Es una mujer madura, demasiado. Es la mujer que hace a Mina suspirar, sonreír, e incluso sonrojar por el simple hecho de verla, de pensar en ella. De tener ese sueño, esa fantasía de montarla, chupársela, o de siquiera, frotarse contra ella, pero esa fantasía se desmonta, se hace una nube que se destruye ante el simple hecho de verla con sus hijas.
Tzuyu y Dahyun, hermanas de 7 y 6 años, sólo un año de diferencia. Las pequeñas se las arreglan para poder subir y dominar físicamente a la mujer, logrando enredarse en sus brazos y piernas, por lo que la castaña, riendo, sube sus brazos y piernas, demostrando la fuerza que tiene y cómo, literalmente se está dejando ganar porque fácilmente puede apartarlas e irse a trabajar.
Mina sonrió, entrando, ganando una sonrisa más fuerte por parte de Chaeyoung. Esos ojos que se agrandaron levemente y un pequeño sonrojo, más esa sonrisa con dientes. Con cuidado dejó a sus niñas en el suelo que, para empezar, las niñas la soltaron para ir corriendo a ella. Sonrió de vuelta.
-¡Mina! Dile a mami que no tiene que ir a trabajar, dile que podemos quedarnos viendo películas- Dahyun rogó, haciendo un pequeño pucherito, sacando una risita aún más grande de la pelinegra que mientras hablaba, miró a la castaña.
-¿Conmigo? -Tzuyu asintió, viendo a su hermana menor, acercándose a la pelinegra para susurrar.
—Mami se puso mucho perfume después de llamarte-Chaeyoung se acercó a cargar a su pequeña, viendo a Mina, acercándose a ella, carraspeando para después hablar.
-Perdóname si te llamé muy tempano, pero de verdad necesitaba que vinieras, no sé por qué me hablaron del trabajo en pleno viernes, vacaciones, debería demandarlos—dijo riendo, dejando a Dahyun en el suelo.
Vacaciones, días libres, eran el castigo de Mina porque significaba que no vería entre semana, fin de semana, a su sueño húmedo.
Mina saltó de su escondite mientras asustaba, hacía gritar, a Tzuyu que comenzó a correr de nuevo a la sala siendo alcanzada al instante por la pelinegra.
Ahora, recostada en el sillón con las dos niñas apoyadas en ella, respirando cansadas. Las dos voltearon a ver a la mayor.
-Minari ¿Ya no te veremos tan seguido, entonces? -un pucherito de su pequeña que le hace alzar las cejas y acariciar su cabeza, en ello, llevando un mechón de pelo detrás de su oreja, suspirando.
-Las vacaciones son buenas para ustedes y para mí, pero también para su mami porque pasa más tiempo con ustedes, por lo que, ya no necesitará mucho de mí para que las cuide.
-¿Y... sí borramos las vacaciones?-la hizo reír a carcajadas mientras volteaba a ver a la otra pequeña que habló, haciendo un puchero.
-¿Y si mami por fin te dice que le gustas? -activó algo en ella. Activó algo en su corazón que hace a Mina ver atenta a Dahyun, parpadeando un montón de veces que hace a Tzuyu acercarse y tapar la boca de su hermana, riendo.
-Que le gusta... que nos cuides, porque nos cuidas muy bien- de todos modos, Mina la escuchó.
Le hace sentir algo inmenso en su corazón que viaja a su estómago y a su cerebro para después, casi explotar en ella. Algo más que un pequeño revoltijo, demasiado grave, algo que le hizo casi preocuparse por sus órganos, pero sabe que sólo fue algo emocionante.
Le encontró respuesta, significado y analogía a las miradas fugaces de Chaeyoung, su sonrisa al verla y sus ojos casi agrandarse.
La pelinegra suspiró, viendo al señor Son entrar y cargar a su nieta para subirla al carro y después, entra Chaeyoung, ignorando a su padre para entrar y saludar a Mina, desabrochando sus primeros botones.
Ahí estaba ese pequeño sonrojo y sus ojos melosos mientras agachaba un poco la mirada, riendo.
-Mis papás se la van a llevar este fin de semana a la casa de la playa―y todavía multimillonaria. ¿Había otra razón por la que Mina no esté 100% dócil ante ella? Chaeyoung se despide con la mano de su madre y después de besar en la frente a sus hijas, se acercó de nuevo a Mina, sacando la billetera.
Pero de todos modos, parece que dudó, parece que no quería que Mina se fuera de la casa porque la vio, riendo, relamiendo sus labios.
-¿Alguien viene por ti? Lo digo porque es noche, y si viene un uber, eh, no me gustaría que fueras con un desconocido a estas horas, aparte, ¿Tienes algo que hacer mañana? Prefiero que-
-Chaeyoung, está bien, pediré un uber...
-¡No! Digo, no, no me gustaría que fueras con un desconocido a esta hora, Minari- perfecta mujer. La pelinegra rió mientras mordía su labio y notó, que con ese gesto, hizo suspirar, casi gemir, a la mayor.
Sus ojos atentos a sus labios, que ella misma relamió los suyos, sus ojos se achicaron un poco mientras se acercaba más y casi la orilló, de forma instintiva. La mayor la orilló en la cocina, apoyándose en la barrita mientras respiraba pesado, tragando saliva.
-Mina, muchas gracias por haber cuidado a mis hijas todo este tiempo, de hecho, ellas te adoran, ellas hasta quieren llevarte de vacaciones este summer break-rió— y, no sé, veo que te llevas bien con ellas, conmigo...
Con ella.
Mina sentía algo de tensión. Tensión en la forma que se miraban, sus pequeños toques y roces y que, básicamente, la tenía orillada, pero no era reciente. Poco a poco comenzaron a hablar de esa forma antes de que Mina se fuera por las noches, antes de que Chaeyoung encontrara una excusa para llevar a la menor a su casa y verla, con una sonrisa, entrar a casa y suspirar, exhalar, pesado en su carro para volver y acariciar su pecho, justo en la parte de su corazón.
La castaña tragó saliva mientras carraspeaba, alejándose más, cerrando sus ojos, pero en ese momento se acercó más, respirando pesado.
Sus manos poco a poco se acercaron y cuando el meñique de Mina acarició el contrario, activó algo en la mayor. La cálida caricia que comenzó a esparcir calor entre ellas, algo de leve tensión mientras ninguna decía palabra alguna pero se veían fijas.
El sonrojo se activó, entrecerró los ojos y suspiró al ver que la menor relamió los labios, ella volvió a relamer los suyos, manteniendo la mirada en ellos. Ahí estaba la fantasía, allí empezaba, y cariño, era real. Era tan real porque sentía su cuerpo temblar, sentía sus labios tratar de cerrarse, el ardor de su estómago que se aventuraba y explotaba.
Mina antes de acercarse por completo para acortar la distancia, escuchó.
-Sólo puedo verte conmigo, sólo quiero verte conmigo.
No hubo necesidad alguna de decir otras palabras porque Mina la besó al instante después de escucharla, y sí, se veía con ella. Sus labios comenzaron a moverse, las manos de Chaeyoung se aventuraron a sujetar la pequeña cintura de la menor y la acercó de forma brusca a ella, gruñendo en los labios contrarios por su reciente acción.
Las manos que se aventuraron a la nuca y se aferró, comenzó a jalar poco a poco los cabellos de la castaña para acercarla a ella, para sentir los pechos sobre los suyos y obligarla un poco a agacharse para completar el beso, pero después de todo, Mina se alzó de puntillas para volver a completar.
Sus manos aferrarse junto a sus labios que se separaban segundos antes de volver a juntarse, esas manos que apretaron la camisa y después se sentía débil, casi despegándose, pero se volvía a aferrar cuando Chaeyoung aprieta sus manos en la cintura, donde la aprieta, donde le acaricia, se vuelve en ella misma.
La vuelve a besar, se vuelven a ver, y ve a Chaeyoung sonreír boba.
Esa sonrisa boba no correspondía a la inmensa dureza que estaba sintiendo en su muslo.
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Tʜᴇ Bᴀʙʏsɪᴛᴛᴇʀ
FanficMina ama dos cosas: Los niños y las mujeres maduras. Entonces, su trabajo soñado ha sido conseguido, cuida de dos desastrosas niñas y durante las noches y fines de semana, puede alabarse de ver a su nueva fantasía, Son Chaeyoung. -Michaeng -adaptaci...