5 de Diciembre

19 6 0
                                    

5:35 AM

Alguien está diciendo mi nombre. Su voz es dulce y suave. No para de repetir "Courtney despierta". Lo dice despacio enfatizando en cada una de las sílabas de la frase. Noto algo acariciándome la cara. Me despierto de golpe al reconocer la misteriosa voz.

- ¡Adrien! Que susto me has pegado. ¿Pasa algo?

- No puedo dormir. ¿Puedo quedarme aquí?

- Claro, métete aquí conmigo.- nos quedamos los dos mirando el techo sin decir ni una palabra durante unos minutos.- Te voy a contar una secreto. Cuando yo tenía más o menos tu edad, mamá no me dejaba estar con mis amigas a partir de las diez de la noche. A esa hora tenía que estar en casa y si llegaba tarde me castigaba. Todas mis amigas se quedaban hasta la una de la mañana divirtiéndose y tenía envidia. Me parecía injusto. Así que un día decidí escaparme. Salí por la ventana, subí al tejado y baje todo el edificio por las viejas escaleras de emergencias.

- ¡De verdad hiciste eso!

- ¡Claro! Ven mira.

Me levanto, abro la ventana y salgo a un pequeño balcón. Mi hermano me sigue. Escalo un poco y llego a el tejado. Nos sentamos los dos y nos quedamos mirando las estrellas.

-Pero la historia no acaba aquí. Todos los días me escapaba para quedar con mis amigas. Un día mientras íbamos por la calle a las dos de la mañana, un grupo de borrachos nos empezaron a gritar "Guapetonas" "Bombones" " Que cuerpazo tenéis" y cosas así. Nosotras les ignoramos y seguimos andando hasta perderlos de vista. Pero al girar una esquina nos volvimos a encontrar con los borrachos. Vinieron corriendo hacia nosotras hasta coger a dos de mis amigas. No parábamos de gritar para ver si alguien nos podía ayudar. Empezaron a quitarlas la ropa. Mientras yo llamaba a la policía, una de mis amigas intentaba pegaba a los chicos. Otras estaban totalmente paralizadas. Gracias a nuestros gritos, un vecino salió de su casa e hizo que los borrachos se fuesen. Estuvieron a punto de violar a dos de mis amigas. Pero tuvimos muchísima suerte y no pasó nada grave. Una de ellas podría haber sido yo perfectamente.

- ¡En serio! Nunca me lo habías dicho. Ni siquiera mamá. Si que lo tuviste que pasar mal. ¿Que pasó después?

- Vino la policía y detuvo a los cinco culpables. Nos ofrecieron terapia psicóloga y todas acudimos. Aunque fue de gran ayuda, todavía tengo un gran trauma. Fue una de las peores noches de mi vida.

Adrien me abraza fuertemente.

- ¿Y por qué me cuentas esto ahora?

- Porque mamá tenía razón. Siempre me decía que la noche era muy peligrosa y que por eso no me dejaba estar sola tan tarde. Pero yo no la hice caso y mira lo que pasó. Mamá lo hizo para protegerme. Siempre quiere lo mejor para nosotros. Por eso tenías que haberla contado tus problemas hace mucho tiempo. Te hubiese ayudado a que esos matones no se metieran contigo.

- Lo sé. - dice con los ojos llorosos.- Pero ya no puedo hacer nada. Los chicos ya están en un sitio donde no volverán a molestar a nadie más y eso es lo mejor.

- ¿Por qué se metían contigo? ¿Les hiciste algo?

- No lo sé. Supongo que porque era una presa fácil. Un chico que no es popular, con pocos amigos, buenas notas, invisible para algunas personas, fácil de manipular...

- Tú no eres así. Ellos querían que te sintieses así para poder manipularte. Eres un chico fuerte, amable, empático, gracioso, inteligente, amigable... No te tiene que importar lo que piensen los demás. Esto ya te lo dije el otro día pero es que es la verdad.

Nos fundimos en un fuerte abrazo.

- Vamos a entrar que está empezando a amanecer.

Volvemos a casa y nos metemos los dos en mi cama.

Aquí Soy FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora