Señor del castillo

Capítulo 79: La Torre de Babel Pt3

N/A: y yo no tengo nada

parte 3

Por favor revise

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Ras estaba sentado frente a una computadora grande, con la cabeza apoyada en la mano y una pierna sobre la otra. Ras estaba hojeando algunas transmisiones de seguridad mientras observaba la ciudad de metrópolis en estado de pánico. La gente de Star City comenzó a amotinarse; otras ciudades no eran mucho mejores. Todos a los que miraba había pánico generalizado en las calles, Ras observaba todo esto con una sonrisa. De repente escuchó a algunos de sus hombres gritar de dolor y chocar contra cosas.

Ras hizo girar su silla y miró hacia la puerta con una ceja levantada. Los sonidos se hicieron más fuertes, Ras dejó escapar un suspiro y se puso de pie, caminó hacia un estante cercano y pasó su dedo sobre él. Luego estudió el polvo que había encima, no era mucho y era principalmente un poco de suciedad. Hizo una nota mental para asegurarse de que los estantes se limpiaran correctamente la próxima vez.

La puerta exterior se había agarrotado y por un momento hubo silencio. De repente, dos fuertes golpes golpearon la puerta de la habitación en la que se encontraba Ras y la tercera vez, las puertas de abajo se derrumbaron en una explosión. Cuando el humo se disipó, Batman entró.

"Ah, Batman", dijo Ras girándose para mirar al caballero oscuro. "Qué bueno de tu parte unirte a mí".

"¿Dónde están?" demandó Batman.

Ras lo ignoró y se acercó a una ventana cercana y miró la luna y las estrellas. "Solo 3 horas y media", afirmó y luego se volvió para mirar a Batman. "No es tu mejor momento, pero tienes circunstancias atenuantes".

"¿Dónde están?" repitió Batman.

"Siempre negocios contigo, muy bien. Te aseguro que lo que buscas es bastante seguro. Vamos", dijo Ras y caminó hacia Batman. Batman se tensó, pero Ras pasó junto a él y salió por donde había venido.

Batman siguió detrás de la Cabeza del Demonio.

"Dime, ¿cómo está Gotham estos días?" Ras preguntó causalmente "¿todavía lleno de crimen y la escoria de la humanidad?"

Batman gruñó en respuesta.

"Tomaré eso como un sí", dijo Ras. Luego miró los cuerpos que cubrían su camino. "Vaya, vaya, le hiciste un número a mis hombres. ¿Dejaste alguno en pie?"

"Se interpusieron en mi camino", dijo Batman. Su voz estaba muy nerviosa.

"Parece que requieren un entrenamiento más... extenso", dijo Ras. "Me aseguraré de que representen un desafío mayor para ti la próxima vez".

Siguieron caminando hasta que Ras entró en una gran cámara abierta. Aparte de algunas pancartas y velas, no había nada demasiado impresionante al respecto. En el otro extremo de la cámara había un estanque redondo que descansaba sobre una plataforma elevada.

"Confío en que conoces el pozo de Lázaro", dijo Ras y se acercó a él.

"Sí", Batman apretó los dientes. Por supuesto, conocía el pozo de Lázaro, había sido el tesoro más grande y más cercano de Ras. Las aguas de vida que concedieron de manera importante y curaron todas las heridas. Batman sabía que Ras se bañaba en ella con regularidad y nunca compartió los poderes del agua ni dejó entrar a nadie más.

"Entonces esto nos ahorrará algo de tiempo. ¿Sabías, Batman, que el pozo de Lázaro solo puede prolongar la vida de uno por tanto tiempo y tiene cada vez menos efecto en mí", afirmó Ras, "en unos años bañarme en sus aguas hacer nada. En cierto sentido, seré mortal una vez más.