Las azafatas nos avisaron que estábamos por aterrizar y que tenía que regresar a mi asiento.
Recogí mis cosas lo más rápido que pude y regresé a mi lugar antes de que mi tía se diera cuenta que la desobedecí.
Giré mi cabeza hacia atrás para verla, le extendí mi mano y ella la tomó; fue una clase de despedida. Aunque estaba claro que lo haría cuando bajáramos del avión.
Le daría mi número, ella me daría el suyo, nos abrazaríamos, yo le agradecería por el lindo tiempo que pasamos juntas, ella tomaría mi mejilla y me besaría... algo así tendría que haber pasado, sin embargo, las cosas fueron distintas.
Nota de la autora: este es el penúltimo capítulo ));
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She.
Short StoryNo podía dejar de mirarla, sin importar cuanto lo intentara, sin importar cuan lejos estuviera, sin importar quien nos viera. Me arriesgué mandándole esa primer nota (después de tanto tiempo aún la conservo). Pero me alegro de hacerlo. Esa chica de...