O3

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Pasan dos semanas desde que Jimin tuvo la punzada en el pecho, que no desaparece, es como si su instinto le pidiera que esté preparado, pero no sabe para qué. Pasa las noches en vela pensando en cierto aroma.

Tal vez sea para su celo, pero no puede asegurar con exactitud, porque no tiene sintomas del celo, así que ignora la sensación.

Todo ha sido demasiado tranquilo, las personas no suelen recurrir al hospital y Jimin no sabe si estar conforme con aquello o sentirse frustrado. Quiere estar ocupado.

Y si que logra estarlo, cuando el miércoles de esa misma semana, sentado sobre la silla de su escritorio, mientras está leyendo un libro de pediatría. 

La enfermera toca su puerta y él susurra. "Pueden pasar" Se acomoda en la silla, mientras busca la libra en el cajón inferior del escritorio.

Cierra el libro y hay un completo silencio antes de que entre la enfermera y un hombre detrás. Jimin no se fija aún en la presencia del hombre, porque está lo suficientemente ocupado en en hallar la libreta. Cuando la enfermera deja la habitación, Jimin la encuentra y sonríe para sí mismo.

De repente, hay un fuerte olor que inunda la habitación y Jimin se queda estático en la silla, con los ojos cerrados, aturdido por la presencia del aroma. Imposible no haberse fijado antes.

Es un aroma conocido, no sabe de dónde, pero de alguna manera siente que lo conoce desde hace tiempo, teme abrir los ojos, tiene un mal presentimiento. 

Al abrir los ojos, se fija en unos ojos negros y profundos que lo miran. Se siente como una presa que está a punto de ser cazada por el lobo.

El hombre no dice ninguna palabra, como si no creyera lo que está viendo frente a sus ojos. Está parado y eso hace sentir a Jimin aún más pequeño de lo que es. Sabe quién es, sin saber su nombre aún. Siente como si lo conociera de vidas pasadas y es extraño. Jimin se encoje en el asiento que parece estar apretandolo y el alfa parece saber lo que piensa el Omega así que toma asiento.

Ninguno dice nada, ninguno se atreve a romper la burbuja, hasta que es el alfa quien lo hace, tras pensar un poco la situación.

"Soy Jeon Jungkook, un placer." Jimin siente que ha humedecido sus pantalones en el momento en que el alfa dijo la primera palabra. Su voz es fuerte, imponente...es atractiva.

"El placer es mío." Le dice el Omega y sus mejillas no pueden estar más sonrojadas, el alfa lo nota y lo mira como si quisiera comérselo entero...o al menos así es como Jimin lo siente. (Y no tiene algún problema con ello).

"Eres el Doctor Park Jimin. La enfermera dijo que así era tu nombre, uh." Su nombre suena exquisito al salir de los labios del alfa. Su aroma se dispersa y el alfa adora ser consciente de que es el resultado de llamarlo por su nombre. Luego vuelve a enfocarse y cambia su expresión en un par de segundos.

"Lo soy...Eres mi alfa." Permite que aquella oración salga de sus labios temblorosos y el alfa pasa saliva.

La voz del Omega le resulta la mejor voz que ha escuchado en su vida y se golpea por ello.

"Lo soy. Soy tuyo." Susurra lamentándose y Jimin detiene su ensoñación, sin saber el por qué de su tono de voz. El alfa aclara su garganta y como si volviera a sus cabales, se acomoda en la silla, ignorando el aroma a lubricante y miel que desprende el Omega.

Quiere tocar su piel de porcelana y tal vez dejar una bonita marca allí. El deseo le agobia lo suficiente para dejarse llevar por su instinto.

Gruñe ante la imagen de la marca y Jimin tiembla, sin saber como actuar ante las confusas acciones del alfa. Jimin deja escapar un suspiro tembloroso. No puede dejar de admirar las facciones del alfa. Le gusta la atención que recibe de parte de sus ojos, su nariz fina y labios suaves incitan a Jimin acercarse para sentir su aroma.

Muestra su cuello, el alfa está por sacar los colmillos y levantarse del asiento para marcarlo. Ambos se dejan llevar por sus instintos.

"Debería..." Carraspea el alfa sin poder terminar la oración, al ser interrumpido por el sonido de la puerta al ser abierta.

Una niña asoma la cabeza y el alfa vuelve a estar consciente de lo que estaba por decir.

Jimin sigue recostado sobre la silla, distraído por la voz del alfa, se fija en la niña a la que abrió la puerta, resulta ser la niña que conoció semanas atrás.

"Papá, ¿estás bien?" Papá.

Jimin se acomoda en el asiente y se aclara la garganta. Busca con la mirada una explicación coherente en el rostro de Jeongguk y se fija en un anillo dorado y brillante.

Está casado.

Mi alfa está casado.

Siente un balde de agua fría caer por todo su cuerpo y logra componerse de manera fingida.

El alfa voltea a verlo estupefacto cuando nota la mirada del Omega sobre su anillo. Está desesperado por acercarse al médico que acaba de conocer y perder el control porque su corazón no puede soportar esa mirada. Pero no puede. No debe.

"Lo estoy cariño, eh. No había nada." El alfa se levanta de la silla y decide salir lo antes posible del lugar porque no sabrá como controlarse si sigue en el mismo espacio del Omega. Es entonces cuando su mirada se dirige a la del médico y sonríe apenado. "Lo siento tanto." Cierra las manos, enterrando sus uñas en ellas. Debe reprimir sus instintos.

Y sale del lugar como un gran cobarde.

Jimin no puede creerlo. Tantos años esperando al alfa, tantos años esperando conocer a su pareja destinada y cuando la encuentra resulta estar casado.

Rie para no llorar.

(En realidad si llora, pero lo hace cuando llega a casa, acurrucado entre el nido que había construido para sentirse abrigado).

¿qué tal el primer encuentro?

my heart belongs to you ⸺kookmin minific omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora