Mi piel se erizo, sentí un escalofríos, me puse nerviosa. No quería voltear, no iba a voltear. Me susurraba cosas al odio.
-Lou...Louis, de... deja de hacer eso -dije por fin, voltee mi cara lentamente.
-¿Te pongo nerviosa, nena? -Tenía una sonrisa arrogante en su cara, se me acercaba más y mis pies o manos no reaccionaban. Se acercaba a mí, lentamente. -¿Sabes que me hace enojar? -No conteste nada- ¿No sabes? Ver cómo te besa otro hombre que no sea yo. Eso me hace encabronar.
-Tú y yo no somos nada, puedo besar a quién quiera y coger con quien quiera. A parte tienes novia -Él estalló en carcajadas.
-Ella no tiene porque enterase. ¿Sabes qué quiero hacer? -
Me empujo hacia la pared de la casa y me acorralo, se acerco a mí y clavo sus suaves labios en los míos, mis labios no se movían, hasta que solos se empezaron a mover, yo no quería pero él besaba jodidamente bien, deje que su lengua recorriera toda mi cavidad bucal, y viceversa, metió su mano a mi blusa y sus manos recorrían mi cintura y poco a poco subían, hasta que sus manos llegaron a mis pechos, los masajeaba-yo soltaba uno que otro gemido- y yo no lo detenía, quiso desabrochar el brassier.
-¡No! ¿Qué haces? ¿Qué hacemos? Esto está mal, tú tienes novia y no, ¡NO! -dije acomodándome la blusa, tenía un poco de calor y había nieve.
-No digas que no lo disfrutaste, primor. Terminaría con Eleanor sólo por tocar esos pechos cada día.
-Eres un puerco imbécil, hijo de puta. ¡Lárgate de acá! -
Le grité enojada, recogí la pala, y me dirigía de nuevo a la casa.
-Dime todo lo que quieras pero lo disfrutaste. -Me dijo por último, se regreso por dónde vino. Una sonrisa se dibujo en mi cara, lo que John y yo habíamos hecho había funcionada. Había disfrutado mucho lo de hace rato hace más de cuatro años que alguien no me tocaba, necesitaba abrir la fábrica de nuevo.
Pasaron las fiestas y ya estábamos de nuevo en Londres, John se había ido de viaje pero regresaría en poco tiempo, no había visto a Louis desde aquella vez, tenía unas jodidas ganas de probar esos labios.
Era tarde y tenía que ir a recoger a Tara de la escuela, tome un taxi hacia su escuela.
-Tara Vega. -dije a la maestra que estaba ahí.
-Señora Vega, ya vinieron por ella. -mi corazón se detuvo.
-¿Cómo qué se llevaron a Tara? ¿Quién vino por ella? ¡Yo no pedí a nadie que vinieran por ella!
-Su padre vino por ella, me sorprendí mucho al ver quién era.
-me dijo la maestra esta.
-¡Ella no tiene papá! Bueno, sí tiene pero aggghhh. ¿No dijo nada de a dónde la llevaría?
-escuche que Tara quería un helado. -Me dijo la maestra,.
Maldito idiota, me las pagará caro. Qué se creía viniendo a recoger a mi hija... Camine unas cuantas cuadras, había heladerías y en ninguna se encontraban ellos, hasta que los encontré, Tara le contaba algo y él miraba como la única mujer en el mundo, sentí ternura. Él noto que los miraba y levanto un brazo y me saludo, me acerqué a ellos y me senté...
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