14 de abril de 2007
Leila se encontraba en la universidad, llevando toda la cantidad de limonada que le había sido encargada, estando segura de que se vendería bastante bien, pues todos los que habían estado presentes al momento de hacerla le habían dado el visto bueno.
Creía en sus dotes para hacer la limonada rosa, pues consideraba que le salía especialmente bien y con un sabor equilibrado, ya que no sabía a pura limonada y tampoco sabía a pura cereza, estaba en un punto medio, y aquello le encantaba.
La fémina estaba pensando en Imaushi, pues el día anterior habían tenido una cita en un pequeño café cerca de su casa, le había gustado su compañía y aquella cita había sido de lo más tranquila, había disfrutado mucho de ella.
Se sentía en las nubes cuando el chico estaba presente con ella, con el simple hecho de su presencia o el que mencionasen su nombre la chica ya sonreía como idiota.
Estaba perdidamente enamorada de aquel hombre, y no se arrepentía de estarlo, pues, ¿a quien mentiría? Era todo un galán, y aunque la chica no lo admitiese en voz alta, había estado embobada viéndolo más de una ocasión.
Pero ese era otro tema a tocar después, debía estar concentrada en su puesto de limonadas rosas o no tendría éxito en el.
Unas cuantas horas habían pasado desde que el festival había iniciado y en ese momento el de cabellos bicolor acababa de llegar, por lo que la fémina pidió a una compañera que le cubriese por alrededor de una hora en aquel puesto, la cual amablemente aceptó, pues Leila ya le había algunos favores.
Aquel día Imaushi no llevaba su típica capa de Brahman o sus sandalias, estaba usando un pantalón blanco, algo holgado, con unas botas negras, una camisa del mismo color y una gabardina blanca, solo puesta por los hombros.
Nunca le había visto usar algo diferente en público, por lo que se sorprendió al verlo llegar con algo completamente diferente a lo que llevaba.
Sonrió al momento de llegar a su lado y saludarse el uno al otro.
—Es bueno verte, no creí que vendrías. -Saludo tranquilamente la fémina.
—Me invitaste, entonces debía venir. -El mayor le dedicó una leve sonrisa. —Te ves bastante linda con ese vestido, combina con el negro de tu cabello. -Comento tranquilamente, aún caminando al lado de la chica.
—G-gracias. -La chica parecía un tomate, estaba sonrojada a más no poder, por lo que volteó a otro lado con una sonrisa de idiota enamorada.Ambos recorrían el festival sin decir palabra alguna, solo admirando los puestos, hasta que el de cabellos bicolor se atrevió a darle la mano a la fémina, entrelazando sus dedos y de vez en cuando jugando con los de la contraria.
La chica era un manojo de nervios andante, sus mejillas estaban rojísimas y no había forma de ocultarlo.
Cuando sintió la mano del mayor con la suya solo atinó a voltear a verle, mientras el tenía un atisbo de sonrisa en sus labios, parecía divertido con la reacción de la chica, pues sus mejillas extremadamente rojas le parecían de lo más tiernas.
—Linda, ¿te importaría acompañarme a oro lado? -Pidió amablemente, a lo que la chica asintió.
—Vayamos a donde desees. -Dijo con nerviosismo.
—Es cerca de aquí, no te preocupes por el puesto de limonada. -Le sonrió levemente.La de orbes rubíes solo atinó a devolverle la sonrisa mientras caminaban hacia afuera del festival e iban al camino de cerezos que quedaba un tango cerca de la universidad de la chica.
Una vez llegaron se sentaron en una pequeña banca que se encontraba debajo de aquellos árboles tan bonitos, le encantaban a la fémina, quien sonreía feliz por ver los árboles de cerezo en su mejor punto.
Comenzaron a sacar temas de conversación triviales, desde animales hasta plantas.
Al final la pelinegra terminó por contarle que lo había dibujado y que había esperado mucho tiempo para verlo, pero que deseaba entregarle el dibujo en cuanto se pudiese.El mayo solo sintió y todo quedó en completo silencio.
El de cabellos bicolor se estaba armando de valor para lo que diría, por lo que se levantó de la banca, poniéndose frente a la chica.
En ese momento agradecía el que todos estuviesen en el festival y el lugar de los cerezos estuviese casi vacío.
—Leila, necesito decirte algo. -Dijo firmemente, viendo a los ojos de la chica.
—¿El qué? -Preguntó sin romper el contacto visual que compartían.El de ojos púrpuras suspiró, mientras soltaba al aire.
—Leila Hanagaki, me gustas, me he enamorado de ti, y aunque sé que no llevamos demasiado tiempo de conocernos me gustaría que salieras conmigo y el que fueras mi novia. -Dijo mientras agarraba las manos de la chica y le sonreía.La fémina se encontraba en shock, hasta que comenzó a procesar lo que el mayor le había dicho.
Solo atinó a abrazarle, mientras aceptaba ser su novia.
El de cabellos bicolor puso sus manos en las mejillas de la chica y acercó sus labios a los suyos.Aquel par se había convertido en una pareja frente a aquellos cerezos, siendo estos los únicos testigos de aquel tierno beso que compartían.
Los labios de la chica, para Imaushi sabían a un chupetín de cereza.
JABKDBSKA al final creo que este será mi final de la historia, porque sino me veo tentada a hacer un final triste y no haré eso.
Intentaré escribir el epílogo en estos días, lo prometo, intentaré subirlo.
Espero hayan disfrutado de esta historia tanto como yo lo hice escribiéndola aunque haya durado más de un año en finalizarla, lamento eso :((
¿Les parece bien el final? Siento qué tal vez lo hice muy drástico, pero cuando tuve la idea de esta historia fue que sería corta, y que algo así sucedería, sin embargo, no sé si es que lo planteé bien.
Gracias por leer
Perdonen los errores ortográficos
Se les quiere
Tengan buen día/tarde/noche
ESTÁS LEYENDO
❝ 𝘾𝙝𝙪𝙥𝙚𝙩𝙞𝙣𝙚𝙨 ❞ ↱ 𝙒𝙖𝙠𝙖𝙨𝙖 𝙄𝙢𝙖𝙪𝙨𝙝𝙞 ↲
Fanfiction✰ ✰ ✰ ❚❙❘❙❚❙❘❙❙❚❙❘❙❚❙❘❙❙❚❙❘❙❚❙❘❙❙❚❙❘❙❚❙❘❙❚❙❘❙❙❚❙❘❙❚❙❘❙❙❚❙❘❙❚ 𝗔𝗾𝘂𝗲𝗹𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗵𝘂𝗽𝗲𝘁𝗶𝗻𝗲𝘀 ...