Capitulo 4

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Sky

Me sentía idiota, encerrado en su cuarto sin saber de quién carajos me escondía, cómo si yo fuera el amante de la relación.

Me levanté de la cama acercándome a la ventana, abrazando mi cuerpo al sentir el ambiente pesado, me cuestionaba una y otra vez por qué diablos estaba allí como un omega sumiso.

Pero allí estaba. La puerta cerrandose de golpe me saco de mis pensamientos, aún así no me moví de mi sitio y sentí como si había pasado una eternidad desde que sonó la puerta hasta que escuche los pasos de alguien acercandose y la puerta del cuarto abriendose.

-¿Sky?

-¿Quien más si no?

-Lamento eso... No volverá a suceder y aún cuando quisiera no puedo explicarte...

P'Phai se sentó en la cama bajando la mirada al suelo y respirando hondo como si necesitara calmarse, inconscientemente libere de mi aroma mientras hablaba suave.

-No es mi problema si tienes pareja.

-¡Yo no tengo pareja!

Lo que me hizo brincar no fue su tono de voz elevado fue el hecho de que el se levanto acercandose a mi rápidamente.

-P'Phai...

-No Sky... Necesito ser muy claro con esto aún si después me tildas de psicópata... pero... Tu me gustas y quiero que sepas que voy a hacer que te enamores de mi...

Lo mire con la boca abierta completamente sorprendido, esperando realmente que empezará a reír diciendo que era un chiste pero en realidad verlo tan serio me hizo pensar que en realidad estaba pensando en hacerlo.

-Pero...

-Se que sientes lo mismo, que nos conocemos... Tu aroma... Tu aroma es el único...

Sus manos se posaron en mis hombros suavemente, acariciando suavemente por encima de mi camisa su mirada fija en mis ojos pero no había rastro de su aroma, como si quisiera que está decisión fuera mía y no coaccionada por nada.

-Phi.

Sus labios sobre los míos me hicieron perder el norte, mis manos fueron a su camisa pero las de el fueron a mis mejillas, acariciandolas mientras mantenía ese roce de labios, sin movernos, sin hacer nada solo tocar mis labios con los suyos.

Mis manos apretaron su camisa suavemente haciendolo reaccionar alejándose de mi, sin más giro tomo una chaqueta y su cartera que estaba sobre la mesa de noche.

-Ire por comida... Quédate y descansa.

Sin más salió de la habitación y momentos después se escucho la puerta de la entrada cerrando, mis piernas dejaron de responderme y solo pude dejarme caer en el suelo a mitad de la habitación.

¿Qué diablos acababa de pasar?

Era todo una locura con ese alfa, hasta ahorita había estado tranquilo porque si hubiera querido hacerme daño lo hubiera hecho cuando estaba drogado pero todo se movía tan rápido que no sabía que pensar justo ahora y la única persona capaz de ayudarme no estaba disponible.

RenaciendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora