Tu Retorcido Cuento De Hadas (Yandereverse TW x Fem!yuu)

🐍 La serpiente de los ojos de frios y la chica frágil (parte 1) 🐍

Vivir en una ciudad pequeña implica muchas cosas, entre ellas que encontrar clientes se hace algo más dificil. Pero aún que pude irme, jamás quise hacerlo. Nací en esta ciudad cuando aun era solo un pueblo alejado de la mano de dios, y me quedaré hasta que muera.

También hice la promesa de ayudar a cualquiera sin importar el costo. Cuando perdí a mis padres por que no pudieron pagar un tratamiento me prometí que mi dolor no se repetería. Llevo diez años llevando mi propio consultorio bajo esa norma.

Hubo quien me dijo que no todos merecen esa misericordia, pero no quiero escucharlos.

A la gente buena le terminan pasando cosas buenas, aunque tengan que esperar. Ese es mi mantra.

Acabo de tener un día algo más ligero de lo normal. La única que llego fue Aurelia para retirar sus medicinas, después de eso pasé el resto del día intentando ocuparme de cosas últiles o que me ayudaran a distraerme. Limpié las habitaciones, ordené archivos de pacientes e hice las compras para la semana. Aun con todo mi cabeza seguía dando vueltas en la poca actividad de la clinica. Esta vez mi miedo a no alcanzar para cubrir mis gastos se estaba haciendo más tangible y aterrador. Di gracias por no tener que pagar el alquiler de la clinica, ya que si no ni sabía si podía tener un techo sobre mi cabeza.

Cayó la noche y decidí simplemente relajarme. Quiero olvidar mis problemas un rato con una buena taza de café.

Caliento agua en una teteta y espero hasta que escucho su chillido. Sirvo el liquido caliente en mi taza y agrego dos cucharadas de café instantaneo. Desde siempre quise probar uno con calidad, pero no me gusta encariñarme con estilos de vida que luego no podré pagarme, así que me conformo con traer pequeñas bolsas del supermercado. Como uso poco siempre dura.

Con mi taza humenate entre mis manos me siento en mi sillón, uno forrado con cuero viejo y algunas manchas de humedad, pero que sigue siendo cómodo, y relajo mi cansada espalda contra el respaldo. Como era un sillón que ocupaba papá cuando aun estaba en la casa era un mueble pensado para un hombre cuatro veces más grandes que yo. Aun así seguía siendo comodo, ya que podía hundime en él mientras llevaba mi taza a mi boca para disfrutarla. Soplé dos veces y le di un sorbo. Aun era la gloria terminar un día abrumador con una bebida caliente.

Al lado de mi sillón hay un velador sobre el que reposa un libro. Un atlas de ciencias naturales que compré hace dos años y que aun no termino.

Decido estirar mi mano y dedicar mis minutos de pausa también a leer. Como no era un libro con una historia de seguir solo elijo una pagina al azar.

Después de acomodarme en el inicio de la sección noto que me encuentro en la parte que habla de serpientes, concretamente una sobre las anacondas.

Siempre me interesaron mucho los reptiles, en especial aquellos peligrosos que son más lindos en fotos que en persona.

Comienzo a leer los primeros datos con cierto cuidado. Donde vivían, cual era su dieta, si eran o no un peligro para los humanos.

Era toda una maravilla, pero cuando llego a los datos curiosos siento un escalofrio. Era la historia de un hombre que fue tragado por su anaconda mascota después de tres años de tenerla en su casa. Cuando el animal se recostaba a su lado para, según él, dormir juntos por que le tenía cariño, en realidad se estaba midiendo para descubrir cuando podía devorarlo.

Cierro el libro de golpe. No me gusta admitirlo pero a veces si soy alguien sensible. Termino mi café y me lavanto de mi asiento. Dejo todo en su lugar y me preparo para subir a mi alcoba y dormir, pero el que alguien tocara a mi puerta a esas horas me sobresaltó.

Eran casi las once de la noche, pero aun así llega un desconocido que estaba esperando en mi portal como si no fuera una locura aparecer así sin aviso. Aún que bien podía ser alguien que necesita asistencia médica. Ante esa posibilidad no dudo más. Me puse mi bata y abrí la puerta.