Capítulo 3: "¿Sabes? Vas a tener que amarme."

851 27 0
                                    

Capítulo 3: "¿Sabes? Vas a tener que amarme."

Cuando Justin llegó unas horas más tarde, Grace salió al encuentro. Se veía linda y muy distinguida, con un abrigo gris. Calzaba zapatos altos y un vestido muy lindo que combinaba con su color de piel y zapatos.

-No te vas a divertir a mi lado. No sé bailar ni conquistar a las chicas. No sé decir cosas bonitas.- Grace rió- Solo puedo hablarte de mis estudios y contare anécdotas de mi vida que no creo que te interesen.

-Primero, de seguro eras el chico más popular de la escuela, no me quepa duda que has tenido muchas novias con esa facha. Y segundo, no sé por qué te empeñas en lucir insignificante, Justin.

-Porque lo soy.

-Para mí no lo eres. No vayamos al cine sino a una cafetería a conversar.

-¿De qué podemos hablar tú y yo, Grace? Creo que no tenemos nada en común.

-Hablaremos de ti y de mí, ¿Quieres que te cuente por qué no tengo novio?

-No. No quiero penetrar en tu intimidad. ¿De qué me serviría entrar en ella? Me enamoraría de ti, te besaría, empezaría a pensar que... 

De pronto, Justin sacudió la cabeza. 

-No sé. A complicarme la vida -se golpeó mentalmente- 

-Eso quiere decir que a pesar de ser un luchador, eres un poco cobarde. 

-Con las mujeres si lo soy. No las quiero en mi vida. 

-¿Mujeres? 

-Una mujer como tú, Grace. 

-Bueno, porque los hombres tienen mujeres siempre. 

-Puede que sí, pero la "mujer" es otra cosa. Fue de lo que siempre he huido. Un día, cuando haya llegado a la meta, buscaré a una chica que encaje con mi personalidad, que comparta mis deseos, que acepte que vengo de una familia humilde.... 

-Y te casarás con ella -lo interrumpió- 

-Sí. 

Grace lo miró y le dijo con sencillez: 

-Tú me impresionaste desde que te vi en la carretera. No me miraste como los demás hombres, sino que lo hiciste a los ojos. Hubo algo en ti que me llegó al alma.-Justin rió totalmente frio- 

-Grace, por favor, ¿cuántos años tienes? 

-Tengo 22, Justin. 

-Yo tengo 28. 

Eres un poco mayor que yo, pero... ¿Sabes? Vas a tener que amarme. -sonrió- 

-¡Grace! 

Ante esa exclamación, Grace se sintió turbada y bajó los ojos, dejo de sonreír. Estaban sentados en una mesa apartada, tomando café. Vio que Justin tenía los labios un poco apretados. Estaba enojado, muy serio.  

-Esto es absurdo, Grace. ¿Qué puedo ofrecerte? Tu familia y la mía son totalmente diferentes. Mis padres son pobres, personas de pueblo. Si los conocieras, te avergonzarías de ellos. 

La joven preguntó como un disparo: 

-¿Te avergüenzas? 

-¿Yo? ¿Avergonzarme de mis padres? No, Grace. Considero que son los seres más grandes que he conocido. ¿Sabes lo que significa para un hijo ser algo y debérselo todo a sus padres? Por ellos daría mi vida si fuera necesario.

Ella lo escuchaba en silencio. De pronto sintió la necesidad de tocarlo y puso su mano sobre la de Justin. 

-¿Qué haces, Grace?- dijo sin sacar la mano de ella de la suya- 

-¿Te molesta? 

-No, me inquieta. ¿En qué va a terminar todo esto? Hace mucho tiempo que no tengo una novia, no porque no quisiera, sino porque mis obligaciones me lo impiden. Ahora apareces tú en mi vida y despiertas en mí ansias desconocidas. Que prefiero olvidar. Por favor, apártate de mí. Tu mundo es otro. Eres rica, de familia distinguida y tienes todo lo que puedes desear. Yo no tengo más que mis estudios y el cariño de mis padres. 

-Un día te casarás y formarás una familia, Justin. 

-Sí, Grace. Vamos a suponer que paso los exámenes y puedo darles a mis padres todo lo que deseo para ellos. Después me casaré. La mujer que elija debe amar a mis padres. Nunca toleraría desprecios o cosas que los hagan sufrir. 

-Justin, sigue hablándome de tus padres. ¿Te has dado cuenta que con el poco dinero que tienes, en realidad has sido más rico que yo? Has contado con tus padres siempre e incondicionalmente, yo no he tenido los míos a mi lado. Cada quien pensó en su propia vida y buscó su felicidad. 

-Tu abuela es muy buena con ustedes. 

-Sí, y la adoro, pero nunca los tuve a ellos. Pienso que sería lindo vivir con los padres, escucharlos, amarlos...-decía mientras sonreía y miraba hacia otro lado-

Hablaron mucho. Cuando regresaron a la casa de ella, se despidieron. 

-Hasta mañana, Justin.-bostezó despacio, ya estaba oscuro- 

-No, Grace.-dijo serio- 

-Huyes. 

-Sí, porque me gustas.-admitió- 

-Si el destino nos vuelve a unir... 

-Tú buscarás ese destino. No te das cuenta de que es un peligro para los dos. Si te estimas, apártate de mí. 

-Esta noche vas a pensar en mí.-dijo mirándolo a los ojos, ¿Estaba loca?, ¡claro!, loca por ese hombre.- 

-Grace, nos conocimos hace poco. No creo en los amores fulminantes. 

-No te amo aún, pero sé que te amaré.

Su amor fue asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora