🐍 La serpiente de los ojos frios y la chica frágil (parte 3) 🐍

273 36 12
                                    

Creo que pasaron cuatro meses desde que llegó Jamil. La verdad es que no fui conciente del tiempo que pasó desde que comenzamos a convivir.

Después de que se enfermara necesitó tres días de completo reposo. Cuando decidí que estaba en condiciones de levantarse también decidí que no sería capáz de hacerlo irse. Honestamente, me había encariñado con ese chico que compartía una historia tan parecida a la mia y que también estaba solo en el mundo.

No sabría decir que somos, pero si tengo que pensar en que relación tenemos podría decir que somos amigos y un equipo de trabajo muy bien coordinado.

Cuando se recuperó comenzó a empeñarse en aprender y en ayudarme, primero con labores cotidianas de la casa y luego con tareas más pesadas que estaban fuera de mi alcance. Estaba muy agradecida con él ya que ya no era el transtorno que fue siempre hasta ahora acomodar las camillas de la clinica o limpiar los conductos de agua.

Era el asistente perfecto en casi todos los sentidos, a parte de que cocinaba rico. Me sentí un poco consentida pero no se lo dije.

-No te preocupes por las hojas, ___, acabo de limpiar el porche para que ya no molesten.

Quise besarlo cuando me dijo que había levantado las ojas caidas que quedaron del inicio del otoño.

-Ya no sé que haría sin ti. Gracias.

Era muy bueno en lo que hacía y estaba agradesidisima con su ayuda, pero aún tenía el defecto de que era muy penoso. Pocas o casi ninguna fueron las veces que no se achicaba sobre si mismo o que se ocultaba dentro de su camisa o su capucha cuando le decía cuanto lo apreciaba. Era gracioso por que al principio no me pareció ni siquiera posible que alguien tan fuerte en realidad fuera tan timido.

Fue divertido verlo tan dispuesto a ayudarme y convivir. Claro, jamás esperé que no fuera suficiente para él ayudarme con las tareas de la vida común. Grande fue mi sorpresa cuando lo encontré en la clinica sin haberme dicho nada y atendiendo a alguien.

Un vecino que era cliente regular desde hace varios meses está sentado en la camilla y Jamil sujeta su brazo, el cual está vendado, mientras conversan.

-¿Hola...?- digo para llamar la atención y que noten mi presencia.

Jamil se voltea para verme, primero con cara de no terminar de creer que me tiene en frente y luego con una sonrisa resuelta, casi orgullosa.

-¡Doctora ___! Hola de nuevo. No sabía que había contratado a un enfermero. Es muy bueno en lo que hace.

Parpadeo sin entender del todo lo que acabó de decirme. Cuando consigo caminar hasta la camilla para ver al chico este me extiende su brazo que tiene el vendaje recién hecho. Una cosa era verdad, ese tratamiento si estaba tan bien hecho que parecía profesional.

Desidí no desmentir en ese nomento lo del enfermero para no poner incomodo al paciente, pero si que no dejé de pensar en ello mientras cobraba por el tratamiento y lo dejaba irse.

Me giro para ver a Jamil. Seguía teniendo esa expresión de orgullo de la última vez, casi como si esperara una felicitación.

Pero su sonrisa se borra rápido cuando me ve cruzar mis brazos y ladear mi cabeza, disgustada.

-Jamil, gracias, pero lo mejor será que no te acerques demasiado a los pacientes. Podrían cobrarme una multa demasiado grande si descubren que estás atendiendo a los pacientes sin una licencia. Por favor, la proxima vez que llegue alguien mejor avisame, ¿sí?

Su expresión se oscureció muy rápido, pero luego volvió como si nada a la normalidad. Otra vez volví a ver esa actitud de que acabo de hacer algo que lo molestó, pero antes de poder decir algo él asiente con determinación.

Tu Retorcido Cuento De Hadas (Yandereverse TW x Fem!yuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora