¡La Flor del Air-Hockey!

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¿Os interesa el Air-Hockey? ¿Sabéis lo qué es? ¿No?

¡Venga que os lo explico con gusto! En nuestra preciosa Celestia el Air Hockey es un deporte increíble a nivel altísimo. ¡Casi todo el mundo quiere ser un profesional del Mundillo! Hay muchísimos contendientes de otros lugares y rincones del mundo, todos con el deseo y la fuerza para intentar conseguir el tan ansiado premio de ser el mejor. ¡Pero no sólo se trata de títulos!

¡El Air-Hockey se vive! ¡El Air-hockey impulsa a todos los habitantes de Celestia! ¡Cualquier Celeste debe haber jugado al Air-Hockey al menos una vez! ¿Lo habéis jugado todos, verdad?

¡Sí! Dijo toda la clase gritando. Yo, hice como si no estuviera y deseé que nadie se diera cuenta.

-¿Has jugado al Air-Hockey, Lyl? 

Mi amiga que no podía callarse un poquito levantó demasiado la voz, causando que el resto de la clase se enterase y decidiera hacerme la misma pregunta. Algunos, incluso decidieron sin escuchar que no había jugado en mi vida. Vocecillas de las filas del fondo y el principio de la clase se escuchaban como una tempestad de alto. Cada uno diciendo burradas más grandes que la anterior. Que si no tenía infancia si no lo había jugado, que si no era Celesta por no haberlo jugado, que si era adoptada o pobre...

Tonterías. Todo tonterías y de las grandes, madre que si de las grandes. Entre mi aliento, suspiré una breve mención: Gracias Tati, ahora se va a hablar de mi por una semana. Pero, sabiendo que si no hablaba capaz que no viviría lo que resta de mi vida en el insti, decidí levantarme de la mesa y aclarar.

¡Sí que he jugado al Air-Hockey! ¡Cualquier Celeste lo ha jugado! ¡No soy la excepción y quién no se lo crea que me rete!

O eso desearía haber dicho. En su lugar, estuve callada y roja como un tomate hasta que la profesora me preguntó si estaba bien. Dije casi entrecortada que sí, lo que estoy segura que solo le hizo pensar a la profe que estaba peor o que era un tema delicado y...

Más o menos lo es. Pero mientras más me temía lo que sea que estuviera pasando fuera a peor, la sirena que dictaba que finalmente se acababa el martirio escolar que estaba viviendo, entró por todas las puertas del liceo con la fuerza de cinco caballos. Esto, por suerte, fue suficiente para que todo el mundo, que ya había recogido sus cosas con suma celeridad, saliera pitando como yo cuando Mamá se entera que se me da mal Filosofía. ¿Y qué queréis que os diga? La filosofía es para viejos aburridos que se pasan la vida sentados leyendo libros que no valen ni tres céntimos.

Dejando la tangente filosófica de lado, mi amiga cabeza-bolo, Tati, me preguntó si necesitaba un momento, porque lo de estar nerviosísima en medio de la clase por mencionar un deporte no es algo normal. Pero, sinceramente, no quiero hablar del tema con ella, y mucho menos con otras personas. ¿Qué decís? ¿Qué os lo cuente? Vaya, si que me ha salido insistente el diario que me regaló mi madre. En fin, pongamos un pequeñísimo pause a esta historia y comencemos con lo que debería decir.

Agarraos que creo que va para largo. Como Celesta que soy, he sido desde joven una conocedora del Air-Hockey, como todos los otros. El Air-Hockey es súper popular por estos lares, por no decir que más o menos mueve al mundo. O sea, no es que el Air-Hockey decida el resultado de una guerra o algo así, pero es un entretenimiento que todo el mundo disfruta. Cuando era chiquita, lo jugaba con mi Papá, creo que me dijo una vez que solía ser el campeón del Air-Hockey de la región, pero yo siempre le decía que se lo creía mucho, porque no aparecía en la tele ni nada, así que claramente se lo inventaba. De vez en cuando insistía mucho, así que le preguntaba a Mamá si teníamos algún trofeo que lo probara, pero na de na. Así que lo negaba. Jugábamos mucho, siempre me ganaba, pero me quedaba con todo lo que pasaba y lo que decía, por mucho que me tomara a juego su supuesta condición de campeón, de que sabía técnicas las sabía. Creo, que, como cualquier otra persona, termine amando el deporte que le encantaba a mi papá y hasta cierto punto, a mi mami. Bueno, eso hasta que mi padre, se...

Unos One-Shots que me han pedido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora