Tres: Roto

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Un corazón que se guarda
Para no ser lastimado
Duele más que uno que ha sido
Roto.

Los días pasaban fugaces. Memo intentaba hablarle al chico de la gran sonrisa, repasaba en su cabeza miles de veces lo que le diría, lo invitaría a salir, pero en el último momento siempre se acobardaba, daba un paso hacia atrás y se iba con el corazón estrujado.

Entonces el tiempo se volvió su peor enemigo, pasaron días, semanas, tratando de llegar a algo con el chico que lo tenía enamorado, sus conversaciones no pasaban de los saludos Y luego un silencio tan incómodo que Memo sentía la necesidad de huir y no volver a hablarle más.

Había veces en las que Lio –así le llamaban sus amigos– trataba de sacarle más conversación, trataba de hablar más con él, pero Memo terminaba siempre tartamudeando e incapaz de formular palabra alguna.

"¿Y si digo algo súper tonto? Querría morir. No quiero que me rechace y me odie y nunca más me hable, eso sería lo peor." Pensaba horrorizado, no estaba listo para sufrir de un corazón roto, si dolía tanto como le dijeron, entonces prefería quedarse callado.

Y guardó su corazón y sus sentimientos bajo llave, junto con todas las bonitas palabras que quería decirle. Se convenció de que era lo mejor no tratar de llegar a algo más.

Pronto aquellas suaves miradas y tiernas sonrisas que solo eran para él y que lo llevaban al paraíso empezaron a desaparecer, Messi ya no lo veía tanto como antes, sus conversaciones se desvanecían tan pronto como empezaban.

—Se te va a ir el tren, Memo —le dijo su amigo, Guardado, una tarde en la que se encontraban solos, este ya sabía de lo que el chico sentía por Lionel—. Hay muchas personas que lo pretenden, si no te apuras y le dices lo que sientes, no volverás a tener otra oportunidad.

Memo lo escuchó con mucha atención.

—Puede que ambos se quieran mucho, tú lo sabes, yo lo sé, pero si lo haces esperar demasiado, se enfriará, y es lo que está pasando ahora, llegará entonces alguien que sí se atreva a darle todo lo que él quiere y entonces, tú habrás perdido —concluyó.

Las palabras de su amigo solo hicieron que Guillermo se sintiera peor.

Se tomó el pecho, sentía un dolor agudo que le punzaba, era peor que haber sido rechazado, tenía una oportunidad, pero por ser un cobarde y no querer que le rompan el corazón la estaba perdiendo.

Empezó a llorar desconsolado, su amigo lo notó, un dejo de culpa en su mirada mientras lo abrazó y acarició sus suaves rizos.

—Memito —lo llamó con ternura—, la vida es un riesgo, y hay que hacer que cada segundo valga la pena.

Siguió llorando con aún más fuerza, en su cabeza se maldecía mil y una veces por ser tan idiota, porque el chico al que tanto amaba desde el primer día en que lo vio se le estaba yendo de las manos.

—Ándale, Memo, no llores, si tú lloras, yo lloro —dijo acariciando su espalda.

Entonces el de rizos se levantó bruscamente, limpiando sus ojos, respiró profundo y miró por última vez a su amigo, esta vez ya no sería un cobarde, esta vez le diría a Lionel lo mucho que lo amaba y no lo soltaría hasta que le diga que sí.

—Sé lo que tengo que hacer —dijo y se fue corriendo sin más.



•∆•

Soy Memo kinnie 😔👊

Don't you want to be the one? [Messi x Ochoa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora