Capitulo 8

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El auto estaba de cabeza. Nos habíamos salido de la calle y habíamos dado vueltas hasta chocar con un árbol. Mi puerta estaba atascada y no podía salir. Lana salió mas lastimada que yo, ella tenia una herida en la cabeza y estaba sangrando, tenia el brazo y algunas costillas rotas por lo que pude ver. Yo tenia la pierna, un brazo y mi nariz rotas. Trate de recordar si Felix me había dicho algo sobre algún poder de curación, pero no recordé nada, de todas formas lo intente. Me concentre y me imagine a mi nariz y mi pierna siendo reparados. Abrí los ojos y funciono. ¡YAY! Con mis poderes lance la puerta para poder salir. Me dirijí hacia el lado de Lana y abrí la puerta. La saque del auto y la recargue en un árbol. Me acerque al auto y lo voltee con mis poderes, cuando lo puse sobre sus ruedas escuche a Lana despertandose. Me acerque a ella.

-¿Tienes algo lastimado?-le dije.

-¿Huh?

-¿Te duele algo?-ella apunto hacia su espalda.

-Duele...

-Sh, tranquila.-me puse detrás de ella y sane su espalda.

-Eres una On...

-Si.-¿como sabía de eso?

-Yo soy una alienigena.-sonrió. La abrace y la ayude a que se levantara.-¿Sabías que solo los Onyx mas poderosos pueden sanar?

-No, no lo sabía, acabo de descubrir que puedo sanar.

-Bueno, felicidades.

-Gracias.-¿Era de los Onyx mas poderosos? Guau. Caminamos por la calle hasta que llegamos a un lugar en el que había buena señal. Llame a una grúa para que llevara el auto completamente destrozado de mi madre a un taller, tenia que intentar repararlo. Cuando la grúa llego el señor que la conducía bajo de su grúa, se acerco al auto y lo examino.

-No vale la pena llevarlo a un taller, esta demasiado dañado como para que vuelva a funcionar.-dijo amablemente.

-Esta bien, ¿entonces solo lo dejamos aquí?-pregunto Lana.

-¿Como salieron de esta cosa -dijo apuntando al auto destrozado-.y de el accidente intactas?-pregunto el señor. Los ojos de Lana, color negro (quedaban muy bien con su cabello, también negro), se volvieron morados y veían fijamente los ojos de el conductor de la grúa. Yo admiraba sus ojos con los míos abiertos como platos. ¿Que rayos estaba haciendo?

-Lleva el auto hacia donde se llevan los autos destrozados y olvídame a mi y a mi amiga y también olvida la ultima pregunta que planteaste.-dijo Lana con tono mandón. El señor hizo lo que ella le dijo, yo tenia mis ojos y mi boca abiertos como nunca. No sabia que Lana sabia hipnotizar a las personas. Me volví hacia ella.

-¿C-c-como...-dije titubeando.

-Es un poder único de los alienigenas. Es un poco difícil de usar y te cansa así que casi no lo uso.-dijo con seguridad.

-¡Que útil!

-Jaja ya lo se.- empezamos a caminar hacia nuestras casas.-. ¿Felix es humano?

-No, es Onyx también. ¿Y Samuel?

-El es humano.-Y eso fue lo ultimo que nos dijimos por un buen rato, hasta que hubo un cambio de planes cuando me llego un mensaje y nos sentamos en una banca.

Numero desconocido- Nos vemos en mi casa.

Estefania-¿Quien eres?

Numero desconocido- Felix

Estefania- ¿Como conseguiste mi teléfono?
Oh, olvidado, descubriste donde vivía y quien era mi hermana.

Felix- ¿Recuerdas donde esta mi casa?

Estefania- Nop :P

Felix- ¿En donde estas? Voy por ti.

Estefania- Estoy con Lana.

Felix- Oh.

-¿Le puedo decir a Felix que eres alienigena? Se puede confiar en el, sabe que soy Onyx.-le dije a Lana.

-Claro.

Estefania-¿Puede ir? Si es sobre el asunto de los Onyx, ella es alienigena.

Felix- Bueno, en ese caso, voy por las dos.

Le envié la dirección y llego unos minutos mas tarde. Nos subimos a su auto. Cerré la puerta y al voltearme para verlo me atrapo y me beso. Me encantaban sus besos, siempre eran diferentes. Ese beso fue amable y suave.

-Buscaos un cuarto.- dijo Lana. Sonreí y me aleje de Felix. Me guiño un ojo y rodee los ojos. Pude notar que el todoterreno se dirigía hacia su casa. No podía de dejar de pensar como le iba a explicar a mi mama que habíamos tenido un accidente, el auto se destrozo, pero que nosotras salimos intactas.

-Lo siento.-dijo Lana.

-¿Porque?-pregunte yo.

-Destroce el auto de tu madre...el día en que conseguí mi permiso...-pude identificar que estaba empezando a llorar. Me voltee y acomode mi asiento de forma que pudiera pasar a la parte trasera, donde estaba ella. Cuando me acomode lo suficiente pude notar como ella estaba sollozando, me sentí muy mal. El accidente no fue su culpa.

-Tranquila, no fue tu culpa.-dije.

-Pero...

-Shhh, salvaste al ciervo y nadie salió seriamente herido ¿cierto?

-No, pero..

-Perdón por interrumpir, pero, ¿Que paso? -pregunto Felix.

-Si no quieres contar, no tienes que hacerlo.-le dije a Lana.

-Esta bien, cuéntale tu.-me respondió. Le sonreí y le explique a Felix lo que paso. Lo tomo con calma pero cuando llegue a la parte en la que me sane freno de golpe el auto.

-¡¿PUDISTE SANARTE A TI Y A LANA?!-pregunto Felix viéndome fijamente.

-¿Esta mal?-pregunte.

-No, pero yo no puedo sanar, no sabia que serias mas poderosa que yo.-dijo envidiado.

-JaJa, en tu cara.-dijo Lana divertida.

-Pero, que no puede ser. No puedes ser mas poderosa que yo.-dijo Felix.

-¿Lo siento?-dije.

-No te disculpes, hay que echárselo en cara.-dijo Lana. Me reí con una carcajada limpia. Un auto se puso detrás de nosotros e hizo sonar el claxon. Seguíamos sin avanzar.

-Si estas en tanto shock, yo puedo manejar.-dije yo.

-Esta bien.-dijo Felix en tono tranquilo. Se dio media vuelta viendo hacia la calle y siguió avanzando. Cuando llegamos a su casa la vi como si nunca la hubiera visto. Era grande, muy grande. Entramos y nos sentamos en la sala de estar. Comenzamos a platicar y Felix no se dejo de quejar de como yo era mas poderosa que el. Hubo un momento en el que no que callo así que tome su cara con ambas manos y lo bese. Esta vez el beso fue mas calmado y lento. Me aleje y le dije que me tenía que ir, mi madre se cabrearía conmigo por llegar tarde a casa. Nos llevo a Lana y a mi a nuestras casas. Cuando me acompaño a la puerta principal de mi casa se despidió con un beso, uno mas apasionado a comparación de los anteriores. Me guiño un ojo y se fue hacia su todoterreno. Entre a mi casa y vi a Alaska vigilando por la ventana. Me acerque a ella y le dije:

-El es Felix.- le sacudí su cabello y subí a mi habitación.

Mi secreto #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora