Capítulo 1: Ojalá lo hubiera sabido a tiempo.

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Capítulo I: Ojalá lo hubiera sabido a tiempo. (hace 9 meses)

Sheila estaba por llegar a casa, apenas faltaban 5 minutos para que empezara el programa que ella y su hermana Carola veían cada viernes por la tarde junto con dos pizzas y una manta. Era una tradición que ya habían adaptado a sus vidas, su semana no estaba completa sin esos minutos que compartían entre hermanas. Mientras estaban viendo el programa solo lo comentaban, reían y disfrutaban. Casi siempre estaban discutiendo, normalmente por cosas triviales pero en esos pequeños minutos, era como si ambas hubieran firmado una tregua, donde no discutían, y algunas veces lo alargaban hasta el día siguiente.

Carola estaba sentada frente a la barra de la cocina, normalmente su hermana no tardaba tanto en llegar. El trayecto de el instituto hasta su casa era simplemente tomar dos buses distintos y caminar 5 minutos en total, pero como Carola los viernes acababa las clases una hora antes ella se saltaba eso en coche de alguna de sus amigas, para ella eran ventajas de ir a bachillerato, pero para Sheila, que tan solo iba a segundo de secundaría era una prueba de que el tiempo pasaba y que algunas veces demasiado rápido, y otras demasiado lento, como cuando los de su clase la seguían por el camino, diciendo comentarios despectivos hacia su cuerpo, a lo que ella solo les llamaba capullos en voz baja, creía que era valiente, que lo tenía bajo control, pero era más que obvio que no era asi, si fuera tan valiente no lo diría en voz baja y si no le afectase no habría hecho lo que hizo por su culpa.

Carola ya empezaba a preocuparse, hacía más de una hora que debería de haber llegado, Sheila tan solo tenía 13 años, podría estar en cualquier sitio sin decirle nada a su hermana, pero ella seguía teniendo la esperanza de que su hermana pequeña era más que eso, que si hubiera pasado algo lo habría dicho.

Ya eran las ocho de la noche, y a pesar de las llamadas de la hermana mayor, Sheila continuaba sin contestar. Al final Carola desistió, ya que, era un pueblo pequeño en el que vivían, todos conocen a todos y todos saben donde estan todos, si ella no quería que la encontraran, entonces nadie debía de buscar, así que acabó sentándose ella sola en el sofá, con la otra mitad vacía. Acomodó ambas pizzas en los brazos del sofá, la de Sheila con un plato del revés encima, para que se conservará en calor y las mosquitas no la tocaran. Se tapó con la manta y encendió el televisor, esperando a que empezara el programa.

En algún momento se quedó dormida, pensando en su hermana.

Pero al abrir los ojos ya era de día y todo estaba recogido.

Mientras Carola se estiraba y se incorporaba para mirar la hora, una pequeña carta sobre la mesa de la cocina entró en su campo de visión.

Con letra mal hecha y tinta medio gastada estaba escrito:

"Perdón por llegar tarde, me quedé más tiempo en la biblioteca. Tienes tortitas en la nevera por si te entra hambre. Te quiero

Sheila"

Una leve sonrisa cruzó el rostro de Carola, por lo que no le tomó importancia al hecho de que hubiera llegado tarde.

Lo que no sabía era que eso se repetiría.

Ojalá lo hubiera sabido a tiempo.

A tiempo de salvarla.

Por las calles de ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora