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         —Pizza sin dueño—




El ambiente era tensó en la residencia Alemana. las ventanas Temblaban, y escuchar el bullicio estaba a la orden del día; Molestando a su “Adorado” vecino Suiza.

Quién rogaba por qué guardarán silencio o que les cayera un rayo, cualquiera de las dos eran buenas según el Suizo.

—Reich, tranquilo.

El austriaco intentaba calmar al alemán, esté estaba en un tipo de Trance; Bastante alterado y a la defensiva.

Todos estaban bastante tensos y desconcertados, Menos el soviético. A quien parecía no importante mucho la situación.

Los jóvenes seguían sin entender la situación, debido a que el austríaco no les permitía acercarse a la puerta y ver al individuo; Aquel joven alemán observaba  confundido la situación. «¿Quien debería ser para poner de esa manera a su padre?», se preguntaba.

—¿Qué haces aquí? — Interrogó el alemán.

—Pizza — respondió sin mucho interés.

Aquél alemán quería saltar  hacía aquel soviético; arrancarle los ojos y dárselos de comer. Aunque, claramente el austriaco No se lo iba a permitir, y el ya no era un salvaje. Era todo un Hombre “Civilizado”.

—¿Vas a querer la pizza? Si o no. — Habló por detrás de la puerta.

Al no obtener una repuesta se sentó en la acera, no se iría sin obtener su dinero.

—¿Reich? — preguntó preocupado. — Oye, respira ¿Sí?

Musitó Austria, quien buscaba la mirada del alemán; Parecía aturdido, dentro del abismo de pensamiento que tenía. Miraba al suelo, aplicando fuerza a la pobre perilla dorada.

Los jóvenes se miraban entre sí; Alemania no sabía que hacer, ni decir. Estaba empezando a temblar ante la intriga, acción que no pasó por desapercibida por cierto Eslavo, Quien abrazó con fuerza al alemán.

— Italia.

— ¿Sí?

—¿Puedes ir llevarte a Alemania de aquí? Vayan al baño. — pedía el austriaco, presentía lo que se venía y no era algo bonito como su amado alemán.

El italiano asintió, siendo seguido por todos los presentes; Aquel ruso soltó al alemán, el no iría. Tenía curiosidad sobre el tema, más aparte quería ser de utilizad por si pasaba a mayores.

—Señor Reich, ¿Se encuentra bien? — preguntó, acercándose al alemán.

El cual le miró, gruñendo; Ante esa actitud el austriaco se interpuso entre ellos.

—Es mejor estar atrás Rus, ¿Que dirá tu Abuelo si te llega a encontrar con una mordida?

Aquel alemán en cuanto se sentía amenazado o estresado, mordía todo a su alcance; Dicho eso el Ruso retrocede un poco, dirigiendo su mirada a la puerta.

—¿Quién está afuera?...

—No es de tu incumbencia.

Respondió, mirando fijamente al jóven de una manera amenazante; Austria sujeto a Reich con fuerza, Preguntándose por la demora de Weimar.

Rusia suspiro, tratando de ser paciente.

—Con el Debido respeto que le tengo Señor Reich, claro que es de mi incumbencia. Está afectando a Alemania y por ende a mí. — expresó su molestia.

Aquellas palabras del Ruso habían Sido lo suficientes para sacar de aquel trace al alemán. Mirando a Austria con unos ojos llorosos; Alemania estaba siendo afectado, y nuevamente era su culpa. Cierta culpa invadió al Ruso, el decía las cosas tal cual.

¿Tan difícil se había hecho simplemente recibir una pizza?


























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⏰ Última actualización: Jan 21, 2023 ⏰

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