C A P Í T U L O 1

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Me había bajado del autobús, por un lado estaba contenta de poder volver a empezar, y por otro lado estaba triste, sentía que ahora si había perdido a mi tía en todos los sentidos. No había vuelta atrás, ya estaba afuera mirando si podía distinguir a Monty, ya que había visto fotos de él y hablado de vez en cuando en alguna vídeollamada de forma ocasional. No lo veía por ningún lado y el miedo se empezó a apoderar de mí, por suerte recordé que mi tía antes de morir me lo había mandado agendar.
Así que lo llamé.

—¿Hola?—hablé cuando cogieron la llamada.
—Ooh, lamento no habértelo avisado, no puedo ir a por ti, pero unos amigos de mi hija deberían de estar por ahí—dijo disculpándose repetidamente.
—No te preocupes, Lena me comentó que tú tenías que irte a veces por el trabajo—intenté calmarlo.
—Cierto, ella siempre me decía que algún día me acompañaría—reímos los dos con melancolía, porque los dos sabíamos que mi tía sería capaz de irse.
—Por cierto, ¿podrías describirme a esos amigos de tu hija? no vaya a ser que me vaya a ser que me confunda y acabe secuestrada—reí.
—Deben estar al llegar, pero los distinguirás bien, uno es un chico bajito y otro es más alto y su tez es más oscura, sabrás quiénes son—rió para luego despedirse y colgar.
Guardé el móvil en el bolsillo de la chaqueta y miré hacia los lados. Vi de lejos unos chicos acercándose que podían ser ellos, pero aún así preferí esperar para ver si se acercaban ellos, y así lo hicieron.
—¿Eres T/n?—Preguntó el más bajo.
Estuvimos hablando un rato entre los tres y luego me acompañaron para enseñarme donde sería mi nueva casa. Ruby tenía una llave y abrió, estaba todo oscuro. Cuando encendió la luz Monty, una chica joven que supongo que sería Monse y más adultos saltaron gritando sorpresa.
Monty: ¿No pensarás que me iba a ir el día que tú llegarías, no?
Monse: Yo soy Monse, encantada.
Ruby: Y bienvenida a ti también Monse.
Monse: Es que estuve en un campamento de escritura.
Jamal: Si, has crecido desde entonces.
Monse: ¿Y Cesar?

Los chicos se miraron entre sí, resoplaron y agarraron a Monse del brazo para llevarla a otra habitación.

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