un pétalo, y su pequeña flor

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la nave vago sin rumbo por algun tiempo, y aunque el piloto estaba activo, los motores no respondian a ningun comando, a merced del caos, en cuanto estuvieron cerca a una estrella, al menos lo suficiente para aprobechar algo de la reciacion para cargar las beterias auxiliares y desperter con la luz blanca a los dos tripulantes

la luz segadora fue lo primero que vio el, encontrando pronto el equilibrio y lo siguente en sentir fue el sonido de la computadora, que entregaba un estatus con voz masculina y mecanica, habian pasado cuatro horas, se habian desviado 16 grados, y la navegacion encontro posibles rutas de correccion pero el debia elegir la mejor
en breve el estaba en la sala de mapas, encontro la ruta mas optima para cumplir el compromiso, y con el problema resuelto pudo relajarse, llegaria unas horas tarde a los preparativos iniciales, pero no pasaria nada, pues los preparativos se hacian dias antes, siquiera de la presentacion de la prometida y la boda en si

en un examen pas pausado y calmo reviso todo, desde la cabeza de la nave a la panza, la vieja nave que qiempre asemejo un caballito del diablo, nacida de los primeros modelos de aviacion, usando cuatro paletas finas y fuertes para equilibrarse en aire, rotando y batiendose, arremolinando el viento debajo de si mismas, y las mismas que perdian utilidad en el vacio primordial darian paso a los motores que movian la nave desde la parte trasera, una forma eficiente pero prontamente reemplazada por un nuevo modelo uno inspirado en las chinches buceadoras, unas todo terreno en todo sistema, patas y brazos fuertes para el viaje subacuatico, alas delicadas y firmes bajo un helitra que ademas era la carcaza de todo el veiculo, una alta capacidad gracias a un tamaño mayor, mejor propulcion, pero menor velocidad en largas distancias la tecnología siguió avanzando todos esos siglos y ese primer modelo aunque viable era una reliquia gloriosa de que ninguna tecnología es inútil

Con la calma de una estrella y una ruta era nesesario resolver los problemas en el motor, a lo cual dedico menos de tres horas hasta que funcionó nuevamente, y entonces en una vista amplia no encontró a Diana, pero si un pétalo en su brazo de un rosa muy pálido, casi invisible sobre la piel caramelo de Zeettha

Y busco en la nave pero no la ubico rápido, la termino encontrando en su recámara, acostada y cubierta con las sábanas y con las ventanas cerradas en oscuridad total
Con el silencio, se oía como sollozaba, refugiada a todo lo que desconocía
Con suaves palabras trato de animarla pero su negativa era siempre la misma

-jamas dijiste que esto pasaría, quiero ir a casa-

Por más que le explicó que no era su culpa, que fallas así ocurrían todo el tiempo, y que ya se había solucionado ella mantenía su respuesta, en cierto punto pensó que no hablaba de los fallos técnicos asique pregunto el motivo específico de su descontento
Y tras algunos minutos de súplicas ella accedió

Se destapó de su sábana defensora y le mostró lo que le desagrado, y es que su ropa ya no le quedaba, ahora parecía un gran lienzo intentando cubrir una pequeña muñequita de porcelana
Su físico era ahora el de una niña de no más de 10 años, un revéz imperdonable a su ver, por lo que pataleo y refunfuño exigiendo una explicación y una solución

El primer instinto fue llevarla al ala medica, que contra todo pronóstico la marcaba como de 19 años de edad, , según la medición celular, y psicológicamente tenía 15 años, era una niña físicamente, una adolescente a la vez, y una adulta todo entre mesclado, sumado a una crisis, por entender que sucede, porque paso y como se soluciona

Tantos problemas en la pequeña cabeza de Diana empezaban a estresarla, daba vueltas siguiendo a Zeettha No entendía, no comprendía lo que decía, lo que hacía o lo que escribía, tantos datos números y conceptos la estaban agobiando, así hasta que se quebró

En la hora de la comida ella no había tocado su plato, no tenía apetito, y guardaba sus brazos en sus piernas mirando fijamente hacia abajo, pensando, preguntando si volvería a ser como antes

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