ch 10- Una persona especial

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Los pequeños no vieron cumplidos sus deseos. Cuando se despertaron, ¡su madre y su hermana mayor ya se habían ido!

Los dos más jóvenes culparon al hermano mayor Zheng Yuan. Hicieron pucheros y lo culparon por no haberlos despertado antes.

Mientras se quejaban en casa, Cheng Xiao Xiao y su madre ya estaban en camino y ya habían llegado a la gran ciudad del armario

.La gran ciudad no era tan grande. Tiene alrededor de 10.000 hogares. Después de entrar en la ciudad, había una calle principal de mercado. Aparte de las tiendas, muchos residentes de los pueblos cercanos también habían traído sus productos aquí para venderlos.

Cheng Xiao Xiao miró a su alrededor con curiosidad mientras seguía a la Sra. Cheng al mercado. Notó que la mayoría de las mercancías que se ofrecen son suministros diarios regulares, nada que se destaque. También se dio cuenta de que no todos los comerciantes eran hombres, había algunas mujeres. Así que los dos no llamaron demasiado la atención.

Encontraron un lugar vacío y la Sra. Cheng dejó su carga ( danzi ), luego ayudó a Cheng Xiao Xiao a dejarla también. Los dos se levantaron las mangas simultáneamente para secarse el sudor de la frente.

 "Mamá, ¿crees que podremos vender estos conejos?" Cheng Xiao Xiao se estaba preocupando un poco

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 "Mamá, ¿crees que podremos vender estos conejos?" Cheng Xiao Xiao se estaba preocupando un poco. Habían traído consigo 20 pollos y 15 conejos. Esa fue toda una transacción para un pequeño pueblo como este.

La señora Cheng no parecía demasiado preocupada. Miró a su alrededor y respondió suavemente: "¡Creo que sí!"

La Sra. Cheng todavía era bastante atractiva en sus treinta. De pie junto a Cheng Xiao Xiao, las dos parecían hermanas. Han llamado mucho la atención de los transeúntes en muy poco tiempo y también se habían dado cuenta de que estaban ofreciendo gallinas y conejos.

Muchos de los transeúntes los miraban, pero ninguno se acercaba a preguntarles el precio. Después de todo, Cheng Xiao Xiao no era una persona cualquiera. Las ideas comenzaban a formarse lentamente dentro de su cabeza."

¡Oye, estos conejos y pollos se parecen un poco!"

Un hombre de mediana edad que pasaba se detuvo y miró los cuatro conejos y gallinas encima de la jaula. Después de examinarlos por un rato, preguntó ansiosamente: "Señorita, ¿cuánto cuestan sus pollos y conejos?"

Um..." La Sra. Cheng no estaba segura de cómo deberían ponerle precio a sus animales, así que se giró y miró a su hija.

Cheng Xiao Xiao entendió lo que quería decir su madre y asintió levemente en respuesta. Se volvió hacia el hombre que parecía un mayordomo y dijo suavemente: "Señor, nuestras gallinas y conejos fueron criados con especial cuidado. Sus carnes son tiernas y jugosas. Estamos pidiendo 20 cobres por un pollo y 30 cobres por un conejo. ¿Cuantos te gustaria?"

En los últimos días que estuvo aquí, Cheng Xiao Xiao había aprendido la moneda de este mundo. Un tael de oro = 10 taels de plata = 10 monedas de cobre guan = 10.000 monedas de cobre wen 

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