Argentina vs Francia

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México apenas había entrado al cuarto cuando Argentina lo cargó como si no pesara nada y lo aventó sobre la cama. No estaba seguro si la puerta había sido cerrada, pero no estaba particularmente preocupado. El país entero podría oírlo gemir y a él no le importaría.

Argentina inmediatamente se posicionó sobre él y lo besó profundamente. México soltó un sonido de placer mientras sus labios se rozaban y sintió las ásperas manos del hombre recorrer sus caderas. El argentino enganchó uno de sus pulgares en el pantalón del más bajo y se los quitó de un solo jalón.

México profundizó el beso y lentamente su mano se dirigió hacia los húmedos chinos del argentino. La voz de Argentina suena ronca cuando dice

– He estado esperando esto todo el maldito mes.

Lo cansada que sonaba su voz daba una buena idea de lo complicado que había sido el partido. México rió un poco antes de preguntar

– ¿Ganar o cogerme?

– Ambos. Conseguir mi trofeo y a ti. – Los ojos del argentino brillaron al contestar.

Comenzó a besar el cuello del mexicano y succionar un poco la piel. México podía sentir los dientes lentamente dejar una marca bastante obvia, el argentino amaba dejar ese tipo de marcas por todo el cuerpo del mexicano. México dijo, mientras dejaba salir pequeños quejidos.

– Estaba seguro de que ibas a ganar. Podía sentir que este era tu año.

– Eres un mentiroso. Estoy seguro que le dijiste lo mismo a Brasil. – Argentina finalmente se separó del cuello del moreno y dijo con un tono divertido

– Solo estás celoso. – México contestó con una sonrisa.

Una mano tomó con fuerza el trasero del mexicano, como tratando de reafirmar a quien le pertenecía.

– No estoy celoso. Gané ¿No? ¿No es mi camiseta esa que traes puesta? Brasil puede enojarse todo lo que ella quiera por eso. – dijo el argentino antes de besar de nuevo el cuello de México.

La mano de argentina se deslizó lentamente debajo de la camiseta que era demasiado grande para el mexicano. Sus hábiles dedos rápidamente encontraron un pezón y jugaron con él un poco, haciendo que México se retorciera. Sabía que al argentino le estaba gustando verlo de esa manera.

El mexicano asintió. Si, estaba usando la camiseta que Argentina había utilizado durante el partido que habían jugado al inicio del mundial. Y tenía el presentimiento que era la única prenda que no iba a quedar tirada en el piso de la habitación porque el argentino parecía extremadamente feliz viéndolo utilizar la camiseta albiceleste.

Argentina lo besó de nuevo, mordiendo el labio inferior de México que a ciegas trataba de quitarle el short al argentino. El más alto rió

– Aw, me traes tantas ganas.

– ¡¡Llevas días diciéndome que me ibas a hacer cuando tuvieras la copa!! ¡¡No actúes todo tímido ahora!! – gruñó el mexicano.

Argentina rió de nuevo y se estiró sobre el mexicano. tratando de alcanzar algo sobre la mesita de noche. México estiró el cuello tratando de ver que es lo que el rubio trataba de tomar. Toda esa piel expuesta en el cuello del mexicano le dio la oportunidad al albiceleste de dejar otro chupetón mientras lograba tomar el lubricante de donde sea que lo hubiera guardado.

– Entonces te voy a dar todo lo que quieres – dijo el rubio.

El más alto vació una cantidad considerable de lubricante sobre sus dedos. México sintió el ritmo de su corazón acelerarse aún más con la manera en la cual el argentino mordió su labio inferior y lo veía como si fuera una increíblemente sabrosa comida.

Después del partidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora