capitulo 8

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Un día, fui a tu casa, bebiste mucho y lloraste, me trataste horrible, me dijiste que me alejara de ti, que yo no entendia tu dolor.

Tienes razón, nunca pude entenderte, porque nunca me dijiste como te sentías. Ese día lloré, porque tú rechazo caló en lo más profundo de todo mi ser, me apartaste, no querías ser consolado por mi, es curioso, ahora yo no puedo encontrar más el consuelo en ti.

No estás para consolarme, y quizá desde hace tiempo, ni siquiera tu corazón está conmigo, quizá tú, ya no me perteneces. Ese día, era la primera noche que íbamos a dormir juntos.

Te quedaste dormido, dormí triste y aún estando a la par tuya, en la misma cama, me senti igual de sola que cuando duermo sola en mi cuarto y lloro por la madrugada.

Y fue así, tu estabas dormido, y yo estaba llorando en silencio. Me recuerda a cuando era una niña y dormía llorando en silencio al lado mi mamá para que ella no despertará y se diera cuenta que estaba llorando.

Dormí tarde, tenía insomnio, tu estabas tan tomado que no podías escuchar, que yo, estaba sufriendo.

escritos en la madrugada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora