𝐈𝐧𝐠𝐞𝐧𝐮𝐨 [✔︎]

Capítulo 18

Despertando con el sol, sintiéndose cansado pero saciado, Harry se estira con un gemido antes de torcer la cabeza sobre su hombro, mirando a Zayn extendido en su frente, muerto al mundo. Su pelo está por todas partes, y Harry lo empuja hacia atrás esperando ser recibido con los ojos soñolientos de Zayn, pero nada. Está profundamente dormido.

La primera vez que duerme en su cama desde que llegaste, se recuerda a sí mismo y decide dejar que Zayn descanse, tirando de una camiseta demasiado ajustada y pantalones cortos estampados, algo que Liam le había tirado la semana pasada con un resoplido.

La planta baja es inquietantemente silencioso, y se da cuenta de que es el primero en despertar, la casa tranquila con el amanecer mientras el resto de ellos duermen.

Poner en marcha la cocina le lleva un tiempo, cortando las últimas verduras antes de que Liam entregue más mañana. Los huevos que espera para empezar, sabiendo lo rápido que se cocinan. Untar la tostada es bastante fácil, y el ritmo hace que su mente comience, finalmente adecuadamente solo con sus pensamientos por primera vez en meses.

Anoche, bueno, anoche fue inesperado, por decir lo menos. Harry lo ve ahora, la tensión que albergaban. Cómo cada momento se sintió cargado de algo que inicialmente identificó como presión para pertenecer, para encajar, para tomar su papel de omega en la manada como un buen hombre lobo.

No se había dado cuenta de la forma en que Zayn estaba impidiendo que eso sucediera, dejando que Harry fuera él mismo antes de que fuera cualquier tipo de omega. Cómo Zayn hace todo lo posible para no dejar que la licrotropía gobierne ninguna de sus vidas, en realidad. Zayn, que no tenía a nadie con quien compartir sus propios sentimientos, sus pensamientos encerrados dentro de su mente hasta que Harry hizo lo que se había prontado a hacer: abrirlo. Aunque, por supuesto, no había terminado como él había imaginado.

Ya no hay tensión subyacente; no hay torcedura en el cuello, no hay ni meneo en la parte posterior de la cabeza. Todo se siente como si encajara, como si Harry solo se sintiera en Holmes Chapel, su hermana a su lado y sus padres frente a él, Robin le da un nervamiento en su pelo largo.

Una mano se asienta en su cintura, con los dedos presionando con calor en los laureles entintados en las caderas de Harry. Aunque sorprendido, Harry se relaja al tacto, la nariz de Zayn sobresqueando su cuello, su boca caliente contra el subrayado de su mandíbula.

"Buenos minutos", murmura Zayn, besándose justo donde se detiene, un aleteo en la cáscara de la oreja de Harry.

Las verduras están en la sartén ahora, un ligero chisporroteo, cuando Harry se desplaza hacia un lado, girando la cabeza para que estén a solo una pulgada de distancia, dejando caer la mirada para mirar los labios de Zayn. Se inclina lentamente, con hormigueo en la cara ante el beso apenas allí, el recuerdo de anoche haciéndolo sentir caliente y un poco sudoroso en la nula.

"¡Oi, nada de eso!" Alguien exclama, y algo suave late contra la espalda de Zayn. Ambos giran, el atacante de Zayn de pie en la puerta con las manos en las caderas, joggers y camiseta sueltas y cómodas. "Lo escuché lo suficiente anoche, imbécil".

Harry puede sentir el rubor florecer en sus mejillas, pero no puede contener la sonrisa, apretándose la nariz para tratar de ocultarla.

"No te veas tan jodidamente presumido, Harry. Jesús". Louis gime, arrobiéndose dramáticamente sobre una de las sillas, el dorso de una mano encontrando su camino hacia su frente como si fuera la damisela en apuros en una novela de asco. Los que Harry ha vislumbrado, vergonzosamente, junto a la cama de su madre en los últimos tiempos.

"Esa es una edición limitada", afirma Zayn, y Harry sigue su mirada al cómic extendido por el suelo, sus páginas un poco dobladas. "Louis".

"Y ahora es mío, así que puedo hacer lo que quiera con él", responde Louis descaradamente, inclinándose hacia adelante para arrebatarlo del suelo, "No puedes recuperar un regalo, Zayn".