Mamá, fuera de mi habitación

19 0 0
                                    


Mamá, porque no me amas?


Mi madre como siempre, molestando.

— Hija, cuéntame qué es lo que sucede...

¿Porque quieres saber? Dios, ni siquiera te importa, no me vengas con eso ojos y esa voz falsa, se que realmente te importa un carajo.

Mi garganta se hace un nudo cada que trato de decirte, que todo lo malo que me pasa es culpa tuya y de mi padre, que gracias a ustedes yo soy así
Enojona, callada, llorona e incapaz de amar de forma romántica, este miedo al compromiso, miedo al abandono es gracias a tí, maldita sea.

— No pasa nada, déjame en paz.

— Osea, que estás mal porque es mi culpa? Siempre es mi culpa, siempre soy la mala madre

DIOS, DEJA DE HACERTE LA VÍCTIMA
No me gusta tratarla así, pero, no sé puede confiar en esa mujer
Cada cosa que sale de mi boca, lo malinterpreta y luego soy yo la culpable, siempre soy yo la que carga con ese dolor, con esa culpa, siempre soy quien se disculpa de su propia existencia.

Madre, porqué me haces esto? Madre, cuando será el día en el que yo seré feliz? Madre, cuando será el día en el que llore libremente sin sentir vergüenza?
Siempre dicen que madre es una sola
Pero siempre quise una mamá que me amara, una madre que me escuchará y me aconsejará, una madre que me enseñará a amarme a mi misma.

Porqué las madres de otras personas son mejores que la mía? Siempre envidié a esas personas que tenían una buena relación con su madre, a pesar de todo.

Veía como figura materna a mis profesoras, siempre tratando de buscar su aprobación, su cariño... Pero se me olvidaba, que ellas tenían sus propios hijos y yo solo era su alumna.

— Hija, tu sabes que te amo, verdad?

— Lo sé, mamá...

Si tanto que amabas, porque me abandonabas emocionalmente? Porque me dejabas sola? Porque yo tenía que ser la que cuidará a mi hermano?
Crecí tan rápido, pero tengo 19 años, quiero volver a ser una niña y vivir mi infancia como se debe...

Pero ya es tarde, ya no puedo tener ese juguete que siempre quise, ya no puedo jugar al escondite o a saltar la cuerda... Solo me queda mirar los pasar, pasar y pasar. Hasta morir de vieja o morir siendo una escritora alcohólica.

Ella no recuerda los golpes que me daba, ella no recuerda las veces que me dijo gorda, las veces que me dejaba sola por horas cuidando a mi hermano menor.

No recuerda las veces que gritaba cada que yo hacía algo mal, cuando no tenía buenas calificaciones, cuando no entendía cuando ella.me enseñaba a hacer la tarea. Todas esas cosas las recuerdo de forma clara o borrosa, las veces que me daba miedo que ella se enojara eran bastantes, pero ella no recuerda nada de eso.

Aprendí a llorar en silencio, a reprimir mis emociones, aprendí a odiar mi cuerpo, aprendí que si soy yo misma no le agradaré a nadie.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Pienso y pienso, solo pienso, pues al tratar de hablar se hace un nudo que solo me lleva al llanto incontrolable, por eso escribo esto
Para ver quién más es como yo, quien más está en una situación que lo ahoga como si estuviera en lo profundo del océano.

Soy Aiden, y todo lo que escribo es para apaciguar el dolor que tengo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 24, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mierda, mamá, cierra la puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora