí— confirmó el rubio.

—Pero nunca la vimos en la aldea o en la academia— comentó el Akimichi mirando a su amigo.

—Akemi es muy eficaz a la hora de esconderse y pasar desapercibida, de seguro estuvo entre nosotros y no la notamos— comentó el de ojos como el ónix.

—Tienes razón, estuve con ustedes— respondió bajando las escaleras.

Todos se apresuraron a abrazar a la fémina, el tan solo verla en pie los hacía sentir mejor y olvidar un poco los problemas que tenían que resolver.

—¡Esta vez no permitiré que nadie apague tu llama de la juventud, Akemi!, ¡yo te protegeré de los aldeanos y de cualquiera que quiera apagar tu llama de la juventud!— prometió el Lee sin soltar a la fémina.

—Todos la protegeremos— apoyó el azabache de apellido Nara con una sonrisa.

La de heterocromia sonrió por las palabras de sus amigos.

—Bien, ahora denme espacio, voy a cocinar la mejor comida que hayan probado— comentó la chica con una sonrisa. —Mientras tanto pueden ir a sus habitaciones— sugirió.