Primera parte

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⚜️

En un mundo muy lejano al nuestro, existe un vasto y abundante reino gobernado por unos sabios reyes y su Príncipe Heredero.

El reino de Tinopai era popular entre los reinos del mundo por sus bellos paisajes y su valioso Príncipe.

El sucesor al trono era muy amado por estar dotado de belleza y talento, era valeroso y honorable, un joven inigualable a los demás príncipes de los otros países.

Innumerables eran las hazañas por las que era honorado, ningún príncipe había llegado a tanto.

Impecable y perfecto a la vista de todos, y eso lo volvía una admiración y el tesoro del país.

¡Cuánta magnificencia la de aquel Príncipe!

Sin embargo, aquel reino utópico digno de un cuento de hadas, en el que todos celebraban y ansiaban la perfección, tenía una mancha en su pulcro expediente.

Pues allí en su bosque, habitaba un monstruo espantoso. Todos, dentro y fuera del reino, hablaban de un ser deforme, fruto de un amorío entre una pueblerina y un demonio. Pero no se trataba de una aventura demoníaca ordinaria; era con el emperador de los Dragones, seres provenientes de un linaje demoníaco puro.

La pueblerina había caído en sus encantos, y como resultado, dio a luz a un bebé antinatural; un niño mitad humano y mitad dragón, un demonio.

Se dice que la muchacha falleció en el momento que dio a luz, y del emperador demonio lo único que se supo, fue que parecía haber desaparecido de la faz de la tierra.

Este ser que había sido engendrado y abandonado, emergía de vez en cuando de las profundidades del bosque para asomarse a la aldea. Esta actitud sospechosa asustaba a los lugareños y vivían atemorizados por su temible aspecto y feroz naturaleza.

Quién sabrá cuales eran sus intenciones.

Pues, todos sabemos de sobra que los demonios son criaturas malvadas que causan mucho dolor y sufrimiento a la gente. Seres despiadados que se alimentan de las almas de las personas inocentes.

Se sabía que las personas que se atrevían a adentrarse más allá del bosque, desaparecían y nunca más volvían a ser vistas. Por esta razón, comenzó a rumorearse que el demonio mitad humano los cazaba para devorarlos.

¡Puede que un día de estos salga del bosque a cazar humanos!

Fue así que una recompensa con una gran suma de dinero se ofreció a cambio de traer el cadáver del demonio. Sin embargo, nadie pudo conseguirla.

Los más valientes estaban dispuestos a acabar con él y conseguir el dinero; regresaron heridos y aterrorizados, y otros ni siquiera lograron volver. El demonio era fuerte, despiadado y audaz, solo lograron escapar los que tenían algún ángel que les habrá dado la oportunidad.

El miedo y la desesperación reinaban en el pueblo. Nadie salia de sus casas durante la noche y durante el día nadie salia sin compañía. Temían que el demonio hiciera presencia en el pueblo y les arrancase las tripas. Casi todo el pueblo se había reunido en el palacio para implorarle a las majestades.

—¡No hay quien pueda con él!

—¡¿Qué haremos?! ¡Ese engendro vendrá por nosotros!

—¡¡El Príncipe, nuestro Príncipe podrá con él!!

—¡Haga algo, Su Majestad! 

Fue de este modo que el Rey Tinop decidió poner sus manos sobre el asunto. Un día despues, mando a llamar al Príncipe: 

El Príncipe que se enamoró de un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora